La burla es el medio que emplea el ignorante acomplejado para sentirse sabio. Alejandro Jodorowsky
El título de este artículo puede sorprender a quienes me leen. Refleja una actitud frecuente de hacer chistes y no tomar nada ni a nadie en serio. De burlarse, de faltar al respeto. Los venezolanos usamos esa frase con personas que nos hacen promesas que nunca cumplen, que tienen algún asunto pendiente con nosotros y no lo resuelven, que nos dan excusas una tras otra y no nos aclaran la situación.
Un ejemplo de esta actitud es el anuncio del presidente Nicolás Maduro, que afirmó que a partir del 1º de febrero el ingreso mínimo de los trabajadores venezolanos será de 100 dólares. Sin embargo, no hubo aumento salarial, que sigue siendo de 130 bolívares mensuales, el equivalente a 3,60 dólares a la tasa oficial. Maduro llamó a su anuncio un “primer empuje” y aumentó de 30 a 60 dólares una bonificación mensual que reciben los trabajadores públicos en bolívares al cambio oficial. Así, elevó de 70 a 100 dólares el “ingreso mínimo integral indexado” (IMII), que incluye también el “bono de alimentación” de 40 dólares, que no tiene incidencia en el cálculo de beneficios como las prestaciones y las vacaciones. No sé si este anuncio es una burla o una mamadera de gallo, sabiendo que la canasta familiar de alimentos en Venezuela, calculada por expertos económicos, aumentó 5,7 % en noviembre de 2023 respecto a octubre, cuando el costo de la cesta, con 60 productos, era de 493,53 dólares. Para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, una familia de 5 personas necesitó 522,01 dólares en noviembre, mientras que el salario mínimo, de 130 bolívares al mes, equivalía a 3,51 dólares. Se necesitaron más de 148 veces este ingreso para costear la canasta alimentaria.
Muchas personas se indignaron por el reciente anuncio del presidente Nicolás Maduro sobre el aumento de una bonificación que no genera pasivos laborales, mientras que cientos de trabajadores públicos exigían en las calles un incremento de sus salarios. Entre ellas, la diputada Delsa Solórzano expresó su opinión sobre el tema: “La bonificación del salario es una de las peores burlas a los trabajadores de estos últimos años. Esto deja al ciudadano sin prestaciones, aguinaldos, jubilación o capacidad alguna de ahorro, en definitiva, sin presente y sin futuro. La única solución es el cambio político, a un sistema de libertades y respeto a los derechos humanos. Este año tenemos la enorme y verdadera oportunidad de lograr la libertad”.
Lo podemos afirmar, no hubo aumento de salarios. El mensaje de Maduro fue una demostración de una absoluta desconexión con la realidad del país y con el sufrimiento del pueblo venezolano, iniciando su campaña electoral desde la Asamblea Nacional y burlándose de la familia venezolana. Mientras que la inflación y la escasez siguen golpeando a los ciudadanos, que apenas pueden acceder a los alimentos y medicinas básicos, el presidente se jacta de ofrecer una bonificación que no representa ningún beneficio real para los trabajadores. Maduro ignora las demandas de la población, que reclama un cambio político y social que garantice sus derechos humanos y su dignidad. Maduro se burla de la familia venezolana, que vive en la incertidumbre y la angustia, que busca salir adelante en medio de la crisis, que sueña con un futuro mejor para sus hijos.
Al autoproclamarse presidente obrero, se burla de los trabajadores públicos a los que dice representar, pues él mismo trabajó en el Metro de Caracas. La única forma de lograr un verdadero ajuste económico y la recuperación de nuestra economía es mediante el cambio político en Venezuela. Así lo han denunciado las ONG, los gremios, los sindicatos y los opositores, quienes han rechazado lo que el mandatario llama la “bonificación del salario”. Según él, esta medida es solo “un primer empuje” a la remuneración, y promete aplicar otras mejoras salariales en un año electoral. Sin embargo, la realidad es que el salario mínimo sigue siendo el más bajo de la región y no cubre ni 1% de la canasta básica familiar.
Mientras Maduro se dirigía a la Asamblea Nacional, cientos de trabajadores, entre ellos maestros, salieron a las calles de Caracas y otras regiones del país por segunda vez en 2024 para rechazar los “salarios de hambre” y exigir un aumento, entre otras demandas. Muchos de ellos expresaron con ironía que Maduro les había engañado a ellos y a sus hijos con su supuesto aumento salarial del 10%, que no alcanza ni para comprar un kilo de queso…
@robertveraz
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