OPINIÓN

Maduro no representa a las mayorías nacionales

por Rafael Rodríguez Mudarra Rafael Rodríguez Mudarra
Esequibo, Venezuela, Guyana

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A partir de 1936 la gloriosa  generación del 28 encabezada  en otros por: Jóvito Villalba,  Raúl Leoni, Rómulo Betancourt, Miguel Otero Silva, Salvador de la Plaza reacciona  contra  todo vestigio del ya moribundo militarismo que había entronizado Juan Vicente en el  poder, quien hizo de los ingresos fiscales el soporte  de  sus grandes fortunas, se  nos exhibía una nación carente de estructuración, ausente de  las exigencias del Estado moderno. Estos  pioneros de la democracia pusieron todo su empeño en avanzar con las aspiraciones de las mayorías  nacionales hacía la posibilidad de elegir popularmente dado la esencia del  régimen presidencial a los  órganos del que integran al Poder Público nacional. Sin duda, la experiencia que hubo de llevarse a cabo en Venezuela, nos fue satisfactoria, hizo que el pueblo se hiciera capaz para ejercer su más importante cualidad. El de hacerse sentir ejerciendo la soberanía. También se adentró en el análisis de la situación económica, social y cultural de la sociedad civil, como superar el estado de mengua vivido, producto del atraso y el despotismo, el cual ha vuelto a presentarse, y habiéndose superado vuelve a surgir en la Venezuela del siglo XXI, producto de incapacidad del régimen para administrar.

Gracias a esta estupenda generación supimos apreciar que tanto la “democracia” como la “Constitución” implantado en la Europa Occidental  con el triunfo de las tropas aliadas frente al Nazismo y el Fascismo, el cambio de régimen feudal y de barbarie existente en la región de Latinoamérica, habría por fuerza del querer del pueblo cambiar para que el venezolano dejare de ser el “paria” que era.

El gesto de los estudiantes universitarios nos enseñó una lección, la cual constituye hoy en día nuestro basamento, principista e ideológico, cuya vulneración obliga respeto sin discriminación de funciones: se trata de la institucionalización y permanencia sin solución de continuidad de dos instituciones  que hacen armoniosa la vida en sociedad: la Democracia y la Constitución. Hemos entendido la democracia  como la acción que deriva una política  que tiene que desarrollarse  como el imperio de una norma de convivencia y de respeto a todas las creencias, contrario al  atropello; que sepa oponerse a todo régimen fascista que  no emerge del pueblo, insincera y encaminada al engaño del ciudadano. La democracia se define como el  establecimiento  de una institución de permanente  convivencia y de respeto a todas las ideas. La democracia es la concentración de las granes mayorías. El ámbito de libertad  y tolerancia es lo fundamental de la democracia.

Parejo a esto el pueblo con actitudes de protección se ha hecho, con sustento en el legado de nuestros libertadores guardián de la Constitución. La entendemos como la ley fundamental de la República: como la expresión dialéctica más importante de las fuerzas sociales, económicas y culturales del pueblo. Toda reforma de esta debe expresar un entendimiento con el programa del pueblo y las aspiraciones fundamentales de su voluntad.

Estos jóvenes universitarios que por la defensa del pueblo sufrieron cárceles, destierros y torturas: que lucharon contra Gómez, López  Contreras y Marcos Pérez Jiménez, fueron impertérritos  en sus deseos  de implantar las instituciones del Estado; y como ductores que fueron   de la diversidad de los partidos, entre ellos: Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Gustavo Machado la llevaron a cabo sin  pretensiones sectarias. El 23 de enero el pueblo con la Junta Patriótica, el Frente Estudiantil y el ejército como institución sin militancia profesional y sin obediencia política, revirtieron  la democracia, estatuyeron el Estado de Derecho: Venezuela se integró al espacio civilizado, abandonó la barbarie

El dictador huyó. La dirigencia política  fue albacea de las angustias del pueblo, lo organizó, democráticamente  nombró un CNE no como cirineo del Gobierno, lo hizo con la integración de todas la fuerzas el país. El contralor, el fiscal general, el procurador, los integrantes del TSJ eran objeto de la más rigurosa selección. En el 23 de enero el año 1961 se promulgó la Constitución Nacional. No constituyó una ley orgánica, fue la conformación de un esquema conforme a la cual  debe desenvolverse la vida de un pueblo, Venezuela se convirtió al igual que el Brasil en los pueblos de mayor progreso de la región. Las instituciones funcionaron, se enjuició a altos funcionarios de la administración pública, incluso a presidentes de la República, vivíamos en paz. ¿Por qué toda esta exposición?, tiene  su  explicación: está a la vista de todo, haríamos daño si la eludimos.

El país durante más de 25 años años atraviesa una situación calamitosa, no es mentira ni odio contenido , es sabido que el más grave problema que atraviesa es económico y social, acumulada en cientos de miles de venezolanos, por lo que el  estado de indigencia se encuentra a la vista de todos. Las masas han demostrado con sus migraciones frecuentes, y los que no lo han hecho hoy en estado de pobreza irremediable, que el gobierno de Maduro no ha  dado  una explicación de la situación de miseria, a las masas se le hace imposible romper esa situación fatalista para promover un equilibrio de bienestar, carece de pan. También de libertad.

La verdad no es otra, la apreciamos, el régimen enmendó la Constitución promulgada en 1999, hizo continúo la reelección presidencial es toda una ambición cerebral que forma parte de su continuidad burocrática. Para ello se ha constituido en Estado; Maduro es el Estado: por ello va contra la candidata mayor votada en proceso electoral que se haya realizado en Venezuela. Dada su imposibilidad de competir con María Corina Machado, busca la manera  para  inhabilitarla: Tiene a su servicio  al Fiscal, al  presidente del CNE al TSJ es la violencia del poder, lo ejerce a su imagen y semejanza, MCM tiene la voluntad  del  pueblo y la  fuerza de la Constitución. El régimen no posee otro recurso que la fuerza.