En varios artículos expresé que me parece absurda la idea de medirse en unas elecciones en 2024 con Maduro en el poder y con un CNE controlado por el régimen. De igual manera no despertaba mucha emoción en mí el tema de las primarias de la oposición, por lo antes mencionado. No obstante, comprendo que es necesario construir un liderazgo sólido, y algo hay que hacer urgentemente. Cualquier esfuerzo es bueno. En los actuales momentos la figura legítima que tiene más credibilidad y una trayectoria pública limpia es María Corina Machado y es muy probable que arrase en esas primarias.
El pueblo quedó muy desilusionado de la mayoría de los dirigentes opositores, basta con mencionar a Capriles y Guaidó para ver las reacciones no gratas que despiertan en muchos venezolanos. Pero la lista de políticos incompetentes que dijeron ser de oposición y luego le dieron oxígeno al régimen de Maduro, es larga. Los politiqueros de turno durante todos estos años, demostraron no estar a la altura de la responsabilidad histórica que tenían entre sus manos. Venezuela pide a gritos libertad, el país requiere de mujeres y hombres con integridad, valentía y compromiso.
Algo hay que hacer, y analizando y estudiando esta nueva etapa nacional he comprendido que las primarias podrían ser un paso para volver a construir una fuerza opositora. María Corina representa una esperanza, no hablo acerca de las elecciones que el régimen quiere montar en el 2024, creo que esos comicios organizados por el chavismo son un circo, así que no es de extrañar que terminen inhabilitando a Machado, pero ella está clara de que lo primordial es despertar nuevamente a nuestra hermosa nación, esa que quiere y merece emanciparse. Mientras nos sigamos planteando las preguntas correctas para buscar una solución que nos permita desarticular a la dictadura, más pronto que tarde encontraremos las respuestas que necesitamos para trazar la ruta hacia la reconstrucción nacional junto a los liderazgos que nos permitan volver a reencontrarnos en democracia.