OPINIÓN

Más puentes, menos muros

por Omar Ávila Omar Ávila
ONU Venezuela

Foto EFE

Hace poco más de cuatro años, se instaló en el país una delegación de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. Esta presencia ha permitido un monitoreo constante y cercano de la situación de derechos humanos en el país.

La semana pasada el Canciller Yván Gil, luego de que la Oficina del Alto Comisionado de DDHH de la ONU fijara posición sobre la detención de Rocío San Miguel, anunció la decisión del gobierno nacional de suspender las actividades de esta Oficina Técnica de Asesoría y darle un plazo de 72 horas para que abandonaran el país, hasta tanto no rectifiquen su posición.

Sin duda, el tema de los derechos humanos siempre será sensible y controversial. Como bien apunta la consultora Indira Urbaneja en redes sociales, para algunos es «un punto que unifica voces del mundo» mientras que para otros es «un negocio y una forma de buscar un quiebre político».

Desde Unidad Visión Venezuela hacemos un llamado al gobierno nacional a reconsiderar esta medida de expulsión. La presencia de la Comisión de DDHH de la ONU es invaluable para mantener canales de comunicación abiertos, monitorear violaciones a los derechos humanos y brindar asesoría técnica para el avance en esta materia. Su salida debilita la posibilidad de diálogo en un momento en el que tanto se requiere.

La decisión parece responder a desacuerdos puntuales, pero no podemos permitir que las relaciones con organismos internacionales se fracturen por casos aislados. Hay que reconstruir puentes con todas las instancias, no solo con esta Comisión. Sus críticas y recomendaciones, aunque a veces incómodas, son necesarias para el progreso. No eximimos de responsabilidad a nadie; sin embargo, por la vía de la violencia no avanzaremos por el camino del consenso y la paz.

A esto se suma la reciente declaración del relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Michael Fakhri, quien tras visitar el país concluyó que las sanciones externas han limitado la capacidad presupuestaria del gobierno para implementar programas sociales y prestar servicios básicos. Hizo un llamado a todos los Estados involucrados a revisar y levantar de inmediato las sanciones sectoriales.

Frente a esta situación, es urgente una rectificación tanto interna como externa. Aislarnos del mundo no es la solución, es el problema. Necesitamos más diálogo y cooperación para superar los desafíos que enfrentamos. La construcción de un país más justo requiere de diversas voces. Debemos estar dispuestos a escucharlas.

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