Apóyanos

Náufragos

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

«Yo también soñaba solo» (PEDRO MAIRAL)

Una mañana sin romper de noviembre caminaba yo hacia el trabajo pensando en aquellos alumnos que no aprendían. A lo largo de la caminata escribía en mi cabeza varios puntos ordenados para enseñarles a aprender, para ayudarles a tomar apuntes de una manera lógica. Quería encontrar el método para salvar náufragos. A veces, cuando me pasa esto, cojo mi smartphone y anoto 4 palabras para no olvidarme de nada. Si hay demasiadas cosas que recordar, utilizo la grabadora. Ese día tomé muchas notas. El resultado de esas anotaciones fue este:

Sugerencias para los estudiantes de literatura

En primer lugar, asista a clase. Es el punto de partida. Si no acude al centro educativo, si no ve al profesor ni interactúa con sus compañeros de clase, si no lee en voz alta ni toma nota, empezamos mal. Siéntese en el lugar menos alejado de la pizarra, la pantalla y el profesor. Si está cerca de los tres podrá leer lo que el profesor escribe, ver con una claridad pasmosa las proyecciones de la pantalla y las notas escritas en la pizarra. Por otro lado, el profesor le verá a usted y la comunicación entre ambos mejorará.

Focalice su atención en la asignatura. Piense por un momento, ¿por qué estoy aquí?, ¿qué quiero saber?, ¿en qué consiste la materia prima de esta disciplina?, ¿se trata de teorías o de textos? En el caso de que haya llegado a la conclusión de que la asignatura se basa en textos orales y escritos, hágase cargo de que leer será su principal tarea.

O dedica su atención a la lectura o elija hacer otra cosa porque la Literatura consiste en esto.

Una palabra, un verso, un párrafo o una estrofa pueden convertirle en lector. No le miento. Mire. Lea esta línea de Cortázar: átale, demoníaco Caín, o me delata. ¿Es posible que le deje indiferente? En plan,

Zzzzzzzz

Bueno, pruebe a leerla otra vez. Y otra más. Parece que alguien pide ayuda al primogénito de Adán y Eva. Caín era malo. La historia de los dos hermanos aparece en la Biblia.

En fin, si todavía no ve nada, intente leer la misma línea, mas léala al revés, es decir, de derecha a izquierda como leen los árabes.

(…)

Este fenómeno lingüístico se conoce con el nombre de palíndromo.

¿Le parece raro prestar atención en clase y tomar notas de vez en cuando? A los profesores nos parece más raro que haya alumnos que no hagan esto.

Vamos a ver, ¿por qué se suspende un examen? Hay varias posibilidades: puede ser que el profesor sea el culpable de que usted no apruebe o no aprenda nada, los exámenes son difíciles, a veces hay que pensar un poco e incluso memorizar cosas, ya sabe, fechas, títulos de obras, y si tiene mala suerte, habrá algún profesor descarado que le exija aprenderse de memoria unos versos. En fin, una locura.

También puede ser que el manual de la asignatura no sea claro, contenga muchos datos, esté mal redactado. Es probable que el editor no se haya tomado la molestia de destacar las palabras clave o lo más relevante de la teoría en negrita. Pudo haber tenido un día malo, haberse quedado sin batería en el smartphone o incluso no haber casi nada.

El lenguaje corriente, el lenguaje que usamos para comunicarnos, se ajusta a la realidad y se denomina por esta cualidad denotativo. No hay zonas oscuras ni ambigüedades. Sin embargo, el lenguaje literario, la literatura, no se ajusta a la realidad necesariamente, puede ser oscuro y ambiguo y se llama lenguaje connotativo. Dicho de otra manera, el lenguaje literario contiene significados y matices adicionales. Este tipo de lenguaje es el que nos hace comprender un chiste, por ejemplo.

«Conocí a mi novia en un ascensor. Soy el amor de subida»

(visto en Twitter, 4.11.2022)

El autor del chascarrillo juega con una figura retórica -el calambur- asociando de forma confusa dos significados diferentes. La ambigüedad resulta favorecida si el texto es oral, ya que uno no puede apreciar si se emplean cinco o seis palabras en la segunda oración.

Cada vez que se encuentre en clase, que este tiempo sea provechoso. A lo mejor no ha caído en la cuenta de que la intención del profesor es enseñarle, una tarea de didáctica, similar a lo que pretendían muchos autores de la Edad Media. Fíjese, por ejemplo, en el autor del Poema de Mio Cid -siglo XII- que trataba de ensalzar los valores cristianos del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar. Asimismo, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, que aun perteneciendo al clero, enseña -o más bien, intenta enseñar a través de su «mal ejemplo»- lo que no debe hacerse en el amor. El protagonista se sirve de los servicios de una alcahueta, Trotaconventos, para ganarse la atención de las mujeres que pretende seducir. Esto sucede en Libro de Buen Amor. El autor de Hita (Guadalajara) escribe una narrativa en verso rimada, medida, equilibrada. La rima es consonante. Las enseñanzas de Juan Ruiz bien merecen la pena.

429     «Si leyeres Ovidio el que fue mi criado,

en él fallarás fablas que le ove yo mostrado,

muchas buenas maneras para enamorado

Pánfilo et Nasón yo los ove castigado.

 

430      Si quisieres amar dueñas o otra qualquier muger,

muchas cosas habrás primero de aprender;

para que ella te quiera en su amor querer,

sabe primeramente la muger escoger«.

[Juan Ruiz, Libro de Buen Amor (s. XIV)]

La asignatura de Literatura Española trata de textos orales y escritos. Al nombrar la palabra «literatura» pensamos de forma inmediata en letras y libros. No olvidemos, sin embargo, que la literatura empezó de forma oral, sin texto escrito. El hecho de que hoy estemos dándole vueltas a la literatura se debe al valor de las letras, las palabras y las líneas. Este código fue recogido, afortunadamente, por individuos que creyeron en su valor y quisieron guardarlo para siempre.

Algunos estudiantes no saben cómo tomar apuntes. Tomar notas no implica recoger como un dactilógrafo o una grabadora todas las palabras que el profesor dice. Recuerde, si fue a clase de inglés aquel día, cuando le explicaron el estilo directo y el estilo indirecto. Tomar apuntes tiene que ver con el estilo indirecto.

Ejem, por cierto, ¿va utilizando el diccionario? Compruebe:

dactilógrafo, dactilógrafa

nombre masculino y femenino

Persona que tiene por oficio mecanografiar textos.

No trate de escribir al dictado. Es aconsejable apuntar fechas, títulos de obras literarias, términos clave. Hay profesores que acostumbran a citar apartados del manual de clase (páginas, capítulos, referencias). En ocasiones cuentan anécdotas personales, hacen digresiones, hablan de cine o libros que han leído. Evite distraerse mucho por ahí, y si es tan amable, recuerde por dónde iba el narrador de historias en su explicación. Cuando sucede algo así, esto de que un profesor hable demasiado, solo significa una cosa. Está a gusto con ustedes.

Es de vital importancia recordar que lo que el profesor explica en clase consiste solo en una mínima parte de lo que uno, como alumno, debe tener en cuenta. El resto de la tarea le corresponde a usted.

Repase un momento el material del que dispone: manual de literatura, diccionario, smartphone, blocs, bolígrafos, lápices, clase, explicación del profesor y textos. Los textos literarios, obras, fragmentos, poemarios y libros de lectura entre otras lecturas conforman el núcleo de esta asignatura. Que nadie piense que asistir a clase, tomar apuntes y estudiar en casa sirven para trabajar la literatura. Esta asignatura se trabaja básicamente de una manera, leyendo. El estudiante de literatura es por encima de todo un lector, un hombre de letras.

El buen lector que lea la irónica columna de un profesor a sus alumnos del pasado día 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos («Las aulas y las letras», Enrique García Máiquez. Diario de Sevilla, 1.11.2022)*

La firma del autor se encuentra camuflada al principio de las cinco primeras estrofas. La idea de dejar una marca oculta en un texto comprometido ya fue llevada a cabo en una tragicomedia clásica de la Literatura Española. Al principio el autor no quiso exponerse. No había firma. Más adelante, en una edición posterior del año 1500 publicada en Toledo, el bachiller Fernando de Rojas se delató a sí mismo a través de los versos acrósticos que preceden al prólogo.

 

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional