OPINIÓN

Medir la gobernanza iberoamericana

por Francisco Velázquez Francisco Velázquez

Un equipo de 11 académicos y expertos[1] procedentes de México, Argentina, Brasil, España, El Salvador, Portugal, Venezuela y Colombia, coordinados por el secretario general del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD), trabajan en la definición de las líneas esenciales de un Índice de Gobernanza Iberoamericano (IGI) que ayude a la formulación de las políticas necesarias para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Hay un consenso generalizado por el abandono de las políticas neoliberales, que puede redundar en el fortalecimiento de las capacidades del Estado para hacer frente a las dificultades futuras, sean pandemias o calamidades diferentes. La deuda pública ya no es el monstruo generador de calamidades, sino que puede ser un vehículo de mejora de las capacidades estatales: El hecho es que las funestas predicciones de los cascarrabias del déficit nunca se materializaron, y ahora el consenso extendido entre los economistas es que la deuda es un problema mucho menor de lo que la creencia general afirmaba.(Paul Krugman, 2021).

El Índice de Gobernanza Iberoamericano, iniciado en la reunión de ministros de Administración Pública y Reforma del Estado, preparatoria de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Guatemala en 2018, debe contener dos tipos de análisis, basados por una parte en los datos reales de los Estados (número y tipos de empleados públicos, diversidad institucional, procedimientos de selección, régimen disciplinario…) y por otra en la apreciación cualitativa por parte de expertos sobre la situación de las administraciones públicas en los países del área (valoración de su funcionamiento, déficits y fortalezas a juicio de los expertos…).

Tradicionalmente, los Bancos de Desarrollo (especialmente el BID y la CAF) financian o realizan estudios destinados a conocer con mayor profundidad la realidad administrativa de los países iberoamericanos. En esta situación, lo que se pretende ahora es complementar lo existente , de manera que el conocimiento de la realidad de las administraciones de la región avance. Se busca, en definitiva, contribuir con la medición de determinados parámetros a que los gobiernos posean nuevos instrumentos de evaluación y mejora de sus administraciones públicas y , en consecuencia, de sus políticas públicas.

La participación de los diversos países en relación con la recogida de datos, especialmente de carácter cualitativo, y de los análisis podrán tener carácter confidencial o público, según los casos, y serán voluntarios como primer paso hacia su institucionalización.

El concepto de gobernanza, todavía polisémico, que se adopta, se basa esencialmente en la definición realizada por el profesor Aguilar: “La acción de gobernar a la sociedad, de dirigirla, conducirla, coordinarla. Por ser actividad directiva la gobernanza decide la orientación de la sociedad, los objetivos (estructurales y coyunturales) que por su valía son importantes para el funcionamiento, desarrollo y bienestar de la sociedad, y decide asimismo las formas de organización, las acciones y los recursos que son necesarios para realizar los objetivos intencionados” (Aguilar, 2020).

Los índices de gobernanza, con diferentes nominaciones, existen desde hace tiempo en el ámbito iberoamericano, pero habitualmente han sido demasiado concretos o relacionados con aspectos singulares, necesarios para el estudio específico para el que fueron creados. Por ello, el Índice de Gobernanza que se está desarrollando por el CLAD nace con la vocación de complementariedad, en absoluto sustitutivo de los existentes, más bien con el objetivo de unir esfuerzos para un conocimiento más profundo de la realidad administrativa de los países. Conscientes de la dificultad del empeño, se plantea el proyecto como una contribución.

La voluntariedad de la participación de los diversos países en relación con la recogida de datos, especialmente de carácter cualitativo, y de los análisis subsiguientes, que podrán tener carácter confidencial o público según los casos.

Se comenzará con una propuesta no demasiado ambiciosa para posteriormente al demostrar con los datos agregados y los análisis suministrados, el valor de la contribución, así como extender y profundizar aquellos aspectos que se consideren más necesarios.

El desarrollo del Índice de Gobernanza Iberoamericano requiere de financiación adicional por parte del CLAD y que para el futuro, se solicite el apoyo de Agencias Internacionales de Cooperación, como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Escuela Superior de Administración Pública de Colombia (ESAP) y otras instituciones.

El mayor desarrollo y extensión de las actuaciones, análisis y estudios del IGI tendrá como resultado también la necesidad de mayores fondos, incluyendo aquellos que se destinen esencialmente al cómputo y explotación de los datos suministrados por los países. Ahora que la gestión de la incertidumbre aparece como una necesidad ineludible, el IGI puede colaborar a que los países se preparen mejor ante sucesos que pueden ocurrir, aunque no hayan ocurrido nunca como la pandemia, que no termina de abandonarnos. (Lapuente,2021).


[1] Los expertos que trabajan en el IGI son: Luis F Aguilar, Oscar Oszlak, Regina Pacheco, Fernando Filgueiras, Carles Ramió, Manuel Villoria, Manuel Arenilla, Alberto Enriquez, Julio Nabais , Julio César Fernández y Pedro Medellín.