Alerta España. El socialismo pandémico, mutante y sus variantes van por ustedes. Hoy me ocupa el tema de comparar dos naciones, diametralmente distintas en cuanto al desarrollo, pero ambas víctimas del sistema perverso llamado socialismo. España y Venezuela unidas y hermanadas por la historia. La conquista del continente americano ahora tiene una reacción a la inversa, la madre patria está siendo invadida por los postulados castrochavistas. Y lo digo con conocimiento de causa luego de visitar varias ciudades de España y conversar con su gente: quedó en evidencia que los conquistadores silentemente son conquistados.

Venezuela es hoy una nación humillada, devastada y empobrecida. En una ruina absoluta, caso sin precedentes en el mundo. En 23 años se dice y calcula que se dilapidaron más de 1 billón de dólares y se ejecutaron los hechos de corrupción más escandalosos que han repercutido en todo el mundo, donde el sistema imperante liquidó a la clase media y las esperanzas de 35 millones de habitantes, de los cuales emigraron más de 7,5 millones de almas, un fenómeno también sin precedentes y cuya cifra sigue en aumento.

He visitado las ciudades de Madrid, Palencia, Valladolid, Burgos, Santander, Toledo, Córdoba, Málaga, Sevilla, Cádiz, Mérida, además de varios pueblos cercanos y espero visitar algunas otras ciudades más, si Dios me lo permite antes de regresar a Venezuela para seguir al frente de la lucha contra la triste realidad que hoy se vive. Nombro a cada una de ellas porque permite valorar en gran medida lo que aún se ve en cualquier rincón de este hermoso país. Orden, tranquilidad, seguridad, desarrollo en todos los ámbitos. Y lo que se escucha y preocupa a muchos es el avance del socialismo que comienza a fundamentar políticas que desmejoran la calidad de vida de la sociedad española, cuyas viejas generaciones valoran en gran medida, mientras que la juventud se mantiene ausente de los temas medulares que sustentan el bienestar aún presente, pero en franco peligro ante lo permisivo y pervertido de las propuestas y avance desmedido de la izquierda. Esa misma que actúa de manera complaciente con el histórico terrorismo, que tiene por cierto a varios de sus componentes cobijados en Venezuela, hoy tierra de nadie. Que no solamente protege a etarras o movimientos como Hezbolá, ELN, FARC, estos últimos dos aliados y cercanos al presidente de Colombia, quien fue recibido con honores en España, situación que fue rechazada por quienes se oponen a los que importan el modelo expansionista que va dejando una estela de control social férreo y subordinación de la ciudadanía.

Lo que Venezuela vive y padece, comienza a sentirse en España, en áreas sensibles como el sistema educativo. El mismo pierde formalidad, calidad y rigurosidad. Su flexibilización sigue de manera gradual el patrón castrochavista. La seguridad jurídica, importante eslabón de la protección a la inversión privada, comienza a ser vulnerada abiertamente. Los ofrecimientos populistas engañosos y efectistas son un ensayo, copia fiel y exacta de lo que poco a poco se implantó en Venezuela y se expande hacia Colombia. Se gobierna por decreto. La influencia política en los poderes públicos impone propuestas para complacer minorías desnaturalizadas para dar la sensación de igualdad. La infraestructura creada durante décadas con grandes inversiones para el desarrollo de los campos es desestimada y vulnerada, sin medir consecuencias. Las políticas habitacionales prometidas y no ejecutadas son promovidas y exaltadas en momentos electorales, prometen sistemas de subsidio y construcción masiva de soluciones habitacionales, una versión de la Misión Vivienda en Venezuela, uno de los instrumentos de captación y manipulación de voluntades de la revolución bolivariana en tiempos del difunto presidente Chávez, promotor del naufragio de la democracia y ruina de la nación.

Con la excusa de la pacificación de los países se ha permitido en ambas naciones y otros territorios contaminados la participación política a personas con cargos criminales, todos de origen subversivo y en el caso de Venezuela la designación de funcionarios con antecedentes penales o prontuario policial. Grandes capitales y un gran número de exfuncionarios y sus familias, todos de la era socialista en Venezuela, viven en la opulencia en los barrios más prestigiosos de las ciudades de España sin ningún tipo de persecución y disfrutando los bienes mal habidos productos del asalto a las finanzas de las instituciones venezolanas. Injustificable tolerancia.

Acaso esto, por nombrar algunos elementos públicos y notorios, en proceso de ejecución, convertidos en políticas de Estado, no es un signo de la confabulación de la izquierda decadente pero voraz  para diseminar la miseria y el control a través de la manipulación, apoyados por grandes capitales producto de la corrupción y el desfalco a las arcas de las naciones víctimas del comunismo prescrito y trasnochado, que rediseñó sus estrategias, alentados por  el poder alcanzado y los grandes recursos que manejaron y continúan amasando e invirtiendo para consolidar sus objetivos.

El presidente Pedro Sánchez, en declaraciones recientes, fustigó públicamente a los representantes de la derecha española diciéndoles: “Ustedes anuncian un apocalipsis que nunca llega”. En lo personal le diría por ahora, porque las alarmas están prendidas ante las pretensiones del presidente Sánchez, sus colaboradores y camaradas en el mundo, que apetecidos por lo que representa económica y estratégicamente España trabajan para sumarla a lo que se ha denominado el eje del mal. La mayoría de la sociedad española, aunque preocupada, ve imposible un deterioro de sus condiciones de vida generado por sus gobernantes; sin embargo, expresan  lo que los venezolanos aseguraban hace dos décadas: “Venezuela no es Cuba, no podrán implantarnos su modelo”; pero hoy estamos peor que la isla del terror, cuna de la desgracia de millones, invadidos y secuestrados. Tras años de negación, ponemos todo nuestro esfuerzo buscando por todos los medios librarnos de la pesadilla socialista.

Los españoles deben ocuparse y estar atentos. La juventud está ausente de la política, la mayoría plegados a la modernización y las nuevas herramientas tecnológicas que los centran en otros objetivos, mientras que las viejas generaciones pasivamente observan lo que está pasando sin oponerse oportunamente; otra porción de la población ha sido encantada por las políticas viciadas y engañosas de quienes ostentan el poder, mientras ellos, los ocupados del crecimiento del proyecto socialista comunista mundial, hacen de las suyas. Han creado grandes plataformas de información y desinformación perfectamente conectadas y asociadas para una cooperación mutua.

Países vecinos como Italia y Portugal ven también con preocupación lo que aquí con un gran esfuerzo resumo, ya que el tema requiere de extensos párrafos para explicar y graficar más en detalle todos los temas y sectores que ya están siendo influenciados y vulnerados, donde no se puede ser cómplice por omisión y que irremediablemente deben ser atendidos y protegidos por la población española antes de que se conviertan en un lamento como el que viven otros países, entre ellos Venezuela.

Se viene un proceso electoral donde el pueblo español debe crear una muralla de contención con su voto en contra de la izquierda globalizada para lograr el equilibrio real de las fuerzas en el ejercicio del poder. Alimentar con la apatía y desinterés el avance de la izquierda se convertiría a corto plazo en su blindaje hacia el futuro y traerá consecuencias como las que viven países hoy controlados y otros esclavizados por grupúsculos de hombres y mujeres inescrupulosos y alienados, con pensamientos retrógrados, totalitarios o dictatoriales, todos negados a la alternabilidad necesaria del poder y a los valores democráticos.


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