En esta semana se va a seguir desarrollando la idea de las organizaciones sociales de la mano a los diferentes sectores y factores de producción, con una formulación muy sencilla de entender todos, no sólo el gremio de profesionales y expertos en la materia.
Por ejemplo, se puede tener los mejores equipos de profesionales de investigación, junto a los más avanzados laboratorios de investigación contra la solución de alguna enfermedad, síndrome, o cosas más agudas como el descubrimiento sobre el estudio del comportamiento de los átomos, la energía e infinidades de estudios para el mejoramiento de las condiciones de vida de la humanidad.
Pero si los centros de investigación no están interconectados con los otros sectores y factores de producción, con los centros del poder mundial, se quedarán en meras tesis de universidad, presentadas y archivadas o, peor aún, en productos o medicamentos que no surtirán efectos acertados en las soluciones.
Además, en todas las antítesis, debates y discusiones del laberinto de las opiniones y teorías, sin acciones que brinden las soluciones que se requieren y demandan por las personas.
No se puede seguir cargando la piedra de Sísifo, en el sentido de pretender solucionar los problemas de forma aislada como si se tratara del estudio del átomo y sus partículas subatómicas, apartando todo el universo que lo rodea y que de una u otra manera incide en su naturaleza o comportamiento, tal situación es transpolable para el fortalecimiento de una sana y buena convivencia, la salud, la paz, políticas publicas; la relaciones comerciales, internacionales, culturales y artísticas del mundo.
Un ejemplo de organizaciones con ejercicios conclusivos para la paz se tiene en el lema de libertad, fraternidad e igualdad, desplegado en las Olimpiadas en Francia de este 2024, que contiene todo el contenido de los valores de respeto por los derechos y libertades de las personas, sancionando de manera pública, notoria y efectiva toda idea o acciones en contra del espíritu antideportivo que vaya en contra de la cordialidad, el respeto y la paz que se deben todas las personas.
Todo esto se hace bajo el consenso de las naciones y respectivos Estados, reflejando que si es posible llegar a acuerdos con una sana convivencia entre todas las naciones, materializando el mejor ejercicio de resolución de conflictos entre las naciones del mundo.
Ya para finalizar, es el cristianismo desde sus orígenes con todo su desarrollo de la historia de la Iglesia donde se dan claros ejemplos de una convivencia armoniosa entre todos los pueblos, tal como lo dictan sus primeros apóstoles reescribiendo la vida y obra del Mesías Jesús.