OPINIÓN

México tiene obligación de arrestar a Nicolás Maduro como lo hizo con el Chapo Guzmán

por Carlos Sánchez Berzaín Carlos Sánchez Berzaín

 

Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador | Reuters

En México se acaba de producir la primera reunión oficial del crimen organizado transnacional con presidentes de América Latina bajo la denominación de “VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)”. Así la define la presencia de Nicolás Maduro, reo por aplicación de la Convención de Palermo en tribunales de Nueva York y la Florida, con orden de captura y recompensa de 15 millones de dólares. México, signatario de Palermo, con tratados de extradición y de libre comercio con Estados Unidos, tiene la obligación de arrestar a Maduro y proceder como lo hizo con Joaquín “el Chapo” Guzmán.

El gran objetivo del crimen siempre ha sido penetrar, controlar, ser parte de la política. En América los intentos más notables del siglo XX fueron de los narcotraficantes Pablo Escobar en Colombia y Roberto Suárez en Bolivia, socios en narcotráfico con Fidel Castro y el castrismo como lo prueba el libro El rey de la cocaína en el capítulo “La conexión cubana”, el fusilamiento del general Ochoa y más.

En el siglo XXI este objetivo fue logrado por el socialismo del siglo XXI o castrochavismo que, expandiendo la metodología de Cuba, logró tomar y detentar el poder político en Venezuela con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Bolivia con Evo Morales y Luis Arce, Nicaragua con Daniel Ortega y Ecuador con Rafael Correa, convirtiendo a todos estos países en narcoestados. También logró dar condición política al narcoguerrillero FARC con acuerdos de paz contra la voluntad del pueblo de Colombia que votó por el NO. Sostienen la violencia armada con la simulación de las disidencias de las FARC y las operaciones narcoguerrillas del ELN, a cuyos jefes Cuba protege en su territorio.

Cuba con Castro/Diaz-Canel, Venezuela con Maduro/Cabello, Bolivia con Morales/Arce y Nicaragua con Ortega/Murillo, son narcoestados en los que se cometen crímenes de lesa humanidad y se ejerce institucionalmente terrorismo de Estado. Con barniz ideológico e ilimitados recursos de financiamiento político por medio del Foro de Sao Paulo han articulado el apoyo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner desde Argentina, de Andrés Manuel López Obrador desde México y de Pedro Castillo desde Perú, que apoyan y encubren a los jefes de los narcoestados castrochavistas.

Este es el marco de referencia para entender la reunión de la Celac y la presencia en México de los dictadores de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Venezuela, Nicolás Maduro: el aniversario mexicano utilizado por López Obrador para pagar facturas al régimen cubano ayudando al dictador luego de los crímenes de lesa humanidad agravados desde el 11 de julio, cuando el pueblo pidió pacíficamente “libertad, patria y vida”; la Cumbre de la Celac manipulada por López Obrador –con el pretexto de liderazgo latinoamericano de México- para incorporar al reo Nicolás Maduro.

Lo que en verdad ha conseguido López Obrador es dar prueba plena de su servidumbre y participación en el crimen organizado transnacional. Haciendo de México sede de la promoción y encubrimiento de criminales, viola la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional o Convención de Palermo que ratificó el 4 de marzo de 2003. Viola el Tratado México-Estados Unidos-Canadá T-MEC o Estados Unidos-México-Canadá con gravísimas consecuencias económicas.

México ha firmado el 4 de mayo de 1978 el Tratado de Extradición con Estados Unidos y lo ha ejecutado reiteradamente, siendo el caso más notorio el del narcotraficante mexicano Chapo Guzmán en enero de 2017. El artículo 1.1 del tratado: “Las Partes Contratantes se comprometen a entregarse mutuamente, con sujeción a las disposiciones de este Tratado, a las personas respecto de las cuales las autoridades competentes de la Parte requirente haya iniciado un procedimiento penal…”

El fiscal general de Estados Unidos anunció el 26 de marzo de 2020 cargos criminales por “conspiración para el narcoterrorismo” entre el llamado Cartel de los Soles, formado por autoridades venezolanas y liderado por Maduro, y las FARC desde 1999. Se estableció una recompensa de 15 millones de dólares por la captura de Maduro. El Departamento de Estado ha recordado este 18 de septiembre de 2020 –coincidente con la llegada de Maduro a México- la recompensa de 15 millones de dólares.

“Maduro ayudó a administrar y, en última instancia, a liderar el Cartel de los Soles, una organización venezolana de narcotráfico compuesta por funcionarios venezolanos de alto rango, mientras ganaba poder en Venezuela en una conspiración de narcoterrorismo corrupta y violenta con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”, dice el aviso de búsqueda contra Maduro, en la página oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos. ¿La leyó López Obrador?

Publicado en Infobae.com