Más de veinte años de mandones llevando a los venezolanos hacia la extrema izquierda parece no convencer a ciencia cierta a diplomáticos del norte de la existencia de un régimen ilegal e ilegítimo que aúpa el narcotráfico y el terrorismo como un arma para destruir la democracia en Estados Unidos como acontece en Venezuela.
La realidad ha demostrado que en la esencia de sus primeras manifestaciones en 1999 el derecho de decidir el pueblo su destino era un sólido privilegio patrio.
En medio del deslave del estado Vargas, del 14 al 16 de diciembre, Hugo Chávez convenció a los miembros del Poder Electoral de dar como ganador el sí a la nueva Constitución en el referéndum realizado el miércoles 15 del mismo mes.
Una novedosa pieza sustituye al legajo de la década de los sesenta cuando la Asamblea Constituyente dio el visto bueno para proceder en consecuencia a consultar al soberano su opinión final, la cual resultó afirmativa en esa fecha próxima al final del siglo XX.
Hugo Chávez Frías respetó tal premisa popular y festejó que estos códigos traerían mayor felicidad, progreso, igualdad y justicia para todos.
Lamentablemente tal regocijo duró muy poco porque el nuevo siglo XXI mostró varios hechos violatorios del documento fundador, entre los cuales destacan escamotear la voluntad multitudinaria repetidamente en cuanto a derechos humanos , prerrogativas civiles como referéndum revocatorio de mandatos y elecciones para funcionarios.
Corría la primera década de la centuria; ninguna transgresión es tan bochornosa como la negación de justicia y el desacato cuando conocido el rechazo a la incorporación del sistema socialista por la democracia el déspota cambió con expresiones semánticas la redacción, burlando el legajo impunemente.
Algunos hechos que reseñamos a continuación muestran cómo se percatan los venezolanos de que se había entronado en la nación un régimen narco primero y terrorista después.
En 2005 el gobernante barinés denuncia el acuerdo con la DEA para luchar contra el narcotráfico y disminuye a su mínima expresión los permisos para sobrevolar el territorio nacional, dar captura y juzgar a los responsables de la carga decomisada. Ante las críticas de Adam Ereli del Departamento de Estado norteamericano, Chávez indica que las rutas eran utilizadas para espiar a la jefatura de Venezuela y no para lo acordado.
Paralelamente, según dan fe funcionarios de inteligencia al servicio comunista, con datos del Departamento Antinarcóticos de Estados Unidos, se establece un acuerdo con las ilegales Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para inundar la nación norteamericana de droga con fines políticos.
En tal encuentro estuvieron representantes del más alto gobierno, incluidos miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para permitir a los guerrilleros de las FARC utilizar la geografía local y así traficar ilegalmente cargamentos de estupefacientes para envenenar a la juventud estadounidense.
A partir de 2005 se hace cada vez más evidente en Venezuela, reseñan medios independientes, la presencia de guerrilleros colombianos, así como capos de la droga que residían en el país.
Hezbolá, grupo extremista sirio, fue denunciado el general Hugo Carvajal Barrios, alias el Pollo, quien por diez años fue jefe de Inteligencia Militar de Hugo Chávez durante su permanencia en el poder. Esta organización asume como cuartel general la isla de Margarita, donde van sus correligionarios en busca de descanso como territorio santuario.
Indican fuentes de todo crédito que en 2009 viaja Carvajal Barrios a Irán con Tareck el Aissami y en toque técnico realizado en Siria contactaron una reunión ya convenida con representantes de Hezbolá para finiquitar detalles sobre su presencia en la isla turística local.
Con el tiempo, a la muerte de Hugo Chávez, vino un distanciamiento con Nicolás Maduro y Néstor Reverol, a quienes Estados Unidos impusieron sanciones por supuestas acciones a favor del narcotráfico.
Ante tal arremetida hacia su hombre de confianza, Nicolás Maduro designa casi de inmediato a Reverol ministro del Interior, Justicia y Paz, posición en la cual se encuentra hasta los momentos.
Maduro Moros acaba de ascender a al ex zar antidrogas Néstor Reverol a general en jefe, máximo grado que establece la ley del ejercicio castrense.
Con todas las penas, investigaciones en proceso y reseñadas por la DEA, eso de incluir Estados Unidos a Venezuela en la lista de países que colaboran con el terrorismo, no se compara con el número de muertos que desde el territorio petrolero de América del Sur planifican el Ejército de Liberación Nacional, la célula disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Hezbolá, Suchten rusos, militares chinos, grupos élites palestinos y perros de la guerra.
La representación de grupos preparados para operaciones violentas en las calles demuestra que la lista contra el terrorismo es una iniciativa poco efectiva. La paz del mundo exige acción; o el terrorismo y el narcotráfico ganan.