Cinco días más conteniendo la respiración. La población venezolana aguarda con el alma en vilo la llegada del viernes, el ansiado 10 de enero. Pero, ¿existe de verdad la posibilidad de tumbar a Nicolás Maduro? María Corina está echando el resto para intentar una movilización ciudadana tan masiva que lleve a algunos militares a dar un paso al lado y dejar de apoyar a Maduro. Edmundo González está apretando con su gira en América. Trabajando juntos ambos tienen una gran capacidad movilizadora pero no parece que tanta como para provocar ese cambio interno dentro del régimen. Y solo así, perdiendo Maduro el control del Ejército, abandonará el poder.
¿Y si Edmundo González regresa a su país el día 10? Ese retorno es fundamental para que el dictador no tenga el camino libre. Quienes están al lado del diplomático han asegurado que está dispuesto a hacerlo sabiendo que se inmolaría, pero que también se redimiría tras su huida de julio. Pero el chavismo va a por todas y ya está ofreciendo una jugosa recompensa económica por su arresto. La baza que tiene Edmundo González es saber que el régimen no puede permitirse el error de hacer nada que lo convierta en mártir y que prenda la mecha de una movilización masiva, pero el chavismo puede resolverlo decretando arresto domiciliario en lugar de cárcel. Cualquier otra alternativa parece una fantasía. ¿Acaso podemos esperar que un diplomático, con 75 años y graves problemas de salud, logre eludir los controles internos del chavismo y se someta a una investidura clandestina?
Frente a este triste panorama está la comunidad internacional. ¿Qué hará o, mejor dicho, qué puede hacer? Estados Unidos, el que tiene mayor capacidad de presión para forzar el cambio político, está a punto de reestrenar presidente. El primer Donald Trump probó la vía dura. No funcionó. Joe Biden cambió de estrategia y optó por los estímulos. Tampoco resultó. Lo primero que tendrá que decidir ahora este segundo Trump es si le interesa más usar Venezuela como destino al que enviar inmigrantes ilegales desde Estados Unidos y para mantener los precios del crudo bajo control –es decir, mirar hacia otro lado–, o trabajar por recuperar la democracia en ese país, Nicaragua y Cuba. Esto lo quiere su futuro secretario de Estado, Marco Rubio, pero, ¿cómo y hasta dónde le dejarán llegar?
Hablemos ahora de la UE. La sustituta de Josep Borrell, la estonia Kaja Kallas, lleva en su ADN luchar contra Rusia y eso podría concretarse en una posición más dura de Europa hacia Maduro. Pero no hay que olvidar que el Viejo Continente no tiene poder para forzar el cambio político en Caracas.
Quizá la pregunta correcta no es si existe la posibilidad de echar al dictador venezolano este viernes, sino si esa oportunidad existía antes de que Edmundo González abandonara su tierra o si todo fue una gran ensoñación. Y esto no puede responderse sin mirar hacia España y recordar que fue nuestra Embajada el sitio donde el chavismo chantajeó al legítimo ganador de las elecciones antes de que huyera del país.
Artículo publicado en el diario ABC de España
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional