No pueden ser cosas distintas que interrogantes, gestos y sonidos los recursos de la sabiduría apriorística que utilizará cualquier infante en un grupo familiar [tribu] para hallar explicaciones a todo cuanto genera desconcierto, confusión, ansiedad y hasta pánico. Cualquier noche, la exactitud no procede, entristecida una señora me preguntó por qué teníamos que morir. Mi respuesta fue un consuelo surgido de la Mayéutica: (01)
-¿Por qué nacemos para morir?
Pertenezco, felizmente, a una generación que experimentaría transformaciones mundiales en ámbitos tanto de la música como diversas doctrinas [filosóficas, políticas y teológicas] fortaleciéndome para asumir una existencia de extrema peligrosidad. Durante mis días de púber ya escribía una novela (2) y mi entendimiento expandía, porque el cerebro es una especie de músculo que requiere ejercitarse con efusión.
En la centrípeta del occidentalismo, ya comenzaba recibir instrucciones monoteístas cuya conflictividad rápido advertí e impelería. No permitiría la impunidad de un dios culpable por omisión de justicia ante situaciones que percibía, como presbíteros embriagándose y consumiendo psicotrópicos en esos momentos inidentificables. Fue un amigo británico (recién había viajado con su padre a Londres y, de vuelta, me trajo el primer disco de The Beatles (https://thebeatles.fandom.com/es/wiki/Anexo:Discograf%C3%ADa_de_The_Beatles) quien me hablaría por primera y profunda vez de drogas: una más alucinógena que la otra: cannabis sativa y LSD (3)
Mi pubertad y encuentros [en algunos instantes fueron presagios] con misterios existencialistas me condujeron a mantenerme alerta ante lo que impacta inevitablemente los sentidos de un ser humano. Enfocado en las frívolas letras de las canciones «beatlesmaniacas» empero igual en conspicuas por maravillosas narrativas de https://www.txalaparta.eus/es/libreria/autores/robert-louis-stevenson?srsltid=AfmBOoo_uNZjxAPPoCVtXz1mIIuyDhJK9I_gO2VS_aeyaaJRdLik5fBb, https://es.wikipedia.org/wiki/Fi%C3%B3dor_Dostoyevski y https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus logré con éxito sobrevivir al tótem canallesco en derredor.
Los chicos de Liverpool madurarían tras sus giras promocionales hacia Norteamérica, donde fueron recibidos por un joven y mediocre cantautor, afamado dispensador de drogas a gente de la «Alta y Tupé Sociedad Yankee» llamado Bob Dylan. Allá supieron de los movimientos contraculturales, impulsados por la https://es.wikipedia.org/wiki/Generaci%C3%B3n_beat pero también miraron de cerca a los https://www.clerus.org/clerus/dati/2000-04/18-7/HareI.html.
El beatle John Lennon se adecuó tanto a Estados Unidos que decidió comprar un lujoso apartamento en New York City. De hacedor-productor de letras sensibleras se convertiría en alguien capaz de provocar rabietas al «staff político» norteamericano persuadido que el conservadurismo era infalible. Alguna vez el presidente Nixon pidió a Elvis Presley espiar a su colega John, un petitorio que rechazaría. El recordado autor de la irreverente canción God [https://youtu.be/SX7GsonWTJA?si=pPw1HC2ImGR0oykH] fue capcioso en materia de sobriedad y sobrellevó una vida estrafalaria-aluciante. Vindico a Lennon por haber inmergido en la Inteligencia Superior Universal tras expresar su rechazo al https://dle.rae.es/establishment. En próximo artículo hablaré sobre la adhesión de Harrison a Krishna. Convencido que Dios no sólo es un concepto sino abominación de imaginario popular, admito, ya en curso de escisión tras ingresar al Corredor de la Muerte, dada mi ancianidad de 72 años manteniéndome lúcido, que mi contra tesis teologal es la Conciencia Universal del Bien.
NOTAS
(1)
https://definicion.de/mayeutica/
(2)
(3)
https://es.wikipedia.org/wiki/Cannabis_sativa- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7830475/- https://es.wikipedia.org/wiki/LSD