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Meditación trascendental

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Viajaba en un averiado avión hacia un lugar que no puedo revelar, porque tengo una medida de protección de quien la luz porta, ante el cual he formalizado mi adhesión mientras jóvenes corteses y apertrechados procuran que no me lastimen ciudadanos hostiles a los cuales place fomentar odios contra ti. Salí de la nave en compañía de un dramaturgo apodado «Vampiro», por su aspecto gótico, pero es cauto e imantado de legión virtud a una providencia de Entidad Oculta. También lo soy, pero nací antes del anochecer.

El año 1999 un amigo que fue propietario de una institución bancaria me confidenció que la muerte lo acechaba y su última decisión de relevancia había sido la praxis de la https://mentee.es/meditacion-trascendental/. Nada para asombrarse, por cierto:

«[…] La meditación trascendental busca trascender los pensamientos; recorrer el interior de cada uno más allá de las ideas que forma la mente. En definitiva, el principal objetivo de la meditación trascendental es alcanzar un estado mental libre de cualquier proceso de pensamiento. Al aprender esta técnica, podrás apaciguar tus pensamientos y, en consecuencia, alcanzar un estado de relajación […]»

(https://mentee.es/meditacion-trascendental/)

-«Te irás de este mundo sin dinero, poeta» -musité al oído de mi amigo que acariciaba una mascota-. 

Formado en ideas corporativistas de vieja data adamsmithianas (https://www.ricardosalinas.com/blog/Lo-esencial-de-Adam-Smith), el intelectual temía al paro respiratorio:

-«Nunca me faltó dinero durante toda de vida, Jiménez Ure: me habría gustado experimentar qué se siente subsistir con un sueldo universitario» -enunció el autor de https://ejerciciosescriturales.home.blog/2021/06/14/el-viaje-de-juan-liscano/-. «Mis padres me sacaron del país hacia Europa con una mesada generosa que me permitió dedicarme a formarme escritor y conocer hacedores notables del mundo»

Almorzábamos en el Hotel Prado Río del Estado Mérida-Venezuela, hoy con otro nombre y convertido en centro para la formación en la disciplina turística:

-«Podría preguntar a las autoridades universitarias si es posible o no que suplas mis funciones mientras yo disfruto de tu fortuna bancaria» -apresuré consumar la interesante idea de mi memorable amigo-. «Con mi remuneración no podrás sentir que puedes comprar lo que tu antojo dicte, y con tu cuenta yo compraría lo estrictamente necesario para vivir con dignidad. He mirado la abundancia y ella me ha correspondido, afectuosa»

-«Antes de cumplir diez años vi al Demonio y él proveyó: esa visión paranormal me atormenta todavía» -aseveró.

No porque me sienta en el umbral de mi escisión física, decidí sumergir en las turbias aguas del «Mantra» en su contexto de Filosofía Compleja: https://bitlysdowssl-aws.com/opinion/mantra-mio/ 

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