La abstención electoral en Venezuela se refiere al acto de no participar en un proceso electoral, ya sea por desinterés, descontento, falta de confianza en el sistema político o por otras razones. En el contexto venezolano, la abstención electoral ha sido un fenómeno importante en varias elecciones recientes. La alta abstención en Venezuela ha sido atribuida a diversos factores, entre los que se encuentran la desconfianza en el sistema electoral, la percepción de falta de transparencia y credibilidad en los procesos electorales, la polarización política, la crisis económica y social, así como la percepción de falta de opciones políticas viables. Es importante señalar que la abstención electoral puede tener implicaciones significativas en el proceso democrático de un país, ya que una alta tasa de abstención puede afectar la legitimidad de los resultados electorales y la representatividad de los líderes y partidos electos. Para abordar la abstención electoral en Venezuela y promover una mayor participación ciudadana en los procesos electorales es fundamental fortalecer la confianza en las instituciones electorales, garantizar la transparencia y equidad en los procesos electorales, fomentar la pluralidad política y ofrecer a los ciudadanos opciones políticas creíbles y representativas. Además, es importante promover la educación cívica y la conciencia sobre la importancia del voto como un medio para expresar opiniones y contribuir al desarrollo democrático del país. La abstención electoral gravita en la no participación de aquellos que tienen el derecho a votar. Las motivaciones de la abstención son poco claras y pueden ocultar una pluralidad de razones. Es obvio que el discurso de Nicolás Maduro busca estratégicamente una abstención inducida y más aun después de su experiencia del pasado 28 de julio
El CNE, árbitro electoral, convocó para el próximo 27 de abril de 2025 las elecciones parlamentarias y regionales, proceso electoral que la líder opositora María Corina Machado llamó a boicotear tras denuncias de fraude en la reelección del presidente Nicolás Maduro el pasado 28 de julio de 2024. Son incuestionables algunas maniobras del oficialismo cuando se apoyan en edificadas campañas de descrédito de supuestos planes desestabilizadores y conspirativos por parte de la Plataforma Unitaria y factores exógenos. No obstante, la estrategia de la oposición apunta hacia una dimensión pacífica, democrática y constitucional. La oposición está convocada, la salida según los resultados poselectorales debe ser negociada
Un nudo crítico para la participación de estos comicios es el CNE, acusado de favorecer al gobernante madurismo, no ha publicado aún un escrutinio detallado de las elecciones presidenciales del 28J, en las que proclamó a Nicolás Maduro reelecto para un tercer período (2025-2031), mientras la oposición publicó en una web copias de actas de las máquinas de votación con las que reclama un triunfo del exiliado Edmundo González Urrutia sobre el mandatario izquierdista.
La variable abstención se pone compleja y los candidatos opositores y no los de la Plataforma Unitaria no se enfrentarán a otros candidatos sino a los intereses del poder del Estado venezolano.
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