OPINIÓN

Mi experiencia de vacunación contra la COVID-19

por Alejandro Uribe Alejandro Uribe

Generalidades

En primer lugar, presento mi respeto, consideración y agradecimiento, a todo el personal sanitario a nivel local y mundial, que ha estado luchando de frente y sin pausa contra un letal enemigo invisible, que constituye actualmente una grave amenaza biológica contra toda la humanidad y que es el coronavirus llamado SARS-CoV-2, responsable de producir la enfermedad COVID-19, de la cual la Organización Mundial de la Salud –OMS– tuvo noticias a partir del 31 de diciembre de 2019, cuando se detectó por primera vez en la ciudad de Wuhan –capital de la provincia Hubei, situada en la República Popular de China–, siendo que a partir de esa fecha se inició el seguimiento de la afección por parte de la OMS.

En el cumplimiento de su labor profesional, el personal sanitario ha estado expuesto al coronavirus y hay enfermeras, médicos y personal de apoyo, fallecidos en todo el mundo –ofrezco mis sentidas condolencias a sus familiares–, por lo cual es fundamental priorizar la inmunización de estos valiosos profesionales de la salud y darles todo el apoyo, junto con los materiales sanitarios y de protección biológica que se requieran, para que puedan cumplir con su trabajo que implica un alto riesgo, minimizando así la posibilidad de contagiarse y fallecer.

A comienzos del año 2020 la ingeniería china construyó a gran velocidad hospitales de campaña para aislar y atender a sus enfermos y algunos creían que este virus no los afectaría, por estar lejos del país de origen, pero a raíz de la globalización y de los viajes intercontinentales, la enfermedad se expandió a mundialmente con gran rapidez, hasta que fue declarada por la OMS como una pandemia, el 11 de marzo de 2020.

Afortunadamente, gracias a la experiencia que se tenía con enfermedades virales, epidemias y pandemias anteriores, la OMS estableció recomendaciones y protocolos sanitarios para prevenir la enfermedad, pero por otra parte los científicos de diversos laboratorios biológicos en todo el mundo empezaron a investigar y a crear diversas pruebas para detectar al virus y lo más importante, se utilizó capital financiero, inteligencia, infraestructura y conocimientos acumulados por muchos años de investigación y desarrollo en el área, para crear vacunas con diversas tecnologías biológicas ya probadas con vacunas para otras enfermedades conocidas, de manera que actualmente están disponibles algunas de ellas, que son autorizadas por la OMS y otras que se encuentran en fase de desarrollo o de pruebas.

Cabe destacar que en Venezuela se empezaron a tomar medidas tempranas contra la pandemia mencionada, a partir del 17 de marzo de 2020, cuando se decretaron las cuarentenas y se activaron los protocolos sanitarios recomendados por los expertos sanitarios –muy cerca de la declaración de pandemia que hizo la OMS el 11 de marzo de 2020– acción que junto con la restricción de vuelos internacionales existente para la época fueron elementos útiles para disminuir el impacto que pudiera haber sido mayor, como ha ocurrido en otras naciones como son Estados Unidos, Brasil o México, por citar solo tres, donde sus gobiernos tardaron en reaccionar adecuadamente por negligencia de sus presidentes, de modo que según las cifras oficiales, para la fecha 18 de junio de 2021 se reportó un acumulado en Venezuela de 258.140 casos de la COVID-19 y un total de 2.925 muertes.

En Venezuela han sido utilizadas dos vacunas contra la COVID-19 que son la Sputnik V –rusa– y la Sinopharm –china– siendo que estas vacunas necesitan la aplicación de dos dosis del mismo tipo con una intervalo de 3 a 4 semanas, para aumentar su efectividad en la generación de anticuerpos y por tal razón, es muy importante que las autoridades sanitarias del país garanticen la existencia necesaria, para poder completar el proceso completo de inmunización en el tiempo estipulado, para quienes recibieron la primera dosis de cada tipo de vacuna y por otra parte, es conveniente que optimicen el plan nacional de vacunación, a efectos de garantizar el mayor porcentaje posible de vacunados en el menor tiempo posible –pero sin improvisar–, haciendo uso de las mejores vacunas certificadas por la OMS, teniendo en cuenta que deben presentar un alto porcentaje de eficacia inmunizadora, una baja incidencia de efectos adversos, una disponibilidad adecuada y oportuna de dosis por parte de sus proveedores y buenas referencias, de acuerdo con los resultados obtenidos por otras naciones, a efectos de evitar complicaciones posteriores.

Mi experiencia personal con la vacuna anticovid-19:

El 14 de junio de 2021 registré en el sistema Patria la solicitud de vacuna; adicionalmente, el día 15 de junio de 2021 a las 10:39 am envié al número 74224 mi número de cédula y en la tarde del mismo día, a las 5:26 pm me llegó la cita para el 16 de junio de 2021 a las 8:00 am, indicándome el nombre del centro educativo público donde debía asistir –soy adulto mayor, hipertenso y resido en el interior del país–.

Llegué al centro de vacunación indicado en el mensaje –que queda a tres cuadras de mi casa– a las 7:30 am y tuve que hacer una cola hasta que empezó a llover y entonces nos hicieron pasar al interior del centro educativo. Había más de 300 personas citadas y los funcionarios del proceso indicaban a los presentes que solo se vacunaría a quienes hubieran recibido el mensaje de texto. El proceso fluyó relativamente rápido y ordenado, habían colocado bancos para sentarse en los pasillos bajo techo, respetando el distanciamiento social; los pisos, las paredes y los baños estaban limpios; habían cortado la maleza de los patios y no había zancudos ni otro tipo de insectos, tenían personal de limpieza y también de seguridad entre policías y milicianos, trabajaban como 10 damas vacunadoras y había otro personal auxiliar que repartía café y agua, confrontaba los datos, llenaba las planillas y entregaba la tarjeta de vacunación. Aproximadamente a las 11:00 am del 16 de junio de 2021 me vacunaron –esperé durante 3,5 horas, pues estaba una gente que había madrugado más que yo–. Hasta el día de hoy 19 de junio de 2021 a las 5:00 pm –cuando estoy escribiendo este artículo– no he tenido ningún síntoma adverso, pero soy consciente de que mi organismo está creando anticuerpos y por eso debo tener prudencia y paciencia, mientras esto ocurre y mi sistema inmunitario aprende a detectar y a defenderse de algunas cepas del SARS-CoV-2, siendo posible que a futuro deba ser inmunizado contra otras cepas nuevas de este coronavirus, que ojalá algunas de ellas ya vengan incorporadas con la segunda dosis.

Es importante enfatizar que la respuesta a las vacunas con relación a los efectos secundarios puede ser diferente de una persona a otra, pues cada individuo posee sus propias características de tipo biológico e historial médico diferente.

Todos los miembros del equipo de vacunación me parecieron respetuosos, atentos y eficientes, razón por la cual debo felicitar tanto a los organizadores como a todo el personal involucrado en el operativo de inmunización, donde recibí la primera dosis de la vacuna anticovid-19.

Considero que es una buena práctica hacer uso del envío del mensaje de texto con el número de la cédula al 74224, para indicar que el ciudadano está dispuesto a vacunarse, pues existe una prioridad para asignar el orden de vacunación dependiendo de la edad, la ocupación o precondiciones de salud y la elección de vacunarse o no, depende por ahora de cada persona, de manera que entre mayor sea la cantidad de convocados y vacunados por día, se podrá controlar más rápido la pandemia, siendo que hay que utilizar al máximo las dosis de vacunas como los recursos físicos y humanos de los que dispone en el país.

Algunas mejoras sugeridas

El funcionario que recogió las cédulas de los asistentes nos informó que iban a colocar la vacuna china, pero de ellas hay tres marcas de diferentes –CanSino, Sinopharm y Sinovac– siendo que Sinopharm y Sinovac usan la tecnología biológica de virus inactivado, donde “el virus se cultivó en células de riñones de monos verdes, llamadas células vero (Vero cell); una vez que proliferó el virus, se purificó e inactivó químicamente con un producto llamado beta-propiolactona; luego les añadieron un adyuvante, una sustancia que estimula al sistema inmunológico para generar respuesta en el organismo[1] y por tanto, el nombre vero cell sin especificar la marca de la vacuna, podría generar cierta confusión.

No pude verificar la marca de la vacuna que me aplicaron, pero creo que debió ser la Sinopharm que ha sido autorizada por Venezuela, aunque en la tarjeta colocaron el nombre Vero cell y al parecer, esto podría dar problemas para viajar a otros países como España, que exige ciertos datos específicos en las tarjetas de vacunación.

Para el 11 de julio de 2021 me aplicarán la segunda dosis de la vacuna y para ese momento espero que los responsables de la vacunación nacional hayan aclarado esta posible confusión de datos y si es necesario, corrijan la tarjeta de vacunación con el nombre que sea el correcto de la vacuna aplicada, según las exigencias de los protocolos internacionales, para evitar problemas en caso de que alguien decida viajar al exterior en el futuro y por otra parte, es necesario que nos indiquen a los vacunados con la primera dosis, cómo será la convocatoria para recibir la segunda dosis en la fecha indicada: si debemos solicitarla, nos llegará algún mensaje de texto o simplemente hay que ir al centro de vacunación el día que está indicado en la tarjeta de vacunas.

Como una opinión constructiva, me parece que los gobiernos de las diversas naciones no deben tomar medidas políticas de flexibilización a la ligera, como son relajar o eliminar los protocolos sanitarios recomendados por la OMS o forzar a los ciudadanos a asistir a clases o trabajos presenciales, hasta tanto no se haya demostrado que existen las condiciones sanitarias adecuadas libres de riesgos biológicos para llevar a cabo esas acciones, que dicho en criollo “me parecen más peligrosas que comerse un mondongo crudo”.

Por otra parte, es muy importante la ética profesional y científica de los laboratorios biológicos, que deben cumplir con todas las fases de desarrollo y sus pruebas exhaustivas, de forma que si la vacuna de algún laboratorio presenta algún inconveniente, la misma debe ser retirada del mercado y destruida, sin ser utilizada o donada a algún país del tercer mundo, pues en ese caso “sería peor el remedio que la enfermedad”.

Reitero que la inmunización adecuada contra este coronavirus es de vital importancia para detener la expansión de la pandemia y minimizar la aparición y propagación de las mutaciones del virus y las secuelas de esta amenaza biológica para la humanidad, razón por la cual reconozco como una acción humana y sensata del presidente de Estados Unidos Mr. Biden, el haber eliminado la politización y parte de las restricciones existentes, para que todas las naciones puedan manejar de la mejor forma posible un problema sanitario tan importante para la continuidad de la salud y vida de la raza humana.

[1] https://prodavinci.com/sinopharm-publico-los-resultados-interinos-de-fase-3-de-su-vacuna-que-dice-el-reporte/