¿Podremos inscribir a Maria Corina Machado como virtual candidata presidencial? Según todo lo muestra, la calle, las encuestas, la realidad, ella será nuestra candidata de la unidad. La pregunta anterior que se nos plantea, como supuesto asunto dilemático a resolver, es más bien equivalente a si podremos superar la dictadura y abrir las compuertas del proceso de transición hacia la libertad y la democracia para una Venezuela de todos.

Está claro, para la gran mayoría de los venezolanos, más allá de las amenazas que se pueden producir en el terreno, entiéndase, de la guerra sucia de declaraciones tipo: “No podrán ni por las buenas ni por las malas” del vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, o “el lanzamiento de falsos candidatos busca imponer la violencia” del comandante de la Guardia Nacional, Elio Ramón Estrada Paredes, que la soberanía nacional reside en el pueblo, y que ha llegado la hora de que éste haga valer su decisión de cambio.

La fuerza de la razón, de lo que sabemos que está bien y lo que está mal, amén de los legítimos intereses compartidos por toda una nación que ha sufrido los rigores de largos enfrentamientos, en una guerra sin bombas pero con muchos cientos de muertos y millones de desplazados, a causa del socialismo del siglo XXI. Este absurdo y criminal sistema no nos ha llevado, ni podrá lograr llevarnos, por un camino que prometa bienestar alguno. Ello ha quedado hoy suficientemente claro para la casi totalidad de los venezolanos.

Un recomienzo de posibilidades, para un futuro mejor para nuestras familias, nuestros hijos, nietas y nietos, es imprescindible. Ver brotar lágrimas del rostro de las madres cada vez que se marcha un hijo, dejando atrás un país con tantas posibilidades, nos revela la profundidad del abismo emocional que se ha creado entre el régimen actual y tal abrumadora mayoría de la nación.

Así se ha dicho antes, pensarán muchos de mis lectores, ¿por qué sí se conseguirá ahora y no se consiguió antes? Entre el sentido del logro de atravesar la selva del Darién o la tormentosa falsa disyuntiva de si se está listo para arriesgar el todo por el todo de su libertad o si se dejará esclavizar dentro se su territorio por el oprobioso sistema. ¿Qué es lo que es nuevo? ¿Qué es lo que ya acabó por ocurrir? ¿Qué es lo que ya está ocurriendo?  ¿Qué es lo que está por ocurrir en los próximos meses?

Mucho más que apenas ensayar la comprensión de la penurias que ha tenido que soportar nuestro pueblo, nuestra convicción emana de haber acompañado a nuestra gente en sus desgracias, dentro del territorio y en el exilio. De haber llorado junto a ellos y secar nuestras lágrimas para seguir luchando. De haber resistido mientras veía a los falsos dirigentes “seudo escapados” fingir desde su exilio dorado que dirigen aparatos de partidos. Partidos huecos que se vaciaron aun sin haberse llenado nunca realmente. Pasándose y paseándose de uno para otro, cual prostituyente feria del ¿quién da más? El pueblo está harto de ello también.

Nuevamente, potenciales países aliados del mundo libre comienzan a reaccionar, empujando desde sus propias fuerzas este arrollador movimiento cívico, y así acompañarnos en nuestra lucha definitiva para que podamos conseguir nuestra libertad. Cada uno desde sus aguas tributa caudal para vencer el mal. En todas sus formas, donde quiera que se encuentre, y que pretenda prolongar por más años la agonía de los buenos, la creciente naturaleza humana libertaria arrollará la esclavitud.

A cada madre venezolana, que sufre por ver sufrir a sus hijos. A cada hijo que ve desfallecer a sus viejos, sin la atención médica ni humanitaria debida. A cada abuelo a los que se les humilla con limosnas de pensiones y con ofrecimientos de dádivas electoreras de última hora. A todos les pido que se acerquen a la juventud militar honesta y que sepan que está agazapada. Desde los propios cuarteles sabemos que emanan también esos hijos sedientos de justicia. Los vejados, los secuestrados, los torturados. Todos somos familiares y amigos de los asesinados, de los encarcelados, de los reprimidos. Juntos somos invencibles.

Maria Corina Machado Parisca, como la mujer líder que es hoy, ya no es simplemente ella. No funcionará el que pretendan simular que será posible entendernos a través de otra candidatura. Ella  es, para dentro y para fuera del país, la superación de la larga etapa de tinieblas de lo peor de la naturaleza humana que se revirtió en Venezuela. Ella es esperanza junto a millones de madres, esposas, hijas y nietas que nos impulsan a los varones libertarios a derrotar la oscuridad; para que entre la luz del entendimiento y de la razón a todos los rincones de nuestra amada patria: Venezuela.

@gonzalezdelcas/ [email protected]


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