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Nadie habla de guarimbas ni de tomar Miraflores… ¡quisiera Diosdado!

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El discurso del liderazgo político opositor, de los medios de comunicación democráticos y de quienes analizamos el escenario electoral es claro, hablamos exclusivamente de votos, triunfo, transición pacífica y ordenada; nadie habla de guarimba ni de tomar Miraflores, solo lo hacen Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez y Nicolás Maduro, es como si ellos supiesen que va ocurrir algo que moleste al pueblo.

En 2014, la sociedad organizada e indefensa ante las políticas represivas y abusivas del régimen activó las protestas con un método denominado guarimbas, un término utilizado en la época del dictador Pérez Jiménez de sabotear al régimen en su movilización y luego esconderse en las iglesias, lo principal era resistir al poder y fuerza del régimen contra los ciudadanos.

Las guarimbas recientes en Venezuela no funcionaron por algunas razones estratégicas y otras tácticas:

En cuanto a las estratégicas, no fueron en el momento político correcto, no tenían el objetivo claro, no se combinaron con movilizaciones masivas y las neutralizaron con un falso diálogo político.

El momento político es uno de los factores más importantes para cualquier transición y este ocurre cada cierto tiempo, cuando la misma dinámica política del país ordena o permite que el ciudadano se manifieste abiertamente en contra del sistema. En el caso de un país presidencialista como Venezuela, el momento político es una elección presidencial, un evento constitucional en el que toda la población sabe que se decide la persona que dirigirá la nación

Debe tener un objetivo político, las guarimbas fueron espontáneas para buscar que el régimen cambiara su postura, actitud o retrocediera con alguna de sus medidas; sin embargo, en estos momentos la misma elección presidencial indica que el objetivo del país es lograr con votos un cambio pacífico y si su voluntad no es reconocida, buscar la transición con sus medios constitucionales.

No se combinó con movilizaciones, las guarimbas son una forma de protesta estática de obstaculización, por lo que es necesario combinarla con marchas bien direccionadas.

Luego de que el régimen reprimiera a la población y que las protestas fueron mermando, llamaron a un falso diálogo que les permitió terminar de apagar la calle.

En cuanto a lo táctico, encerraron a los ciudadanos en sus urbanismos y nunca obstaculizaron al régimen.

Para que una protesta impacte sobre una dictadura violenta y salvaje, esta debe tener repercusión en las actividades diarias que le permiten a ellos mantener la opresión, de lo contrario, jamás reconocerán el descontento mayoritario de la sociedad.

A pesar de todas estas acciones que movilizaron a la sociedad, el régimen nunca reconoció el descontento mayoritario y dichas protestas afectaron exclusivamente las propias urbanizaciones y las actividades laborales de los que realmente trabajan para subsistir, causaron un efecto totalmente contrario al esperado, creó un problema, los vecinos no se sumaban a las protestas en virtud de que los estaba afectando a ellos mismos.

A través de la psicología inversa, Diosdado invita a la oposición a ir a Miraflores, ya que es el único poder del Estado que puede defender con su grupo de inescrupulosos colectivos y Casa Militar. Sería su sueño detener a miles de personas nuevamente con solo 100 guardias, 100 colectivos y 3 vehículos antimotines. Recordando esas imágenes de millones de personas en la Francisco Fajardo siendo detenidas por pocos guardias y vehículos.

Pero está lejos de la realidad, 80% de los venezolanos quiere un cambio democrático, pacífico y ordenado, votarán para que eso ocurra, pero el estado de opinión general del venezolano es de no permitir que el CNE voltee los resultados, reservándose como pueblo soberano el derecho a la protesta y la desobediencia civil ajustado todo a la Constitución.

Para cualquier estratega político o militar con esa cantidad de población mayoritaria que quiere cambio, conduciría a la población a controlar todos los espacios políticos y de último Miraflores.

Diosdado puede estar tranquilo, su psicología inversa no funcionará y nadie llamará o irá Miraflores de primero.

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