En Nicaragua se dan las cuatros variantes de la peste: alfa, gamma, beta y delta. Pero hay una quinta, que no se menciona y es más letal que aquellas cuatro juntas: la variante Ortega-Murillo.
La Organización Panamericana de la Salud ha informado que según datos del propio Ministerio de Salud de Nicaragua en este país circulan las mencionadas cuatro variantes del covid-19. No es una sorpresa por cuanto es coherente con el contexto de América Central, ha dicho la OPS. La sorpresa es que haya habido una información oficial de la dictadura, porque hasta ahora nada se ha informado en los reportes semanales del MSN. Daniel Ortega maneja esta información con el mismo criterio con que se maneja en materia electoral. Hace lo que quiere.
De acuerdo con la información “oficial”, hasta el pasado 16 de noviembre los fallecidos por covid-19 suman 211 y los contagiados ascienden a 17.043.
Hay otras cifras: el Observatorio Ciudadano de covid-19 informó que al 3 de noviembre eran 31.140 los casos sospechosos de la enfermedad y 5.928 los fallecidos por neumonía o coronavirus.
Menuda diferencia, pero, como se sabe, quienes dicen lo contrario de lo que dice la “dupla” dictatorial son ciberterroristas, vendepatrias financiados por el imperialismo yanqui.
Si nos atenemos a la cifra oficial sobre fallecidos, vemos que son bastante menos que los muertos por la represión desde abril de 2018, a los que hay que sumarle los presos políticos, los torturados, los que fueron al exilio , los que emigraron, los que tuvieron que huir. Los nicaragüenses, con razón temen más a Ortega-Murillo que al covid-19.
Otra noticia es que Nicaragua se retirará de la OEA.
Ortega se anticipa ante el riesgo de ser suspendido, en próxima reunión de la OEA prevista para fines de este mes. Se estima que esta vez los países miembros se “animarían” a resolver lo que ya deberían haber resuelto: Ortega-Murillo desde hace mucho que violan la Carta Democrática Interamericana. Se han burlado de ella desde hace mucho y ahora se burlan de toda la OEA, como lo hizo Venezuela.
La culpa no es de las dictaduras, sino de los miembros de la OEA que no han actuado en tiempo y con la firmeza necesaria.
Suspenden a Nicaragua de la OEA ¿y qué? Siguen integrando otras organizaciones interamericanas –caso Celac– con Nicaragua, Venezuela y Cuba como si fuera diferente.
También ahí son dictaduras y los países del continente tienen la obligación de hacer respetar a la OEA, y muy especialmente a la democracia, en todos los ámbitos. Y no lo hacen o lo hacen poco y no muy bien.
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