OPINIÓN

Mercaderes de la carne humana

por Alicia Freilich Alicia Freilich

Costumbre de los pueblos primitivos, después oficializada por la esclavitud imperial y los regímenes totalitarios. Relatos bíblicos, obras literarias y la filmografía moderna certifican el comercial uso y abuso político de personas, etnias, variados grupos y países.

El marxismo, en su teoría y prédica de acabar la sucia capitalista explotación del hombre por el hombre, aseguró que alcanzaría la sociedad perfecta donde cada quien, sin excepciones, ejercería su derecho a una vida libre y digna según su capacidad y necesidades. Solo entonces, la imperfecta humanidad forjaría su paraíso terrenal en beneficio colectivo.

Esa utopía es la columna vertebral de dos regímenes equivalentes por sus metas y métodos: fascismo y comunismo. En el siglo XX generaron millones de víctimas deportadas, hambreadas y eliminadas en los campos de trabajo forzado de la Rusia estalinista. En su novela El Archipiélago Gulag, el escritor testigo Alexandr Solyenitzin describe los criminales procesos selectivos que eliminaron a miles mediante la desnutrición programada. El hitleriano Auschwitz utilizó a esqueléticos sastres y costureras judíos para fabricar uniformes de los genocidas. En otros campos de concentración de la Europa nazi, antesalas del exterminio el emblemático fue Terezin (Theresiensdat), se sirvieron de artistas de la música, teatro y las artes plásticas como fichas ya deshumanizadas de propaganda para engañar a visitantes foráneos.

Fusionados y con ligeras variantes forjan a la Cuba sovietizada donde con maquillaje tropicalizado desde hace sesenta años son el foco y modelo de la hemisférica explotación inhumana. Su pretexto es el parcial bloqueo estadounidense mientras comercian libremente con otros países. Luego de liquidar propiedades particulares, industrias y comercios de la productiva isla azucarera, construyeron el actual Estado chulista, parasitario, segregador que hambrea y humilla a la población, prostituye a mujeres y hombres desde edades tempranas, atrae con esos y otros lujos a turistas mundiales en resorts de un empresariado mayormente español. Explotador por naturaleza, trafica con supuestos actualizados profesionales de la Medicina vendidos por dólares que van al bolsillo de la élite en el poder. Ahora su colonia chavomadurista no puede surtirlos a millón de gratuitos productos petroleros como era rutina, entonces los camaradas de la proxeneta directriz cívico-militar acuden al segundo éxodo Mariel (1980-1981) y expulsan por miles, como materia desechable, a opositores y otros nativos.

Este es el ejemplo que el castrismo dio y da. Se incrusta en otros lares y su predilecta es la ex Venezuela donde aprovechan el tradicional inmediatismo del politiqueo colaborador propiciando una supuesta apertura económica global incluido el permiso para un presunto libre sufragio de primarias cuando la disidencia votará sin elegir. Al revés, esa votación relegitimará mucho más al régimen porque el ADN del totalitario no cede ni corrige, sus ofertas son simulacros, “fake news” y falsas leyes que refuerzan su objetivo de absoluto control estatal.

Investigaciones de expertos venezolanos exiliados lo detallan en informes documentados pero censurados para que los secuestrados no se enteren. Gracias a la cibertecnología llegan a quienes pueden eliminar este corrupto sistema. Pero de hacerlo dañarían sus propios intereses, pues provienen de la gobernanza que soborna y utiliza a la masa para comercializar sus delitos. A cambio les permiten el estilizado bochinche, locales comerciales exclusivistas, garitos lujosos, navidades populacheras desde octubre, sufragados eventos para distraer y divertir. Así los represores conservan el trono con la automática colaboración de sus víctimas que culminan apáticas y de facto cohabitando con sus dueños.

Caras bien arregladas planifican, pues, que el hastío colectivo tan necesitado de la básica libertad se conforme con estas engañosas y repetidas pausas compensatorias. Trampa  históricamente fascistoide/totalitaria que en este caso permite lavar sin dejar rastro los tesoros de la mafia usurpadora, narcotraficante, ladrona de riquezas públicas y privadas.

Negocio redondo para el militarismo revolucionario y sus socios voluntarios o no. Prisión intemporal para quien fue ciudadano con derechos y deberes, ahora esclavo resignado del cortejo cuartelario y palaciego.

alifrei@hotmail.com