Además de las estrechas relaciones entre los regímenes ALBA de ambos países, hay importantes diferencias entre ellos:
- Petróleo. A partir de la invasión de Ucrania por Rusia y las sanciones que afectan al petróleo ruso, Venezuela se ha convertido en una mayor prioridad para los países de la OTAN, por su petróleo que podría abastecer el mercado mundial si se levantaran las sanciones y se reactivara su producción. Nicaragua no tiene petróleo y solo puede ofrecer no desestabilizar Centroamérica. Venezuela tiene ventaja.
- Ejército. Los dos jefes de los ejércitos han sido sancionados por Estados Unidos. Sin embargo, en el caso del Ejército de Nicaragua, se circunscribe a la vulneración de los derechos humanos, mientras que en el caso de Venezuela también hay acusaciones de narcotráfico. Nicaragua tiene ventaja.
- Sucesión. En Venezuela, la muerte de Hugo Chávez forzó la sucesión a Maduro, que tiene 60 años. Ya efectuaron la sucesión del poder y no tienen que preocuparse de ese asunto tan delicado. En cambio Ortega, de 77 años, tiene el problema de la sucesión como algo prioritario, sobre todo porque la potencial sucesora no cuenta con la aceptación de sectores del partido FSLN y del Ejército. Venezuela tiene ventaja.
- Oposición. El problema de la fragmentación afecta a ambos, pero la oposición venezolana tiene algunos éxitos que mostrar, como la selección de un único candidato para enfrentar a Maduro en 2013 y las listas unidas para diputados en la elección legislativa de 2015, que permitió la Presidencia Interina. La oposición nicaragüense tiene el triunfo de la UNO en 1990 que desalojó del poder a Ortega, pero desde su regreso en 2007, el intento de conformar una coalición opositora fracasó en 2020. Ambas enfrentan un nuevo desafío actualmente, aunque la venezolana está inmersa en un proceso de elecciones primarias para octubre de 2023, organizada por una comisión ampliamente aceptada y a las que se han presentado los principales líderes opositores, mientras la nicaragüense inicia otro intento de aglutinarse en una vocería, esta vez desde el exilio, para presentarse en forma efectiva ante la comunidad internacional. Si los integrantes de esa vocería se comprometieran formalmente, a no ser candidatos a ningún cargo de elección popular en las primeras elecciones libres, justas y transparentes que se efectúen, se lograría conformarla exitosamente. De lo contrario, la desconfianza política de los que no la integren la haría fracasar otra vez. Venezuela tiene ventaja.
Los nicaragüenses debemos restablecer la libertad y la democracia en nuestro país, para poder ofrecerle a nuestro pueblo un futuro de progreso en paz.
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El autor es presidente de honor del Partido Conservador (PC) de Nicaragua.