OPINIÓN

¿Negociaciones tramposas? Reunión en Bruselas

por Edgar J. Amado Edgar J. Amado
sanciones

Foto: Emmanuel DUNAND / AFP

El representante de la Plataforma Unitaria para el diálogo, Gerardo Blyde, se reunió con los presidentes Emmanuel Macron, de Francia; Gustavo Petro, de Colombia; Alberto Fernández, de Argentina; Lula da Silva, de Brasil; la representante de la dictadura venezolana, Delcy Rodríguez, y el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell. ¿Qué esperar de esa reunión donde los simpatizantes del Foro de Sao Paulo tienen una agenda definida para la propagación y mantenimiento de políticas revolucionarias de izquierda en todo el continente americano, además de fomentar relaciones con sus pares a nivel internacional?

La reunión de Bruselas fue el parapeto utilizado por los gobiernos de izquierda de la región para tratar de lavar la maltrecha imagen de la dictadura venezolana y en ese mismo orden de ideas le están montando también el show al régimen venezolano enviando a la representante de la tiranía, para que fuera testigo principal y vigilar a los aliados del gobierno venezolano para que no se desviaran del objetivos delineados por el Foro de Sao Paulo, que es apoderarse de todos los gobiernos del continente americano.

En el caso del presidente de Argentina, recordemos que el Foro de Sao Paulo emitió un comunicado en 2022, apoyando a Alberto Fernández, para que retomara las relaciones con Venezuela y esta posición fue respaldada por Ernesto Samper, Evo Morales Ayma, Fernando Lugo, Rafael Correa, Manuel Zelaya, José Luis Rodríguez Zapatero, Raúl Sendic, entre otros. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha sido utilizada de manera descarada por los gobiernos de izquierda de Colombia, Brasil y Argentina para beneficiar y lavarle la cara a la dictadura venezolana desviando los válidos principios de la organización, que en esta ocasión fue aprovechar la  celebración de la III reunión de la Unión Europea con la Celac. Si uno de los postulados principales de esta reunión conjunta entre estas dos organizaciones es el de «garantizar la paz y la seguridad internacional, el respeto a la soberanía y la integridad territorial de las naciones y evitar el recurso a la amenaza o al uso de la fuerza contra cualquier Estado, así como el pleno respeto al derecho internacional», entonces ¿cómo se entiende la participación “especial” de una representante del régimen venezolano cuando existen sanciones contra la dictadura venezolana impuestas por la Unión Europea? Fácil de entender, los tentáculos de Zapatero y su influencia en el gobierno de Pedro Sánchez deben estar metidos en ese “permiso especial” conseguido a la representante del gobierno venezolano. La contradicción a esta invitación de la representante del gobierno venezolano también se evidencia en las declaraciones en el Parlamento Europeo por parte del diputado Antonio López-Istúriz, quien dijo que Maduro era “persona no grata” en la Unión Europea, entonces, ¿cómo es posible que los gobiernos de Bélgica y España se hagan de la vista gorda y acepten que representantes de una narcodictadura acusada de crímenes de lesa humanidad, que ha provocado el éxodo de aproximadamente 8 millones de venezolanos, repito, representantes de un régimen opresor, puedan asistir a la Cumbre UE-Celac?

Por otra parte, conocemos los intereses de Lula da Silva, juzgado por corrupción, y los de Gustavo Petro. El primero de los nombrados, cumpliendo los objetivos del Foro de Sao Paulo y haciéndose el desentendido de todos los crímenes de lesa humanidad de la tiranía. El segundo aún no ha aclarado los ingresos supuestamente ilícitos, provenientes del narcotráfico en Venezuela, para su campaña presidencial; recordemos que fue una información que se filtró de una conversación entre el embajador de Colombia en Venezuela, Álvaro Benedetti, y la entonces jefa del Gabinete de ese país, Laura Sarabia. Por supuesto que, aparte de las coincidencias de ideología, a Petro le conviene lavarle la cara al régimen venezolano porque también pueden existir evidencias de la procedencia de esos fondos que no están claros en su campaña presidencial. A esto sumemos la simpatía que el presidente de Colombia siente por el Foro de Sao Paulo.

El posible levantamiento de las sanciones a Venezuela por parte de la Unión Europea depende de la celebración de unas elecciones libres, verificables, sin candidatos inhabilitados y con la presencia de testigos internacionales. Pero después de la posición adoptada por el presidente de la Asamblea de 2020, quien anunció que no aceptará la participación de una Misión de Observación de la UE, pero que además se dirigió al alto representante de la Unión Europea Josep Borrell en estos términos: “Violaron el acuerdo que se ha firmado con ellos. Lo violaron. Nosotros somos aguerridos, somos rebeldes, pero somos decentes, a diferencia de ellos. Los decentes no esclavizamos humanos. Los decentes no asesinamos habitantes originarios de la Tierra. Los decentes somos decentes”. Entonces, ¿cómo es posible que el alto representante de la Unión Europea, en especial Bélgica y España, siga insistiendo en un diálogo con unas personas que no han cumplido los acuerdos realizados entre la oposición y el oficialismo en reiteradas ocasiones? A todo esto, se suma la responsabilidad histórica que tiene Gerardo Blyde, porque él no puede defender los intereses de los partidos políticos del G3, él debe defender los intereses de todos los venezolanos oprimidos dentro de Venezuela, la libertad de los presos políticos y la de los 8 millones de venezolanos exiliados que han escapado de las atrocidades inhumanas de la oprobiosa dictadura venezolana. Entendemos que el fin es lograr elecciones libres, transparentes y confiables, pero no se puede dar un cheque en blanco a la dictadura ni aceptar presiones ni internas ni externas de ningún tipo. La responsabilidad de Gerardo Blyde es con Venezuela y si así lo hiciera, ocupará un lugar meritorio en la historia democrática, y que el interés patrio está por encima de cualquier interés partidista o personal. El éxito al que nos referimos debe ser cónsono con los conceptos de libertad y democracia para Venezuela porque son los únicos que interesan en estos aciagos momentos. “Vivimos en un tiempo maravilloso, en el que el fuerte es débil debido a sus escrúpulos y el débil se fortalece debido a su audacia” Henry Kissinger.