OPINIÓN

Ni debilidad ni huida

por Antonio Guevara Antonio Guevara

Ya empezaron los clásicos interpretativos que son secuelas de estos eventos de limpieza y depuración política que hace cada cierto tiempo el régimen, como parte de su estrategia de afincarse y mantenerse en el poder. Como esta denuncia de la operación Brazalete Blanco que anunció en cadena de radio y televisión Nicolás Maduro, que judicializó el fiscal general y que está ejecutando en los patios de ejercicios de los cuarteles con degradaciones incluidas, el ministro Padrino a lo interno de la Fuerza Armada Nacional (FAN).

¡El régimen está débil! Este es uno de ellos. Y uno de los más rebuscados. La revolución está débil comparada ¿con quién? ¿A quién se está colocando del otro lado para cotejar? Otro de esos clásicos es ¡El gobierno está huyendo hacia adelante! ¿Huyendo de quién? ¿A quién o que en el panorama político de Venezuela se le huye? Lo que se valora como debilidad y como huida de los rojos es parte de sus líneas estratégicas para mantenerse en el poder y consolidar sus espacios electorales frente al compromiso político más importante del año 2024: las elecciones presidenciales. Necesarias para legitimarse ante la comunidad internacional con la experiencia de los 25 años en el poder. Y para ello nada mejor que abrir el nuevo año con una conspiración que hunda el afilado sable de su plan en lo más profundo de los órganos nobles de sus potenciales enemigos. De aquellos contrarios que pongan en riesgo su actual realidad de poder, y ellos son la candidatura unitaria de MCM aguas afuera de los cuarteles y dentro de estos cualquier potencial factor disidente a lo interno de la Fuerza Armada Nacional. El denunciado diseño conspirativo llega en las sindicaciones del fiscal general del régimen hasta el esfuerzo unitario opositor construido en los resultados de las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023, en toda la plataforma del partido que le respalda la opción y en todos sus soportes organizacionales desde Súmate y las coordinaciones regionales. En el mismo paquete de la conjura están incluidos los factores internos de los cuarteles que han estado sujetos a seguimiento y valoración de desviaciones de lealtad revolucionaria por la afinada y pulida maquinaria de inteligencia y contra inteligencia del régimen. Nada ilustra mejor en términos de que los rojos saben lo que están haciendo cuando dirigen las mangueras para apagar las candelitas o cualquier posibilidad de expansión a las dos únicas amenazas a su permanencia en el poder en este año que está comenzando: la candidatura unitaria y los focos militares adversos y hacia ambos se ha dirigido en prioridad esto que se en las redes sociales para regar el terror en la sociedad de hasta donde llegan los escrúpulos revolucionarios para permanecer ad eternum en Miraflores. De manera que allí no hay nada de debilidad ni de huida hacia adelante. Es parte de un plan.

El gobierno usurpador que encabeza Nicolás Maduro está jugando una posición adelantada el terreno de juego y lo hace marcando e imponiendo la agenda política, electoral y militar a cumplirse hasta que se hagan las elecciones este año. Frente a ese despliegue y esa maniobra la oposición debe activar el plan viable correspondiente para quitarle la iniciativa y ejercer su propia libertad para operar como parte de la defensa del voto de los venezolanos. Mención necesaria en el diseño de este, es ensamblar lo relacionado con la estructura del padrón electoral en los 335 municipios de nuestra geografía política que se ha convertido en un reto en lo relacionado con su activación al cien por ciento antes, durante y después del día de las elecciones. Y además, integrar prioritariamente el esfuerzo de la Fuerza Armada Nacional (FAN) en exigencia del cumplimiento del artículo 328 de la constitución nacional y primordialmente en lo contenido en el artículo 5… la soberanía reside en el pueblo. Y el voto es el ejercicio más expreso de la soberanía.

Esta denuncia de la conspiración no es ni debilidad ni huida. Y si un plan del que forman parte la judicialización de la comisión nacional de primarias, el referendo consultivo para el Esequibo y la ofensiva internacional apalancada desde los acuerdos de Barbados al que debe oponérsele otro como parte de la defensa del voto que lo confronte, lo reduzca y que obligue a los revolucionarios a ponerse a la defensiva y a debilitarse como consecuencia de las cargas de la caballería de ese 85 por ciento de los venezolanos que los rechazan y a huir realmente ante una ofensiva contundente, definitiva y concluyente para cerrar este trágico capítulo político y militar que se ha vivido desde el 4 de febrero de 1992. El régimen está haciendo sus jugadas en el tablero; pero faltan las movidas de la oposición.

A propósito, si se aspira el apoyo y la solidaridad de la institución militar en un momento de quiebre político parecido a lo que se espera con eso de llegar hasta el final en este momento político que se extiende, el pronunciamiento favorable del liderazgo político con cualquier grupo de militares que arrime réditos a la causa hace mucho en la construcción de la fuerza del desenlace para el cambio político en Venezuela. A la hora y fecha retumba el silencio sobre la degradaciones, sobre los retiros exprés y la judicialización de los uniformados que suspiran con simpatías por el cambio político este año. Ese mutismo no honra para nada lo que se quiere ensamblar a la hora de las chiquiticas. Ya saben a qué se apela cuando se mencionan las chiquiticas.

Como decíamos de entrada, ni debilidad ni huida, simplemente el plan.