Apóyanos

116,73
133,07
82,38
94,56

Abril 23, 2025


Ni callados ni tranquilos

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

El sacerdote jesuita Arturo Sosa, prepósito general de la Compañía de Jesús, el primer no europeo en ocupar tan alto cargo, ha hablado en Roma sobre su país  durante una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros. Para ser más exactos, Sosa expresó su “dolor” por la situación de Venezuela, donde nació en 1948. 

El resumen de la conferencia difundido por la agencia EFE recoge unas cuantas frases de Sosa que definen lo esencial de ese dolor: quien gobierna en el país lo hace por la fuerza y no por el consentimiento de la población, hay poquísimos ricos y muchísimos pobres, un millar de presos políticos, maestros con un salario de 20 dólares al mes –“¿Qué se puede esperar de un gobierno donde los niños no llegan a la escuela porque no tienen nada que comer?”, se preguntó– y una Iglesia Católica que no está ni callada ni tranquila.

La declaración de Sosa se produce en el inicio de esta Semana Santa de 2025 en el que la procesión va por dentro del pueblo venezolano, que en una impresionante mayoría nunca antes expresada en las urnas, y aún mayor si la muy grande diáspora hubiera podido expresarse, rechazó sin paliativo alguno a quienes son los responsables del dolor social, político, económico y cultural del país. “Ahora los espacios están completamente cerrados”, dice Sosa. Tan cerrados como las cárceles que el gobierno administra como un instrumento para infundir terror en la población.

La Iglesia Católica venezolana no está callada ni tranquila, como afirma el padre general de los jesuitas, porque muchos de sus hombres y mujeres conviven de cerca en zonas populares con gente de a pie que padece todos los días carencias económicas, sanitarias y educativas. Se extrañaba, sin embargo, voces como las de Sosa, e incluso la del papa Francisco, en otros momentos de este angustiante tránsito hacia una sociedad sin derechos, donde se impone la ley cruel del más fuerte. 

El 28 de julio, por lo que tuvo de rebeldía cívica popular y ejemplar, ha hecho evidente para creyentes y no creyentes la sinrazón instalada en el poder, que condena a los venezolanos a vivir de las miserables dádivas materiales y políticas que concede a cuentagotas.

A los venezolanos se les ha exigido resolver su crisis política por medios pacíficos y constitucionales. En el cuarto de siglo transcurrido desde la llegada al poder de quienes desprecian las reglas de la democracia, se ha persistido siempre en el cambio político, con errores y con aciertos. Contra unas formas de ejercer el poder que harían sonrojar al propio general Marcos Pérez Jiménez, el dictador anterior.  La burla descarada de la soberanía popular no puede ni callar ni tranquilizar a los venezolanos. 

 

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional