Nadie quiere morir dentro de un camión junto a más de 50 personas mientras intenta cruzar una frontera. Mi amada Latinoamérica se hunde toda, en manos de malos gobernantes, pillos y mafias que comercian con la vida y los sueños de personas pobres que sólo quieren escapar de la miseria y llegar a una tierra de oportunidades; ocurría antes con los partidos de derecha en el poder y ocurre ahora con la izquierda de manera exponencial. La mayoría de los políticos de nuestra región han demostrado ser parte de una misma rueda. Urgen nuevos liderazgos para nuestro hemisferio.
Las primeras líneas de este artículo hacen referencia a la triste noticia que conmocionó al mundo hace unos días: “Mueren 53 personas dentro de un camión abandonado en Texas”. Esta es la mayor tragedia registrada en los últimos años en Estados Unidos, relacionada con migrantes. Nadie debería perder la vida en esas circunstancias. Los problemas de las oleadas de emigraciones siempre tienen su origen en un Estado fallido o por un conflicto armado. Los gobernantes son los responsables del fracaso y la pobreza; sobre sus espaldas recae el destino de los náufragos huérfanos, los caminantes mojados y todos los que perecen intentando llegar a un nuevo suelo, porque en su patria de origen ya no se les garantizaba el derecho a existir.
Históricamente la mayoría de los políticos de América Latina se exculpan de todo responsabilizando de sus fracasos a Estados Unidos. No obstante abundan los casos en los que el círculo más cercano de ellos viven con todos los lujos existentes, mientras el llamado pueblo sufre penurias. Un ejemplo claro lo ilustra la dictadura venezolana. Maduro y los suyos disfrutan como reyes mientras muchos venezolanos agonizan. Ni hablar de la familia del difunto Chávez, cualquiera puede googlear y ver la ostentación y los placeres a los que tienen acceso.
¿Cuántos estadounidenses intentan llegar desesperadamente en una balsa a Cuba? ¿Cuántos ciudadanos de Nueva York cruzan la selva del Darién para llegar a Venezuela? ¿Cuál es el número de residentes de Texas que lo dejan todo para cruzar la frontera dentro de un camión para llegar a México?
¿Existen muchas personas en Estados Unidos que tengan el ideal de irse de su tierra para realizar el sueño cubano o el sueño venezolano? Las preguntas son a todas luces totalmente absurdas e irónicas. Nadie en su sano juicio puede creer que una inmensa cantidad habitantes de Estados Unidos sueñen con ir a pasar penurias al desastre en el que han convertido los dirigentes locales a nuestras naciones. Nada más en mayo de 2022, un récord de 239.000 inmigrantes indocumentados fueron detenidos al intentar pasar a Estados Unidos procedentes de México, de acuerdo con información publicada por CNN en Español.
Si los líderes de los países más influyentes del planeta quieren detener la ola desbordada de emigración que sigue en crecimiento, yo les exhorto a que sean firmes en el apoyo de la lucha en contra de las dictaduras, que redoblen el combate en contra del narcotráfico y las mafias que prosperan en los territorios más pobres del mundo, después de todo quienes se van lo hacen por necesidad, por hambre, por supervivencia y por falta de oportunidades. Trabajemos todos en la construcción de un mundo con menos políticos y más ciudadanos felices. Construyamos Estados en los que nadie tenga que verse obligado a escapar por salvaguardar su vida; pero sobre todas las cosas los votantes deben aprender a elegir mejor a quienes ocupen los cargos públicos que sean fundamentales para sus países.
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