Migrantes venezolanos en Texas / Foto AFP
Una investigación realizada en 2023 sostiene que los venezolanos son uno de los pueblos más narcisistas del mundo. Fue publicada en Social Psychological and Personality Science (2023, Vol. 14.) y se titula así: “Globalization Is Associated With Lower Levels of National Narcissism: Evidence From 56 Countries”.
Los autores parten de que el narcisismo nacional “es la creencia de que la nación de uno es excepcional, pero está infravalorada”. Tal infravaloración se debe a los conflictos externos que sostiene ese país, teorías conspirativas, entre otras razones.
El estudio se hizo en una muestra de 56 países, y analiza los factores que explican “por qué los ciudadanos de ciertas naciones pueden mostrar niveles más altos de narcisismo nacional que otros”. Para ello se tomaron en cuenta variables como el producto interno bruto (PIB), el empleo, la ideología política y otras.
Una conclusión de los autores señala que “los ciudadanos de naciones menos globalizadas mostraban un narcisismo nacional promedio más alto”. En el contexto latinoamericano, por ejemplo, Venezuela ocupa el primer lugar y es, además, una de las naciones menos globalizadas a escala mundial.
Más allá del análisis realizado por los autores, desde nuestra perspectiva hay varios elementos a tomar en cuenta. En los últimos tiempos, por ejemplo, las políticas del Estado se orientaron al desarrollo “endógeno, soberano e independiente”, y fueron algo reacias a la globalización, porque se supone que este proceso implicaba “riesgos” para la soberanía y la independencia.
Por otra parte, hay que profundizar un poco en lo que es la realidad cultural de los venezolanos, sus creencias y los discursos orientados a levantar la autoestima de la población, tema abordado por autores como Manuel Barroso, Maritza Montero y Luis Britto García.
Una vieja creencia de los venezolanos asociada a una autoestima positiva, es que vivimos en el “mejor país del mundo”, discurso presente en líderes políticos de diferentes tendencias, y en el ciudadano corriente, aunque con el deterioro general del país, se trata de una premisa insostenible.
Otra creencia es que “Venezuela tiene los paisajes naturales más bello del mundo”. Los Roques, Margarita y otras son localidades atractivas, vistosas, no obstante, en los rankings mundiales no alcanzan los primeros lugares de preferencia. Como en el caso anterior, se trata de una retórica orientada a levantar la autoestima, que en cierto modo compensaría el fracaso de la nación, sobre todo cuando se establecen comparaciones con países más exitosos en la economía, la tecnología, la calidad de vida, y como destinos turísticos.
Si algo ha dejado ver la crisis actual de Venezuela es que la sociedad ha tenido que aceptar que los sentimientos de orgullo patrio tal vez descansaban más en fantasías que en realidades. De alguna manera Moisés Naím y Ramón Piñango lo dijeron hace más de 30 años, cuando publicaron un célebre libro auspiciado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA): El caso Venezuela: una ilusión de armonía.
Cuando pensamos en la diáspora protagonizada por más de 8,8 millones de venezolanos, es difícil pensar que el narcisismo predomina en el comportamiento de una población en crisis. Más bien debería estar ocurriendo lo contrario.
@humbertojaimesq
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