Pueden evitar que las cisternas con agua pasen a la sede de la Embajada de Argentina en Caracas.
Pueden cortar el servicio eléctrico a esta sede diplomática
Pueden bloquear el acceso a las medidas para quienes nos encontramos asilados en la sede diplomática argentina en Venezuela.
Pueden hostigar a la mamá de María Corina Machado y perseguir a los valientes dirigentes liberales que defendieron los votos el pasado 28 de julio.
Si quieren, hagan sus políticas de intimidación, de acoso y de terror. Hagan lo que quieran para tratar de sostenerse ilegalmente en el poder.
Mientras nosotros, estoicamente, vamos a resistir como resisten los que tienen la fuerza de la verdad y de la razón de su parte.
Ellos pueden perfeccionar sus métodos de miedo, mientras nosotros seguiremos firmes, con la gallardía y el ejemplo que nos ha mostrado María Corina Machado a lo largo de todos estos años de lucha.
Pueden estar seguros, quienes usurpan el poder en Venezuela, que nosotros no nos vamos a rendir. No cederemos ante los chantajes ni mucho menos a sus cantos de sirena preelectorales.
Nosotros no vamos a dar nuestro brazo a torcer, pues sabemos la gran verdad, la misma que se conoce desde Pekín hasta Washington: el pasado 28 de julio Edmundo González Urrutia ganó las elecciones y Nicolás Maduro se robó el proceso y se juramentó írritamente.
Quienes luchamos por la libertad no nos vamos a rendir, no vamos a dar un paso atrás; por el contrario, aquí seguimos dando la batalla cívica, moral y política por la liberación de nuestra nación.
Y esta lucha no solo es venezolana. Es evidente que el régimen de Maduro es un problema continental, pues sus acciones causan perjuicio a los venezolanos y a los latinoamericanos.
El accionar de la banda del Tren de Aragua ha sido auspiciada por Maduro y los crímenes cometidos por sus miembros en Estados Unidos, Chile y otros países del hemisferio es responsabilidad directa de Miraflores.
Otra muestra de ello son las relaciones de Maduro con los terroristas que acaban de cometer una masacre en la región del Catatumbo en Colombia.
Sin duda, Maduro es un mal que trasciende las fronteras nacionales, por ende, su salida del poder es una necesidad venezolana y de toda América Latina. Así de sencillo.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.