Son las 6:00 de la tarde y el catire se oculta por el horizonte, la mesa está vacía, como siempre sobran sillas, el pequeño Moisés por inercia abre la nevera para ver qué encuentra, su criterio inocente no lo hace buscar algo porque la palabra abundancia no existe en su frágil diccionario, agua no hay y el pan está escaso, se retira de la cocina y se sienta en el porche, religiosamente está su abuela tejiendo sueños y bordando recuerdos. El pequeño de pronto le hace una pregunta que a doña María la hace reflexionar:
—Mamá María, ¿por qué mi mami no deja al señor Nerón si él no es mi papá? Siempre veo que la golpea fuerte, la maltrata, le grita, pero le dice que la quiere, siempre llega con las manos vacías a la casa, pero se la pasa hablando de mucho dinero con sus amigos?
—Ay mijo, tu mamá es una mujer fuerte, noble y bondadosa pero aún no ha aprendido. La vida le ha puesto muchos retos, pero sigue sin aprender. Tu mami se enamoró y se casó muy joven, jovencita, era la más bella del pueblo, pero no sabía la batalla que le venía pues la Bota fue inclemente con ella por muchos años.
—Cuando su paciencia llegó a su límite conoció a un caballero hermoso, lleno de metas, de sueños, con una gentileza avasallante, la hizo muy feliz aún con sus altibajos, conoció las maravillas del futuro y tu mamá creció en conciencia y en prosperidad por 40 años. Pero, no todo es color de rosa en el mundo real.
—¿Y no discutían mamá María? Porque ahorita este señor y mi mami discuten por todo. Gritos, peleas, el señor le dice cosas feas, muchas con la letra «M» y luego dice que la ama. Yo no le creo nada.
—Sí mijo, sí discutían, pero era algo normal. Siempre se arreglaban porque el caballero blanco trataba de poner a tu mamá en un pedestal. Era su reina. Esa era la verdad, tu mamá era una reina para el.
—Pero, mamá María ¿que pasó? ¿Por qué todo empezó a caerse? ¿Ya mi mamá no amaba al caballero blanco?
—En los últimos años de su matrimonio las cosas se pusieron muy duras mijo, y tu mamá se estaba cansando nuevamente porque lo que una vez fue prosperidad, ya era muy distinto en la actualidad. Recibió muchos consejos, unos malos y otros buenos, pero casi siempre peores de muchos que la rodeaban. Vinieron a la casa muchos personajes, en sus camionetotas y cámaras, otros con boinas verdes y con barba, pero tu mamá seguía aguantando cautelosa, hasta que sintió el destello del recuerdo de la Bota. Apareció alguien enérgico y carismático que englobaba en su momento todo lo que una vez amó. Entre flores y alocuciones mijo, tu mamá se enamoró nuevamente de lo que una vez se cansó.
—¿Y mis hermanos? ¿Dónde están? Solo los veo en fotos y ahorita no están ni para la cena. No los conozco mama María, ¿qué pasó con ellos?
—Tu mamá tuvo muchos hijos, mijo, muchísimos, tú tienes muchos hermanos de sangre y de crianza pues esta era una casa muy grande y habían muchos niños por todos lados como tu correteando. Había prosperidad mijo, eso es que había de todo lo que puedas imaginar. Pero, cuando tu mamá se volvió a enamorar de la Bota, muchos se fueron. Ya grandes, con títulos y sin ellos, para otra casa que les brindara lo que ya tu mamá no podía. A veces ella los llama, pero muchos no le contestan pues la escucho llorar en soledad para que tú no sepas, mijo…
Sin previo aviso y sin más preguntas, Moisés entró en la sombra del silencio, se dibujó una lágrima en el rostro de mamá María, la puerta del cuarto se abrió bruscamente y la mami del pequeño Moisés estaba nuevamente en el suelo…
Debemos entender que las naciones no se reconstruyen por correo, ni una dictadura sale con mensajitos. Hay que hacerle frente de frente, porque la principal dictadura que hay que sacar es la que habita en nuestra mente. ¿Qué hubiese pasado con Inglaterra si ese hombre no hubiese luchado en «costas y montañas»? ¿Qué sería de Alemania si todos hubiesen renunciado o tomado un «break»? ¿Qué sería de Japón si luego de las dos bombas todos los sobrevivientes hubiesen huido? Los países se reconstruyen piedra por piedra, paso a paso, sin dejar un día para el descanso. Si se aspira a tener un mejor país, primero debemos ser mejores personas. Europa no se reconstruyo sola porque las cosas, no llegan del cielo. Sólo el agua y en época de verano, desaparece.
«El precio de desentenderse de la política, es ser gobernado por los peores hombres..» hoy nuestro país clama y añora que le rescatemos de los tentáculos de las peores personas que hoy la comandan, porque, aquel hombre de Caracas, a quien el plano terrenal conoce como «el Libertador», una vez dijo que «el que lo abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada, y gana cuanto le consagra..», pero nunca mencionó nada sobre aquellos que abandonaron su país en las peores circunstancias.
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
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