OPINIÓN

Ni Wilmar Alfredo Castro Soteldo se atrevió a tanto

por Carlos Ojeda Carlos Ojeda

No estaba entre mis planes escribir un artículo hoy, pero mis fans lo exigieron. Mi disciplinado trabajo profesional en el campo de la ingeniería me obliga a tener un PERT CPM de estricto cumplimiento. Les informo que mis clientes no son precisamente los que poseen riqueza y poder, como los que tiene el joven economista Asdrúbal Oliveros. Los míos no son tan dadivosos, todo lo contrario.

No es que yo tenga la verdad absoluta. ¡No! Pero como soy un campesino que aprendió a leer, a escribir y ejerce orgullosamente esas virtudes, temo no estar de acuerdo con este brillante profesional. La razón para oponerme es muy sencilla y hasta noble. O es demasiado listo para estar enterado de variables que desconozco, o simplemente fue timado en su inocencia por la vanidosa pretensión y la arrogancia de tantos y tan poderosos gremialistas y agroindustriales. No te culpo Asdrúbal, no tuviste oportunidad ante tanto bellaco criollo cuando ni siquiera has dormido en una hamaca o tu piel literalmente jamás ha sido perforada por zancudos y jejenes. ¡Si te rascas es peor, sabías!

Asdrúbal, discúlpame la confianza como también el abuso en discrepar contigo en tus apreciaciones. Me declaro ignorante en eso de tener la certeza de asegurar que el PIB de Venezuela no crecerá. También en cómo determinas que la economía de mi estado Portuguesa crecería en 10%, y no tengo ni la más mínima idea de lo que defines como “desigualdad triple”. Lo que no ignoro es que en mis años de pregrado en la Facultad de Ingeniería, repetimos a rabiar el chiste aquel que no sé si has escuchado: “Los economistas se pasan la mitad del año haciendo predicciones sobre lo que sucederá y la otra mitad explicando por qué no sucedió”. Mi tutor preferido en Mérida, el doctor en Economía Germán Altuve, vicerrector administrativo de la ULA, seguro se siente ofendido al leerme y lo demostrará con una carcajada andina.

Asdrúbal, el auge económico de Portuguesa ha sucedido principalmente como un acto de contrición de tantos que acumularon tal riqueza mal habida y que por su infinita ignorancia desconocen cómo manejar ese gran capital. No les ha quedado otra opción, salvo de hacer mea culpa por sus pecados reinvirtiendo. No saben más chamo. Te explico.

Cuenta la leyenda que en una memoria y cuenta de la Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón ANCA un socio expresó públicamente «¡Qué bolas tienen ustedes!» cuando al final de la exposición, en voz baja, su presidente Fernando Montenegro informó: «¡Ah se me olvidó, compramos dos aviones!». En ese momento, los productores agrícolas carecían de repuestos, de cauchos, de baterías, de insumos y vivían su peor momento, mientras las juntas directivas de algunas de las asociaciones más integradas al apoyo gubernamental, se repartían los excedentes las cosechas convertida en moneda internacional sin tomarlos en cuenta, como si ellos fuesen dueños de esas empresas asociativas formadas justo para acabar con la injusticia del aprovechamiento del esfuerzo campesino y productor que hacía la agroindustria. Otros gremios con menos asociados y más ética sentían vergüenza de sus colegiados. La verdad es que los grandes gremios jodieron a los agricultores. ¿Capisci?

Asdrúbal, es falsa tu afirmación literal “Portuguesa muestra una excelente sinergia entre los pequeños agricultores y las empresas agroindustriales”.

Muchos gremialistas, analistas regionales, profesionales y productores, coincidimos en que la actual situación es digna de un análisis. En las ciudades de Acarigua-Araure existe una economía productiva en torno a la agricultura y a agroindustria. Independientemente de los indicadores macroeconómicos con el resto del país, podemos decir: La industria azucarera pretende los laureles de sus buenos tiempos. El maíz avanza lento en su cultivo al igual que el arroz. La ganadería vacuna y bufalina junto a la producción lechera tiene buenas proyecciones. Esa incipiente producción en ingresos económicos fluye aguas abajo hacia algunos estratos sociales. No a todos. Pero Acarigua-Araure no es portuguesa. No es extrapolable la instalación de miniindustrias empaquetadoras o empresas con tres empleados en galpones de miles de metros cuadrados, para ser parte del PIB regional.

A los productores agrícolas y pecuarios los arruinó la agricultura de barcos y la ganadería de los puertos. Los arruinaron los insaciables propietarios de las empresas agroindustriales con el desprecio a la producción nacional. Los empobrecieron inescrupulosos empresarios extranjeros que se beneficiaron de los bajos intereses de los préstamos agrarios, que invirtieron en la construcción de inmuebles, industrias y en más rentables negocios estafando al Estado por su inmoralidad, falta de ética y antipatriotismo.

Asdrúbal, no tengo idea de cómo has llegado a las conclusiones que has llegado, no soy tan listo como tú. Te informo: en Portuguesa no se promedia en los últimos años ni siquiera 250.000 hectáreas de siembra. Área de siembra muy lejana de las 750.000 que siempre se cultivaron y más lejana aún del récord de 1.200.000 sembradas en tiempos del ministro Felipe Gómez Álvarez. ¡No se podría hacer, Asdrúbal! No hay gasoil, gasolina ni repuestos para maquinarias. No hay financiamiento preferencial. Los insumos están dolarizados. Las vías están en pésimo estado y la agroindustria en complicidad con algunos gremios con directivos malamañosos se encargan de desmentir tus buenas intenciones.