Maduro la señala de objetivo militar y terrorista, hemos visto a la DGCIM buscándola. Es deber moral, lógico y constitucional, obedecerla, protegerla y ella saber comandar, que es diferente a mandar. El cargo de comandante en jefe es político, inherente al voto popular que obtuvo en las primarias y luego se reafirmó en las elecciones presidenciales con el voto al candidato que apoyó. Es su cargo de hecho, ajustado a la realpolitik, reconociendo la realidad política, interés de la sociedad venezolana, adaptado a la circunstancia y soluciona un problema importante de forma práctica; tenemos una mayoría de la fuerza armada contraria a Maduro dispersa que requiere dirección, mando y control único; tener su comandante en jefe en el terreno.
Edmundo González Urrutia es el presidente electo, asumirá la presidencia y la comandancia en jefe una vez juramentado como tal; su condición de presidente en el exilio lo limita a ejercer esa responsabilidad particular por ahora.
Sabemos que somos una mayoría abrumadora, pero disgregada; la Constitución nos está convocando a todos; el costo de oportunidad de no obedecerla como comandante en jefe es la diferencia entre la libertad del país o la permanencia de Maduro, nunca en nuestra historia existió una fuerza popular y militar tan grande contra un dictador.
El pueblo confía en su liderazgo y capacidad, sobre sus hombros recae las decisiones cruciales, tiene más información que cualquier otra persona y el poder de convocatoria civil y militar; lo que garantiza unidad de mando y control; organización, concentración de fuerza y el empleo eficiente; asumiendo las circunstancias y lo no convencional de la lucha. No existe comando compartido con Edmundo, es la comandante en jefe de esa mayoría de FAN que apuesta por el cambio; la ejecución depende de nuestras capacidades, habilidades y valentía; tenemos enemigos, objetivos y mando único; Ella se encuentra como cualquier estratega en un puesto de comando, seguro, clandestino, planificando, lleno de mapas, alfileres e informes que recibe a diario de todo el tema político, económico, internacional y militar.
La política y lo militar son un arte, tengo la plena confianza de que sus conocimientos y habilidades en estrategia militar son las más heterodoxia, iguales o mejor que las demostradas en lo electoral y diplomático; le corresponde una de esas responsabilidades y luchas que son ineludible e inevitables; el deber de conducirnos a la victoria.
Estos años han permitido que ella conozca sus fuerzas y al enemigo; mantiene informado a la población; da el ejemplo de esfuerzo, inteligencia y sacrificio; utiliza a su personal de acuerdo con su situación y capacidades; sus órdenes son clara y supervisa que se entiendan, no son rígida ni tan laxo, permite que las personas tengan iniciativa y margen de acción, sus decisiones son rápida y oportuna, nos permite ser corresponsables; nunca da órdenes ni discursos burocráticos porque sabe que generaría apatía e imprecisión.
No ordenará concentraciones o movilización sin sentidos, siempre evita darle blanco fácil a Maduro para que ataque y nos desgaste; no es impaciente, no se excede de confianza, tampoco sobrestima al enemigo; sabe que Maduro no tiene liderazgo, por eso él ha tenido que aguantar tantos años a Padrino López como ministro y tuvo que devolverle poder a Diosdado; reza por que ninguno lo traicione y lo madruguen de golpe.
Tenemos la ventaja en estos momentos como fuerza de cambio, con tres factores decisivos en cualquier lucha; somos más cantidad, tenemos la sorpresa y la posibilidad de concentración de toda la fuerza civil y militar; cualquier general daría lo que fuese por tener las fuerzas enemigas infiltradas; es algo que cuesta mucha planificación de inteligencia, recursos, dirección y ejecución; la nuestra Maduro la tienen dentro y con posición ventajosa; son lo mejor de la fuerza armada, los más aguerridos y preparados moral e intelectualmente; militares activos, de la reserva activa, desertores y los que perdieron sus carreras por no apoyar al régimen, funcionarios policiales, de inteligencia y contrainteligencia que votaron y quieren cambio; las potencialidades de los militares y funcionarios descontentos son infinitas, tan solo uno de ellos puede cambiar la historia.
Estamos hablando de que cualquier militar con su equipo individual de combate, su binomio, escuadra, pelotón, compañía, batallón o destacamento, nave o aeronave incluyendo grandes unidades, deberá actuar en apoyo al pueblo y su propia familia que estarán en la calle luchando por el cambio; de forma directa o indirecta.
Ella dará las garantías necesarias para seguir sumando y dejando débil al tirano, designará los ascensos y cargos militares a futuro por mérito y valor militar en sus acciones por la democracia.
Nicolás y Diosdado a esta altura no pudieron identificar a los militares que votaron en su contra, sobre todo los que trabajan cerca de él; los generales y oficiales con mando de tropa, con capacidades de actuar contra ellos o alguno de sus cómplices, por lo que les será imposible defenderse; saben que incluso Chávez los tenía.
Su llamado a la táctica del enjambre es perfecto por lo disgregado que están las fuerzas y la necesidad natural del militar de pertenecer a una estructura o unidad; un enjambre verde libertador, es un término empleado actualmente dentro de la guerra moderna, conocida como guerra mosaico; son un grupo heterogéneo con capacidad de tomar sus propias decisiones, aunque tienen limitación de comunicación entre ellos como debería por la infiltración del régimen, están unidos por el mismo objetivo, enemigo y momento político, ahora por el mismo comando; a su vez se integran dentro del concepto de la lucha política y ciudadana impulsada, con los comanditos y los enjambres ciudadanos.
Los militares libertadores saben que jamás María Corina se doblegaría ante Maduro, ordenaría retirarse sin lograr la victoria, mucho menos dejarse engañar por una falsa negociación de último momento; ha dejado claro que primero Maduro tendría que reconocer su derrota y a Edmundo González Urrutia como presidente.
Las concentraciones con militares de Maduro o Diosdado es un show, de operación psicológica contra la sociedad civil; los generales corruptos van a buscar cargos, el resto obligados; un militar cansado, con hijo, novia o esposa, trabajo extras para poder ganar dinero, pierde tiempo escuchando las estupideces que dicen; un Maduro sin estudios, ilegítimo, inmoral y déspota; hablando de historia y guerras a militares preparados, de lealtad y moral él que se quiere robar las elecciones, se nota su desespero; Diosdado perdió toda moral militar al permitir y apoyar las políticas de Maduro, además de involucrar a su entorno familiar en negocios traficando influencia.
Ya mostraron sus cartas, quiénes son, cuántos son, cómo actúan, tenemos las perspectivas completas; es un enemigo detestable, un tirano corrupto; su caída es la sobrevivencia del pueblo, luchar por la libertad y futuro genera más fuerza moral de lucha, que aquellos que solo quieren conservar poder y riqueza; estamos entre libertad o esclavitud; han impuesto una lucha sucia, el querer nosotros apegarnos a una lucha moral es sinónimo de derrota, el espiral descendiente lo colocaron ellos.
Es una ventaja táctica, saber que Maduro y el teniente Diosdado estarán en la sede del Congreso de la república el 10 enero a las 11:30 am. Si buscan excusas para no juramentarse en el palacio legislativo, se debe intensificar la lucha; sería reconocer de su parte que necesitan resguardarse.
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