OPINIÓN

Momento de las mayorías

por David Bittan David Bittan

 

En las últimas dos décadas hemos visto cómo a pasos agigantados las minorías han conseguido opacar a las mayorías.

Hoy las mayorías estamos bajo una opresión que llega desde los gobiernos, los medios y redes sociales, los colegios, las universidades y hasta nuestro entorno.

Detrás de este plan hay una élite que se mueve con mucho dinero, que han corrompido a gobiernos, han infiltrado sus piezas claves en organismos internacionales de todo tipo inclusive hasta los que manejan el deporte. Se valen de dictadores y sobre todo de una izquierda sumamente resentida hoy llena de privilegios.

En las universidades estos grupitos se consideran la élite de lo cultural, los modelos; sin embargo, al tirar del mantel vemos que muchos de ellos son personas que han llegado a sus cargos de profesores o rectores plagiando tesis universitarias,  por contactos, por ser minoría étnica, o simplemente por haber cedido su cuerpo, y no me refiero a universidades en el Congo Belga, estamos hablando de casas de estudios que hasta hace poco gozaban  de prestigio, el caso de Harvard hoy es una referencia de lo que no debe ser. Gracias a estas piezas se han promovido los movimientos más miserables que jamás habríamos pensado que se manifiestan con violencia y bajo presión consiguen sus objetivos, la supuesta causa palestina dejó al descubierto cosas que deben de estar bajo investigación. 

La llegada de Mr. Trump al poder pone fecha de caducidad a este mundillo de   violentos, la gente votó en Estados Unidos recientemente en contra de ellos.

Estas minorías se adjudican una función de «policía de lo políticamente correcto«, y se agrupan en el falso movimiento Woke,  una especie de Naciones Unidas donde  fidelizaron a muchos ignorantes, quienes se han comido un libreto a la perfección, teniendo como norte la Agenda 2030, que promueve el  feminismo radical, el aborto , la ideología de género, el bendito calentamiento global,  el socialismo, etc

El verdadero movimiento Woke no tiene nada que ver con esto pues su objetivo  por allí en los años cuarenta era visibilizar a la maltratada población afrodescendiente en Estados Unidos.

Estamos en el mejor momento para que las mayorías apegadas a los valores de la familia tradicional y a la fe retome su rol y que no sea el estado el que promueva el aborto como método anticonceptivo ni financie las operaciones para cambiar de sexo , que se elimine toda la publicidad dañina con la que se están enfermando  a los niños , que las biblias vuelvan a las escuelas y que violentos paguen por sus fechorías.

La igualdad de oportunidades tiene que ser la regla, mas no la excesiva protección a un puñado de desquiciados que según y como se levanten o bajo que efectos de las sustancias prohibidas se encuentren se perciban como gatos o iguanas.

Hoy las esperanzas están puestas en Donald Trump duélale a quien le duela, por eso chillan muchos desde sus madrigueras, también hay quienes ponen sus bardas y hasta las barbas en remojo. 

 

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