OPINIÓN

Mafias carcelarias en Venezuela

por Carlos Nieto Palma Carlos Nieto Palma

Siempre he pensado que las cárceles venezolanas se han convertido en un problema que pareciera no tener solución, esto sin dudas guarda relación con el gran negocio económico que ellas representan. Mi maestro, Elio Gómez Grillo, solía decir que “las cárceles eran un negocio tan productivo como Pdvsa (Industria petrolera nacional)”, esto por supuesto lo comentaba hace muchos años, cuando era una de las principales industrias petroleras del mundo y no una empresa en quiebra, como lo es en la actualidad.

Las cárceles y todas las actividades ilícitas que en ellas se producen, es un negocio de grandes proporciones, que, a pesar de que muchos no lo creen, no es solo un negocio de pranes (nombre que se le da a los líderes negativos de la población reclusa y de lo cual hoy no me referiré) sino de mucha gente inescrupulosa, entre quienes se encuentran funcionarios del Ministerio para el Servicio Penitenciario, encargados de la custodia interna de estos recintos y de la Guardia Nacional Bolivariana, componente de la Fuerza Armada Nacional, encargada de la custodia externa de los mismos.

Para que un negocio de esta magnitud pueda funcionar bien, es necesaria la confluencia de todos los actores que formaban parte del mismo, los presos a través de los pranes, los funcionarios que allí trabajaban y que se encargaban de la custodia interna y externa de las cárceles y algunos agentes externos que son de gran apoyo. Esta trilogía o circulo vicioso, que yo llamo mafias carcelarias, son necesarias para que el negocio funcione de manera perfecta.

Es un círculo vicioso, formado por muchas personas, esto incluye grupos delincuenciales externos a las cárceles, así como funcionarios de alto nivel de los encargados de la custodia interna y externa de las cárceles (Léase: Ministerio para el Servicio Penitenciario y Guardia Nacional), que también reciben su tajada por los hechos ilícitos que allí se cometen, esta es la gran mafia que ha hecho millonarios y sigue haciendo a muchos sujetos inescrupulosos que se lucran delinquiendo a través del servicio penitenciario venezolano.

Los negocios de las mafias carcelarias, cada día van en aumento, mientras peor funcione un recinto carcelario o un centro de detención preventiva, que son las nuevas cárceles de esta época, más lucrativo es el negocio.

En mis épocas de estudiante universitario, hace casi cuarenta años atrás, cuando comencé a conocer el sistema penitenciario venezolano, el negocio era más discreto, aunque igualmente lo había. En esa época me llamaba la atención ver a directores de cárceles, que ganaban unos sueldos miserables, con unos carros que ni con 2 años de su sueldo ahorrados, hubieran podido tenerlos. El negocio era otro, estaba más relacionado con la comida, privilegios especiales a algunos presos y otros más sencillos, aunque igual de repugnantes.

Hoy en día, los negocios han aumentado, pero son más lucrativos y realizados sin ningún tipo de escrúpulos, ni disimulos. La comida sigue siendo un negocio, pero también las drogas, ingreso de armas, teléfonos celulares, visitas, prostitución, secuestros y extorsiones planificadas desde las cárceles y pare usted de contar, todas con absoluta impunidad y con absoluta conchupancia de todos los integrantes de las mafias.

Las mafias carcelarias han destruido el sistema penitenciario venezolano y cuando se decida solucionar el grave problema carcelario que vivimos en Venezuela, combatir estos grupos delincuenciales, unos con uniforme y otros sin ellos, será otra de las muchas tareas pendientes a solucionar.

*cnietopalma@gmail.com

@cnietopalma