Hace unos meses, antes de que comenzarán las protestas desestabilizadoras en Colombia y secuestraran a un grupo de militares de nuestro país, planteamos que Gustavo Petro, Iván Márquez y el recién fallecido en combate Jesús Santrich eran enemigos no solo de Colombia sino también de Venezuela {1}.
Ante ello, es claro que no han sido casuales las recientes revueltas con saldos de muertos y heridos en las principales ciudades del país neogranadino, porque tales pérdidas humanas no solo son responsabilidad de los abusos de las fuerzas policiales colombianas, sino que también los grupos afines con la mentalidad guerrillera de grupos extremistas como el llamado M-19 (al que perteneció Petro, y estaría desmovilizado desde hace muchos años), y el caso de Márquez y Santrich por las FARC, resulta evidente que esas células narcoguerrilleras no luchan por beneficios del pueblo, sino de instaurar sus canales de mafias y criminales en toda la región con un manto de impunidad favorecido por diversos «gobiernos».
En tal sentido, resulta muy sospechoso que luego de confirmado el asesinato de Jesús Santrich, ninguna autoridad militar o política de Venezuela haya dado una versión oficial que desmienta o aclare si efectivamente el mencionado narcoasesino se encontraba dentro o fuera del espacio de la zona de Perijá, donde habrían ocurrido los enfrentamientos entre esos grupos y aparentes fuerzas militares colombianas.
Colombia ha sido la nación en recibir aproximadamente un tercio de los más de 5 millones de emigrantes venezolanos que se encuentran dispersos en toda América Latina huyendo del hambre del madurismo, razón por la cual resulta hasta risible cuando sobre las protestas en Bogotá, Cali o Medellín aparezcan voceros defensores del neototalitarismo en Venezuela, diciendo que el ejemplo del «mejor gobierno» lo tenemos en la otrora patria de Bolívar, donde el gobierno apenas paga como salario mínimo mensual el equivalente a un kilo de carne.
Atrás, muy atrás quedaron aquellos tiempos en que la frontera colombo-venezolana generaba más de 2.000 millones de dólares anuales en intercambio de importaciones y exportaciones, y era un punto fundamental para el desarrollo agrícola, comercial y turístico de estados como Táchira, Apure y Zulia.
Desgraciadamente, la historia por absurdas diferencias políticas ha generado una situación de conflicto entre Venezuela y Colombia, y lo más grave, que hasta esos mismos grupos de las FARC estarían desplazándose en territorio venezolano, acusaciones muy graves que deberían tener una postura oficial, así como la apertura de una investigación por parte del Ministerio Público, porque lo que no logra entenderse cómo es que además de las FARC, también se hable de grupos del ELN por toda la zona fronteriza del sur del país, y con mayor preponderancia entre Apure, Amazonas y Bolívar. ¿Eso es cierto o falso?
La baja de Jesús Santrich representa un duro golpe a las FARC, grupo de individuos que están muy lejos de ser un ejemplo para nuestras sociedades, y por el contrario, representa el más perverso de los espacios que lamentablemente ocupan algunos desorientados en nombre de una seudoideología política.
Por lo pronto, ¿quién del madurismo podrá afirmar o negar que Jesús Santrich murió dentro o fuera de territorio venezolano?
{1} Márquez, Santrich y Petro: enemigos de Venezuela https://t.co/Lm3jO6h3GH v
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