En este artículo pretendo exponer mis vivencias como ciudadana durante el aislamiento social decretado por el Ejecutivo nacional, por causa de la COVID-19, a partir del 16 de marzo de 2020. Para desarrollar el contenido, me valí de lo que siento y pienso acerca de los acontecimientos que experimentamos mis hermanos venezolanos y yo, ante la violación de nuestros derechos constitucionales en esta difícil situación de pandemia, y de los reclamos expresados, tanto en redes sociales, como en noticieros y programas radiales. Me guié por lo expuesto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tomando como soporte teórico la Etnometodología, sociología de la vida cotidiana, en la cual lo importante es el análisis de los modos comunes en que los individuos hacen racionales y explicables sus experiencias de todos los días (Filmer, P., Phillipson, M., Silverman, D., Walls, D. (1972; p 217) y el pensamiento de los fenomenólogos, (Husserl 1997; p 77) y (Heidegger 1995; p 110), quienes consideran descubrir y comprender los fenómenos desde la vivencia de las personas, en forma inductiva, a partir de la realidad percibida por cada sujeto.
Cuando a finales de noviembre de 2019, oí hablar de la COVID 19, no le brindé mayor atención porque creí que era un contagio local, en la ciudad de Wuhan, en China, donde se reportó el primer caso; fue a partir de que la Organización Mundial de la Salud, el 31 de enero de 2020, la calificó como una epidemia y una emergencia mundial de salud pública, cuando empecé a darle seriedad, por la velocidad de su expansión, y comencé a buscar información.
Encontré, que, según The Coronavirus Prevention Handbook. 101 Science Based Tips That Could Save Your Life. Hubei Science and Technology Press. (2020), los coronavirus son una extensa familia que viven mayormente en los animales y de ahí pasan a los humanos, causando, la mayoría de veces, síntomas leves, pero en el año 2003 el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) hizo estragos en China y en 2011 el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) también enfermó a mucha gente. El SARS-CoV-2 ha manifestado su agresividad y extraordinaria capacidad de contagio de humano a humano y por eso el 12 de marzo de 2020 la OMS declarará la COVID-19 como una pandemia, siendo este uno de los motivos que obligó a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas de prevención urgentes.
Como respuesta a esta situación, en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 6519, Extraordinaria, de fecha 13 de marzo de 2020, fue publicado el Decreto Nº 4160, mediante el cual se ordena el Estado de Excepción y Alarma en todo el Territorio Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. El lunes 16 de marzo de este mismo año se dio inicio al aislamiento social y el día 12 de abril de 2020, mediante el Decreto Nº 4186, publicado en la Gaceta Oficial Nº 6528, Extraordinaria, se prorrogó por treinta (30) días más.
En los días siguientes ha habido dos nuevos decretos ratificando las mismas medidas de suspensión de actividades académicas, y de todo tipo, excepto las del sector salud; las ventas de alimentos de primera necesidad, así como también los expendios de combustible, las empresas de distribución de energía eléctrica, telefonía y telecomunicaciones y otras, indispensables como la recolección de basura. En el mes de diciembre de 2020, el gobierno decretó flexibilización total, lo que ha traído un gran relajo en las medidas de protección y en las reuniones he visto personas que ni siquiera usan el tapaboca.
Aunque Venezuela puso en práctica el aislamiento social antes de que fuera reportada la primera infección de COVID 19, hoy, tras 9 meses de dicha medida, las autoridades sanitarias reportan 954 muertos y 107.786 infectados; seguimos con las medidas de prevención, tales como: el uso obligatorio de tapabocas, para salir fuera de la casa, distanciamiento de más de metro y medio entre las personas, el cierre de vías de comunicación entre municipios y mayores restricciones a los comercios y expendios de alimentos en cuanto a los horarios de trabajo y medidas higiénicas como el uso de gel para lavarse las manos antes de entrar a los establecimientos. Quiero destacar que aún quedan muchas personas que se resisten a cumplir las recomendaciones y andan por las calles como si no pasara nada.
Expresaré lo que he sentido como ciudadana, viviendo en la ciudad de Valencia, Venezuela, durante el aislamiento social decretado por el Ejecutivo nacional con motivo de la pandemia por la COVID-19;. Complementaré lo que he experimentado con las noticias escuchadas por la radio, las lecturas de las redes sociales y los comentarios hechos por amigos y familiares a través de llamadas y conversaciones por WhatsApp.
Me basaré teóricamente en lo que dice la etnometodología, sociología de la vida cotidiana, en la cual lo importante es el análisis de los modos comunes en que los individuos hacen racionales y explicables sus experiencias de todos los días (Filmer, P., Phillipson, M., Silverman, D., Walls, D. (1972; p 217) y el pensamiento de los fenomenólogos, (Husserl (1997; p 77) y Heidegger (1995; p 110), quienes consideran descubrir y comprender los fenómenos desde la vivencia de las personas, en forma inductiva, a partir de la realidad percibida por cada sujeto.
Me atreví a hacer este artículo, porque considero que se debe dejar testimonio de lo que sienten las personas cuando están pasando por situaciones de crisis, de modo que estos relatos pasaran a formar parte de la historia, contada por sus propios actores.
Tomé como guía la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela porque en ella están plasmados mis derechos y deberes como ciudadana y de todas las reglas que regulan mi desenvolvimiento en las diversas áreas de mi vida social, económica, política, académica, profesional y laboral.
Cuando me enteré de la cuarentena, lo primero que pensé fue en el gran deterioro en que se encuentra todo el sistema educativo del país y lo difícil que es mantener a los niños todo el día dentro de la casa, especialmente en aquellos hogares donde los padres no tienen cómo darles de comer y tampoco tienen ninguna comodidad o maneras de entretenerlos, comencé a indagar con los vecinos y familiares acerca de cómo estaban haciendo para cumplir con el plan “Cada casa una Escuela” propuesto por el Ministerio del Poder Popular para la Educación y con las respuestas pude comprobar que ni los maestros ni los representantes están preparados para asumir la educación en casa.
Los maestros tenemos unos sueldos pírricos que no alcanzan para comprar la comida de un día, tampoco tenemos teléfonos inteligentes, ni computadoras y, lo más grave, no estamos preparados en el uso de herramientas tecnológicas para hacerle frente a una situación de contingencia, tal como lo expresa: Carrera, V. M. [@InVictorCarrera] (2020, 19 de mayo). “Además es una medida excluyente, ya que, así como hay profesores que no tienen ni Internet ni computadoras, hay un número mucho mayor de estudiantes en esa situación. ¿Qué hacemos con ellos en medio de esta pandemia? ¿Los obligamos a ir a sitios de Internet públicos?” Tuit. https://twitter.com/search?q=%40InVictorCarrera&src=typed_query
Los docentes han puesto en práctica cualquier estrategia que les permita hacer llegar las tareas a sus alumnos, especialmente en los colegios privados, en los cuales los representantes, se han organizado por sección haciendo grupos de WhatsApp o enviando las tareas por mensajes de texto y algunos van una vez a la semana a la escuela a recoger los trabajos y los devuelven a la semana siguiente. Los docentes de escuelas públicas se han quejado porque las autoridades de las Zonas Educativas, los están obligando a ir a las instalaciones educativas, en plena pandemia, a recoger las tareas de los estudiantes
Así mismo, en las escuelas públicas, el Ministerio del Poder Popular para la Educación ha ordenado ver programas por VTV, en los cuales se ha visto una gran improvisación y falta de dominio de los temas por parte de los facilitadores, al respecto en la red social Twitter encontré el siguiente comentario: Ramírez, T.[@tulioraminez]. (2020, 20 de abril) “Acabo de ver una de las clases que imparten por VTV sobre un árbol genealógico. Qué enredo, la maestra terminó diciendo que «los hermanos de mi papá y de mi mamá tuvieron hijos y esos hijos son mis tíos, y esos tíos tuvieron hijos que son mis primos». ¿¿???” Tuit. https://twitter.com/tulioramirezc.
También circularon videos, uno, donde la maestra dijo que el agua que consumíamos en Venezuela se producía en la hidrológica del Guri, y en otro, escribía una fracción y la leía al revés, con lo que se evidenció la improvisación y la falta de interés en la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Lo más grave es la crítica situación por la cual estamos atravesando los educadores de todos los niveles y modalidades de la educación en Venezuela, hemos sido muy maltratados por este gobierno, no solamente en cuanto a nuestras reivindicaciones salariales, sino en cuanto a nuestra preparación para ejercer la docencia en forma idónea, no nos alcanza el sueldo para pagar cursos de posgrado, se acabó la promoción por méritos, las instituciones educativas están destruidas, hay un contingente de docentes en diáspora y los centros de formación de docentes se están quedando solos.
Para complementar lo expuesto, muestro lo que dice el profesor Ugalde al respecto. «La educación venezolana está derrotada… Lo más catastrófico es que las facultades de Educación y los pedagógicos están vacíos porque nuestra sociedad ha degradado la vocación de educador. Si no damos efectiva prioridad y atractivo a la vocación de maestro será triste el futuro del país…» Ugalde, L. (2020, 4 de mayo)
Es muy lamentable que todo el sistema educativo venezolano esté en decadencia porque creo que la educación es la única vía a través de la cual se puede desarrollar un país, no solamente porque se educa a las personas para el trabajo y la producción, sino porque es la escuela una de las organizaciones formales encargadas de formar en la gente los patrones y parámetros de comportamiento y buenas costumbres que requiere un ciudadano para ejercer su ciudadanía, además es un derecho consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se establece que la educación y el trabajo son los procesos fundamentales para garantizar los fines del Estado.
El Artículo 3 dice: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo (…)”
En Venezuela no se cumple con nada de lo establecido en este artículo, pues, cómo se desarrolla una persona cuando se le niega el derecho a la educación en igualdad de condiciones. Esta es una manera de profundizar las diferencias sociales y el acceso al derecho a tener una educción equitativa y de calidad, tal como lo propone la Unesco en su Agenda 2030: “asegurar una educación de calidad inclusiva y equitativa a lo largo de la vida para todos al 2030” y se aniquila toda posibilidad de prosperidad y bienestar porque ¿Cómo se promueve la prosperidad en medio de una situación de hambre y escasez?
Una de las cuestiones por las cuales me he sentido muy preocupada y triste en este período de aislamiento es por la situación que padecen los niños de escasos recursos, quienes perdieron la posibilidad de ir a comer a los comedores escolares, aunque sea arroz y granos, también porque ir a la escuela es la única salida y ocasión para comunicarse con sus amigos, docentes y pasar un ratico fuera de sus casas, donde, generalmente, no tienen ninguna opción para divertirse y sus padres no están preparados para ayudarlos a hacer sus deberes escolares
Por mi casa pasan todos los días por lo menos 6 niños en edad escolar pidiendo comida y también han pasado padres de familia vendiendo cualquier artículo con el objeto de llevar algo de comer a sus casas, pues el trabajo decente ya desde hace muchos años es un bien muy escaso en este país, donde el parque industrial quedó constituido por unas pocas empresas moribundas y con problemas de toda clase. La mayoría de la mano de obra trabaja en empleos informales y otros se han ido del país en busca de mejor calidad de vida, ya el trabajo dejó de ser uno de los procesos con el que se garantiza los fines del Estado, como lo expresa el Artículo 87 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La educación universitaria está en las mismas o en peores condiciones que los otros niveles educativos, empezando porque las instalaciones físicas y el mobiliario han sido objeto de un proceso de vandalización continuado en unas facultades, más que en otras. Como docente universitaria, cada vez que paso por el Campus Bárbula, otrora una belleza, no solamente por sus instalaciones, sino por sus jardines, siento ganas de llorar y un profundo desprecio por la clase gobernante, que por corrupción, desidia e incapacidad han dejado morir el mayor patrimonio que tiene, la región y el país, poniendo en riesgo el futuro de nuestra juventud.
Los profesores universitarios de toda Venezuela, estamos pasando por una severa crisis que nos tiene a todos empobrecidos y a otros muchos, en condiciones realmente lamentables porque, no solo es cuestión de alimentos, también carecemos de productos de aseo personal, de limpieza del hogar, de medicinas y hasta de ropa y zapatos para ir al trabajo, aun así, hay un grupo numeroso de docentes que seguimos trabajando con nuestros estudiantes, con la esperanza de que haya un cambio a nivel de políticas de Estado.
Como consecuencia de esta crisis algunos docentes han muerto por falta de alimentos y medicinas, actualmente hay dos profesores amigos que tienen enfermedades crónicas y están dependiendo de la caridad de sus excompañeros de trabajo para comprar las medicinas y medio alimentarse porque el MPPE no tiene seguro para los docentes. La situación es tan grave que no extraña el testimonio de Marín, J. [@josecmarind] (2020, 19 de mayo). “No me lo contaron, lo viví con un amigo profesor universitario titular, jubilado y con 60 años. Aún con largo camino por andar. Tomó la terrible decisión de suicidarse por no tener cómo comprar las medicinas. Tristeza, impotencia, arrechera. Tuit. https://twitter.com/josecmarind. Lo mismo sentí yo al leer este tuit.
Otro problema que afecta grandemente a los venezolanos es la escasez de gasolina, la cual tiene al país paralizado. Los campesinos no han podido traer sus productos a los mercados y los han tenido que regalar o echárselos a los cerdos, perdiendo su inversión y quedándose sin dinero para volver a comenzar, eso de verdad me da mucha tristeza, ver a la gente pasando hambre y los productos del campo perdiéndose, por negligencia, corrupción e ignorancia de nuestros gobernantes, quienes dilapidaron millardos de dólares y arruinaron una de las empresas petroleras más prometedoras del planeta. El gas vehicular, que podría ayudar a disminuir el impacto de la escasez de gasolina, también resultó un engaño, se gastaron grandes sumas de dinero en el acondicionamiento de estaciones de servicio para el suministro de gas y en la actualidad hay muy pocas activadas. Además, que éste también es escaso
Me da mucho pesar cuando escucho por la radio las protestas de los enfermos de cáncer que tienen que hacer todo tipo de esfuerzos por conseguir gasolina para poder llegar a los centros de salud donde se realizan sus quimioterapias, igual les sucede a los enfermos renales quienes deben hacer diálisis tres veces a la semana. En días pasados oí por radio que un señor tuvo que dormir dentro del carro que lo transportó hasta la clínica porque se les acabó la gasolina y no pudieron llenar el tanque para regresar a su casa.
Vi en Facebook que murieron dos enfermos renales por no tener gasolina para trasladarse a los centros de salud. Otro testimonio lo da: Pérez, M. [@Mily_Perez]. (2020, 19 de mayo). “Sin medicinas y sin posibilidad de culminar tratamiento «para vivir». No hay gasolina para trasladarme y no debo estar expuesta por mi condición. El Estado no me brinda ni las más mínimas condiciones de vida, de salud, de paz. Soy docente universitaria con maestría y con mención” Tuit. https://twitter.com/Mily_Perez y como estos, miles de testimonios de personas y de docentes de todos los niveles de la educación que no pueden comprar su comida ni su tratamiento ni tienen gasolina para llegar adonde pueden recibirlo. Se viola el derecho a la vida consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el Artículo 83 de nuestra CNRBV.
Otro sufrimiento debido a la escasez de gasolina es el que se siente cuando fallece un familiar y no hay gasolina para acompañarlo a su última morada, tal como lo manifiesta Marín D. J. [@josecmarind]. (2020, 20 de mayo). “No tenía gasolina para trasladarme a Guarenas a enterrar a mi madre, le solicité al mayor Méndez, jefe del operativo bomba de Montalbán, 15 litros. Con tono militar me negó el combustible. En dictadura los militares perdieron el honor y la honra”.
Al leer esta triste información, sentí decepción y mucha impotencia porque a mí también se me murió un familiar a quien no pude visitar durante su enfermedad por carencia de combustible y tampoco pude ir a su entierro por la misma razón. Hoy me enteré de la muerte de otro familiar, quien estaba de visita en la casa de una hija en Maracay, murió repentinamente, y tuvieron que cremarla allá, porque el traslado del cadáver salía muy costoso. Ninguno de sus otros hijos pudo asistir a sus exequias por falta de gasolina. Pasé todo el día conectada con el dolor de sus hijos, al no poder asistir al velorio de su madre, estando relativamente cerca.
Los servicios públicos, en tiempos de aislamiento social han empeorado y por ello comenzaré a hablar de las características cada uno en estos tiempos de confinamiento social:
Agua
Líquido vital en estos tiempos de infección por la COVID19, en los cuales, el lavado de las manos, de los objetos, el aseo personal y de los espacios humanos es la principal recomendación para la prevención. El precioso líquido ha brillado por su ausencia, en todo el país, destacándose regiones como: Aragua, Falcón, Maracaibo, Barinas, donde pasan hasta meses sin ver una gota de agua. Para colmo, no se puede guardar el confinamiento ni el distanciamiento social porque se hace necesario salir a buscar agua diariamente. He visto videos con personas haciendo largas colas para llenar sus envases, sin ninguna protección, lo cual me preocupa mucho porque se puede desatar un gran contagio, que se pudo evitar, si contáramos con un suministro de agua eficiente.
Al respecto en una nota de prensa de fecha 21-05-2020, para Unión Radio, la periodista Pecorelli, C. E. señaló: “No hay agua en la región aragüeña, desde horas de la madrugada se comienza a ver la cola de vecinos en la avenida Bolívar para bajar hacia un puente, meterse en una cuevita y sacar agua, a pesar del peligro que ello representa. El gobernador Marco Torres dijo que se estaba canalizando la apertura de puntos específicos para garantizar el servicio, pero hasta ahora no se ha cumplido”
En lo que a mí, respecta, ya estoy harta de cargar baldes para llenar la poceta, de fregar los utensilios de la cocina con tazas y de bañarme con un tobo. Esta carencia me irrita particularmente porque Venezuela es un país con un gran potencial hídrico, pero la desidia y la corrupción se han comido los recursos destinados a esta área, dejando a los venezolanos muriéndose de sed. En días pasados sentí un gran desencanto porque vi que la gente celebraba la compra de camiones cisternas para surtir agua, como si estuviéramos en un desierto y la otra preocupación con relación al suministro del vital líquido es que, en algunas partes del país y de la ciudad, se están perforando pozos profundos, quién sabe si con los estudios ambientales requeridos, lo que pone en riesgo el ecosistema.
Gas doméstico
En cuanto al gas doméstico, hay una gran porción de la población a quienes no le llega desde hace mucho tiempo. El 21-2-2020, a través de un programa de Unión Radio, el periodista Ricardo Graffe entrevistó a una representante del Asilo San Vicente de Paúl en Valencia, quien hizo la denuncia de que en ese sitio había 150 ancianos y las monjas, encargadas, estaban cocinando con leña, cuestión ésta que me produjo mucho malestar por cuanto en el Artículo 80 de la CRBV, se garantiza el derecho y la dignidad de los ancianos, quienes son los peores tratados en estos tiempos en Venezuela.
Estoy muy desesperanzada porque en varios mensajes de WhatsApp y en otras redes sociales han pronosticado la escasez de gas doméstico y parece que es verdad, porque hace más de cuatro meses, en la urbanización donde vivo pagamos el gas y aún no ha llegado y lo mismo sucede en otros lugares, donde viven familiares y amigos, ojalá pueda solucionarse ese problema, porque con las fallas de la electricidad, la opción de cocinas eléctricas no es muy válida y cocinar con leña es bastante cuesta arriba, especialmente en los apartamentos y hasta en las casas. Pienso que es algo increíble ya que Venezuela es un gran productor de gas, pero la corrupción y la ignorancia, han desperdiciado este valioso recurso.
Servicio eléctrico
Sin electricidad y en los estados fronterizos, es una verdadera tortura para sus habitantes; siento compasión por las personas de los estados Falcón y Zulia por los inmensos calores que deben soportar y por la pésima calidad de vida que tienen. Seguidamente Aristeguieta, E. señala [@EAristeguieta]. (2020, 21 de mayo). “Caracas ya va tomando el mismo aspecto de Maracaibo, Mérida o cualquier otra ciudad de Vzla., sin luz, sin agua, sin gasolina ni transporte, Sin vida decente. ¿Hasta cuándo toleramos esto?”.
En la cuarentena se han agravado los cortes en la ciudad de Valencia, el 22-5-2020 reportó Sandy Aveledo, de Unión Radio, que en la Urb. Piedras Pintadas, en Valencia, tenían más de 22 horas sin electricidad. Este vital servicio es indispensable para el desarrollo del país y el bienestar de sus ciudadanos ya que, sin electricidad no hay ningún tipo desarrollo. Los especialistas hablan de un gran colapso porque desde hace años no se le hace mantenimiento al sistema eléctrico nacional y aunque el gobierno ha gastado grandes recursos, no he visto alguna mejoría, por lo que presumo que el dinero ha ido a parar a manos de corruptos inescrupulosos.
Telecomunicaciones
De las telecomunicaciones, ni hablar, hace más de cinco años, empezaron los robos de cables y fibra óptica de Cantv, por lo que ese servicio dejó de funcionar en casi toda Venezuela, de Movilnet, solamente quedó el nombre, ya ni siquiera se puede pagar el servicio, las otras operadoras, están en las mismas condiciones, me desespero cuando debo hacer una llamada telefónica, se ha vuelto una odisea, el servicio de Internet por celular es peor que el de llamadas.
Internet domiciliario
Internet, que, en mi caso, por ser docente, es muy necesaria para el desarrollo de mis actividades, tanto profesionales como personales, es otra calamidad, cada vez que necesito buscar una información o cumplir con alguna tarea propia de mi profesión, me encuentro con que, o no hay electricidad o no hay señal de Internet y cuando, como suscriptora reclamo al proveedor de servicio, se excusa diciendo que el gobierno no les ha asignado divisas para reponer los equipos dañados, con lo que se viola mi derecho consagrado en el Artículo 110 de la CRBV el cual reza: “El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación y sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser instrumentos fundamentales para el desarrollo económico, social y político del país”.
Transporte
Aunque últimamente no he salido mucho, en días pasados tuve urgencia de salir a la calle y tomar una camioneta, la cual iba con el doble de pasajeros permitidos y sin cumplir con las medidas recomendadas para prevención de la COVID-19. Sí he leído y oído las proezas que tienen que hacer las personas que necesitan trasladarse de un sitio a otro por motivos de trabajo y deben tomar el transporte público, el cual está operando con pocas unidades, solamente las que usan gasoil y por lo tanto andan atiborradas de pasajeros, y no cumplen con los horarios establecidos. El metro de Valencia es un desastre, muchas personas deben caminar largos trechos a pleno sol, más ahora que está limitado por medidas de protección por la COVID-19.
Sistema de salud
El sistema de salud en Venezuela, ha estado colapsado desde hace varios años, ahorita con esta emergencia, la situación es bastante crítica, las personas que están recibiendo diálisis y quimioterapia, son quienes están en peores condiciones, en muchas oportunidades no hay agua, en otras no hay electricidad para realizarse sus tratamientos y en otras, no hay las medicinas. Muchos trasplantados de riñón y otros órganos han perdido las operaciones por falta de medicamentos. Muchas veces, un grupo de sindicalistas de la salud del estado Carabobo se han quejado de que en la Ciudad Hospitalaria Henrique Tejera no hay un área acondicionada para recibir casos de la COVID-19, ni equipos de seguridad para los médicos y enfermeras.
La inoperancia en el área de la salud es una violación de mi condición de ciudadana sujeta al derecho que me brinda la CRBV en el Artículos 83 el cual dice lo siguiente: “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida” (…), complementado con los Artículos 84, 85 y 86, donde se habla de la operacionalización, el financiamiento, administración y estructura del sistema de salud. A pesar de que la salud, tiene un amplio despliegue en la CRBV como un derecho fundamental, considero que es una de las áreas donde se vulnera más la dignidad de las personas porque los trastornos en la salud debilitan el ánimo y llevan a la indefensión y a la muerte.
Pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
He visto mucho sufrimiento en las personas y he sufrido con ellos, especialmente los de tercera edad, quienes en su mayoría sólo cuentan con su pensión para cubrir todos sus gastos, incluso los de medicinas. Acaban de subir el salario básico a 1.200.000 bolívares mensuales, con los cuales solo se puede comprar una harina para hacer arepas. Los ancianos están desnutridos y enfermos, por falta de una dieta adecuada y los cuidados propios de esa edad. Hay muchos que no han podido hacer uso de sus pensiones porque los bancos están cerrados y no cuentan con sus tarjetas de débito, las cuales han escaseado últimamente y las personas no pueden ir a las taquillas a retirar su dinero en efectivo.
Diáspora
Otro hecho que me ha llenado de verdadera tristeza es la diáspora de venezolanos, quienes han tenido que irse a otros países en búsqueda de mejores opciones y debido a la COVID-19, perdieron sus empleos y han tenido que regresar al país, en peores condiciones que cuando se fueron porque algunos vendieron sus casas y pertenencias para viajar. En el camino de regreso ha habido mucho sufrimiento y hasta muertes; algunos han regresado en vuelos humanitarios y han estado en cuarentena antes de ir a sus hogares, otros han regresado por trochas, a veces caminando, para encontrarse con un país donde las condiciones por las cuales tuvieron que irse, han empeorado.
La COVID-19 produjo una situación nunca vista en el planeta Tierra, vino, entre otras cosas, a demostrarnos nuestra vulnerabilidad como seres vivos, es una experiencia que quedará grabada en nuestra historia como especie, como una de las más devastadoras, no solamente por las muertes que ha producido, sino por los cambios en todos los órdenes de nuestra vida, la cual ya nunca más volverá a ser como antes, de ahora en adelante, tendremos que darle valor a cosas más simples y que siempre han estado a nuestro alcance, como el cuidado de nuestra salud física y emocional, la preservación de nuestra madre Tierra y la importancia de los hábitos virtuosos para la convivencia humana.
Después de la experiencia vivida en el aislamiento social con motivo de la COVID-19, todos, sin excepción de ningún a clase, tenemos la obligación de repensar el país que queremos y dedicarnos a reconstruirlo.
Nos pudimos dar cuenta de que tenemos muchas debilidades como sociedad, hemos dejado que cuestiones tan importantes como la política y el ejercicio de la ciudadanía se queden fuera de nuestros temas de enseñanza y aprendizaje en las escuelas y universidades.
Estoy completamente convencida de que es una obligación educar para el ejercicio de la ciudadanía ya que en mi trayectoria como docente y como ciudadana, he visto que la mayoría de las personas soportan con demasiada resignación la violación de sus derechos, debido a que ni siquiera han leído la CRBV y la mayoría cree que la pensión y otras reivindicaciones sociales son una prebenda del gobierno de turno y por eso no se atreven a reclamar nada.
Los hogares, las escuelas, universidades y la sociedad en general deben convertirse en espacios donde se enseñe, discuta y se practique la civilidad, a través de programas sostenidos cuya intención sea la formación de ciudadanos conscientes de sus deberes y derechos y que tengan la suficiente fuerza para reclamar a los gobiernos su estricto cumplimiento.
Considero que todos tenemos la obligación de fomentar en nuestros niños y jóvenes el amor a la venezolanidad y la práctica de valores patrios, que nos muestren nuestras raíces y formas de pensamiento, para tener la capacidad de poder discernir qué tipo de gobierno merecemos y por qué.
Los profesores deben convertirse en educadores, modelando comportamientos amorosos, inclusivos, donde el afecto esté por encima de cualquier actitud. Entendiendo que no es la razón la que nos lleva a la acción, sino la emoción, como lo afirman Maturana, H. y Varela, F. (2003). “el amor es la emoción que funda lo social… y sólo tenemos un mundo que creamos con el otro y sólo el amor nos permite crear un mundo en común con él”.
Referencias
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999, con la Enmienda Nº 1 de fecha, febrero de 2009. Talleres Gráficos de la Asamblea Nacional
Filmer, P., Phillipson, M., Silverman, D., Walls, D. (1972). New Directions in Sociological theory: McMillan
Habermas, J. (1987). Teoría de la Acción Comunicativa. Racionalidad de la Acción y Racionalidad Social. Tomo I. Tauros.
Heidegger, M. (1995). El ser y el tiempo. Fondo de Cultura Económica
Husserl, E. (1997). La idea de la fenomenología. Fondo de Cultura Económica.
Maturana R, Humberto y Varela G. Francisco (2003). El Árbol del Conocimiento. Grupo Editorial Lumen.
Naciones Unidas (2018), La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe. (LC/G.2681-P/Rev.3), Santiago. Disponible: https: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/24/S1801141_es.pdf
República Bolivariana de Venezuela. (2020, 13 de marzo). Gaceta Oficial de la N.º 6519, Extraordinario, Decreto N.º 4160. http://www.presidencia.gob.ve/Site/Web/Principal/imagenes/adjuntos/Web/Libros/PDF/Libro13.pdf
República Bolivariana de Venezuela. (2020, 12 de abril). Gaceta Oficial de la N.º 6528 Extraordinaria, Decreto N.º 4186. http://diarioelvistazo.com/wp-content/uploads/2020/04/2020_go-6528.pdf
The Coronavirus Prevention Handbook. 101 Science Based Tips That Could Save Your Life. Hubei Science and Technology Press. Shan Zhu, Qing Chen, Jun Li. (2020) http://enfermeriacomunitaria.org/web/attachments/article/2360/Libro%20de%20Prevencio%CC%81n%20del%20CORONAVIRUS%20traducido%20al%20espan%CC%83ol.pdf.
s://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/24/S1801141_es.pdf