Llegó el día. La suma de obstáculos ha sido infinita. Como infinita ha sido la lucha de los factores políticos para concretar la elección primaria de este domingo. Las amenazas para su paralización incluyeron apelaciones al TSJ, al CNE y a la conciencia de los venezolanos desde el uso desmedido de todos los medios comunicacionales de los que abusa el régimen del terror. Especialmente se notó el de un agresivo programa televisivo semanal. Ese que decía que las primarias no iban. Pero aquí están, porque llegó el día. Y es mañana. Este domingo 22, cuando los opositores saldremos a demostrar nuestro deseo cívico de cambiar este país.

Cabe, pues, agradecer a todos los que han hecho posible este evento importantísimo en el camino hacia la transición y la libertad. Los partidos políticos que se agruparon en la Plataforma Unitaria para generar esta respuesta a la frialdad y la desesperanza. A la pundonorosa Plataforma misma y su dirección. A la Comisión Nacional de Primaria, y a todos los ciudadanos partidarios o no que han contribuido con su trabajo diario, sin cansancio, para que a pesar de todas las inmensas adversidades estemos a un tris de concretar la elección de un candidato unitario para enfrentar al del régimen el año próximo.

Quedó pendiente un tema oscuro. Las inhabilitaciones, el freno impuesto inconstitucionalmente ni fue resuelto. Fue esquivado finalmente. Esto a pesar de que dos de los candidatos inhabilitados responsablemente se retiraron. Esto a pesar de que en las también oscuras negociaciones con Estados Unidos y unos partícipes políticos de la oposición venezolana aparentemente fue planteado el tema en busca de una solución, que no parece haber llegado según dos de los más sonoros representantes del régimen. Si gana la inhabilitada nadie ha propuesto fehacientemente qué se hará para salvar esa tranca.

Algunos representantes partidistas menores han planteado, también irresponsablemente, lanzarnos todos otra vez a las calles y convocar fantasías armadas; otros hablan de la designación a dedo del posible sucesor. Todo esto es verdaderamente inaceptable. Elegimos para contar con una persona para enfrentar en elecciones al régimen. Si esto no es posible, si esto no se concretara por impedimentos de ese mismo régimen, sólo cabría, para no ser fraudulentos ante los mismos electores, realizar una nueva elección en la que la ciudadanía decida. Pero yo creo que hay una fórmula más expedita para llegar al objetivo el mismo día de mañana y también tiene nombre de mujer.

En fin, todos prestos a votar este domingo en la elección primaria para definir el candidato opositor. Ese que nos encaminará a la transición y a la libertad. Porque quien resulte ganador mañana, según todas las encuestas, las creíbles, las increíbles, las de la calle y las de las casas, quien sea el candidato opositor será ganador el año próximo en las elecciones nacionales, porque aunque hayan levantado las sanciones y eso traiga efectos económicos y discursivos importantes, favorables al régimen del terror, la gente está harta de padecer esta tiranía cruenta. Venezuela quiere y necesita democracia. Así que, echada la suerte, mañana votamos y contamos. Mañana decidimos nuestro candidato. Y a partir de mañana el panorama político venezolano será otro. De mayor esperanza, de ideas para concretar la salida del régimen y  perfilar el rumbo de la economía en crecimiento y de la paz y la felicidad social.


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