A pesar del título, esta nota editorial no versa sobre esa “bolsa, saquillo u objeto pequeño que en su interior lleva dinero en metálico”. Sería perder el tiempo, y hasta cínico, porque en los monederos de los venezolanos, salvo excepciones, solo hay calderilla, cuando la hay. Quizás algún visitante despistado, o interesado, pueda tener otra visión (y otro recipiente). El régimen aún no castiga las visiones siempre que se escondan.
Nuestro personaje, Juan Carlos Monedero, quien se presenta en X como corresponde a un progre de la boca para fuera —Ciencia Política (UCM/Heidelberg). Derrotas y revueltas. En la frontera. La alegría triste de Lorca, curioso como Corto Maltés, socarrón con Vázquez Montalbán— no necesita esconder, sin embargo, su visión que es muy bien apreciada en los círculos del poder bolivariano. Su seguridad personal está a salvo.
Monedero, politólogo dicen de él, estuvo presente en la farsa del Palacio Federal el pasado 10 de enero. Y hace unos días, para aprovechar su intelecto vanguardista, dictó una “conferencia magistral” sobre derechos humanos en el Helicoide, que administra el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) a su antojo, como corresponde también a un centro de reclusión en el que los tratos degradantes, los golpes, la humillación y la desatención son el menú diario. Allí disertó Monedero.
En el salón Hugo Chávez del Helicoide —el “comandante supremo” habría dicho en alguna oportunidad que la edificación con ansias futuristas estaba maldita— agolparon a 160 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y de policías estadales y municipales, para escuchar de la boca del invitado español y uno de los fundadores de Podemos, entre otras cosas, “la necesidad de que entre la policía haya filósofos policiales, quienes se destaquen en la sociedad por su grado de compromiso radical con la Constitución y los derechos humanos”.
La filosofía policial se practica en otros recintos de la mole del Helicoide. “El Sebin ha torturado o infligido malos tratos a detenidos —entre ellos políticos de la oposición, periodistas, manifestantes y defensores de los derechos humanos— principalmente en el centro de detención ‘El Helicoide’, en Caracas. La Misión ha investigado 51 casos que ocurrieron desde 2014. El informe detalla cómo las órdenes fueron impartidas por autoridades del más alto nivel a funcionarios de menor rango”, se lee en el informe de septiembre de 2022 de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas sobre la República Bolivariana de Venezuela. Es posible que Monedero desconozca el documento, o no haya tenido tiempo de echarle una mirada entre tanta conferencia o lo considere propaganda derechista.
La versión de la magistral charla difundida por la PNB pone a decir a Monedero que “gracias a los nuevos ideales de la revolución bolivariana, Venezuela, a diferencia de otros países, cuenta con una policía humanista, resultado de la integración de profundas raíces venezolanas”.
El resumen de la PNB omite decir si Monedero hizo un recorrido por las celdas del Helicoide, por ejemplo la que aloja a la activista de derechos humanos Rocío San Miguel, también con nacionalidad española, detenida en el aeropuerto internacional de Maiquetía el 9 de febrero de 2024. También apresaron a su exesposo, a dos hermanos, a su hija y al padre de ésta. Durante varios días se le mantuvo desaparecida. De San Miguel, acuciosa experta de temas de seguridad y defensa, se mostró exactamente diez meses después de su apresamiento una foto. Tenía el semblante demacrado y sostenía un papel con la fecha (9/12/24) y la hora (7:00 am). Todo muy humanista, señor Monedero.