Cientos de estrategias y triquiñuelas están siendo desarrolladas por el oficialismo. El país día a día, hora tras hora, es impactado con decisiones que generan mayor desconfianza en el espectro político de todas las tendencias comprometidas con la permanencia del señor Maduro en el poder. Algunos sectores económicos, profesionales y gremiales no partidistas pero influyentes en el área comunicacional, totalmente divorciados del sentimiento popular, crean una frágil coraza que persigue tergiversar la tragedia que viven todos los venezolanos.
El término enchufado se hizo popular para señalar a las personas que se benefician circunstancialmente del poder político, pero esa denominación ha trascendido para convertirse en atornillados, en un momento de crisis emocional ante la realidad que significa la salida inminente del poder del modelo socialista y sus cuestionados jerarcas.
Todo este conglomerado anarquista y disociado nunca pensó que el pueblo venezolano reaccionaría masivamente ante las severas y alienantes políticas sociales, que durante años controlaron prácticamente todos los estratos, hasta igualarlos al nivel más agudo de pobreza del continente y vergonzosamente del mundo.
Desde el año 2022 todas las encuestas comenzaron a determinar y destacar de manera periódica una realidad, que comenzó a crecer hasta consolidarse a mediados de 2023 y que sorprendentemente se ha mantenido hasta el mes de abril de 2024. Nos referimos al 82,6% de los venezolanos que se declaró firmemente independiente y se desprendió de cualquier relación, vinculación y mucho menos de control o subordinación a cualquier partido político de las diferentes tendencias o ideologías. Esta cifra que detallamos y otras muchas más ponen en evidencia la situación crítica de las antiguamente llamadas fuerzas revolucionarias que en este proceso electoral verán disminuidos aún más su ya desbancado y mermado capital político por diferentes razones.
El oficialismo creó abiertamente frente al país una nueva clase política opositora a su medida, con viejos y nuevos actores a quienes se les dio una tarea imposible de cumplir, por la sencilla razón de que los partidos que postularon sus fichas a la sombra y tutela de su benefactor carecen de una mínima estructura, son desconocidos muchos de ellos y otro lote son cuestionados y despreciados por la opinión pública nacional e internacional. Importante resaltar que el oficialismo en el mejor de los casos, el PSUV junto al desdibujado y minimizado Polo Patriótico, estarían en el orden del 10%; todos los partidos de vieja data y en teoría de oposición estarían por el orden del 6,8%, y todos los nuevos alcanzarían el 0,5%. Estas cifras, científicamente obtenidas, prenden las alarmas de la clase política decadente y la declarada en emergencia, pues la decisión no la tiene la partidocracia, está en manos de la unidad ciudadana cuyo único objetivo es salir de Maduro.
Encuestadoras hay muchas, confiables y asertivas unas pocas. Toda clase de sondeos se ven a través de las redes sociales y todas indican en promedio los mismos resultados que son imposibles de revertir en un poco más de noventa días que faltan para materializar un resultado favorable y aplastante en favor del cambio impostergable de modelo y gobernantes en nuestro empobrecido, arrinconado y humillado país que hoy alza su voz y se planta contra la indolente y corrupta revolución.
Ver en los estudios de opinión cifras preocupantes como la que publica la encuestadora Meganálisis que plantean lo siguiente: Si Maduro y el chavismo gana las elecciones el 28 de julio, ¿usted pensaría en irse de Venezuela? 39,35% contestó que sí. 44,60% respondió que no sabe y solo 16,1% dijo que no. Estos datos tomados de la opinión de la gente determinan que en un supuesto negado que Maduro continúe en el poder traería consigo una migración masiva de grandes proporciones. Hablamos en principio de 7 a 8 millones más de venezolanos que huirían del país, que si los sumamos a los 8 millones o más que ya están fuera, alcanzaríamos la astronómica cifra de 16 o 17 millones de personas en los próximos 2 años que equivalen a la mitad de la población de Venezuela .
Al expresar en el párrafo anterior los términos de un supuesto negado, lo fundamentamos en el resultado lapidario para Maduro y sus pretensiones que arrojó la pregunta realizada por la misma encuestadora: ¿A usted le gustaría que el chavismo y Maduro continúen 6 años más gobernando el país? 81,4% respondió enfáticamente que no; 9,1% dijo que sí y 9,5% expresó que no sabe. Aquí se reafirma y certifica que más de 80% quiere un cambio y solo un 9% estaría respaldando el continuismo y la barbarie.
El estudio que tomamos como referencia y muchos otros reafirman que la mayoría de los venezolanos consideran que la líder de la oposición y candidata electa en primarias María Corina Machado goza de 73,7% como figura de mayor credibilidad en el país, frente al desgastado Nicolás Maduro, que nuevamente disminuye quedando con 5,7% y Manuel Rosales que fue medido y cuantificado con 1,9%. Como ustedes pueden observar, la diferencia contundente y abismal en favor de la representante de la unidad nacional es inalcanzable e insuperable.
Viviendo las circunstancias más adversas, nunca antes vista en proceso electoral alguno, se consultó sobre el escenario de la participación Corina Yordi frente a Maduro y el resultado fue 38.5% votaría por la sustituta de María Corina y solo el 10.6 por Maduro, evidentemente siendo este el escenario final el oficialista estaría siendo triplicado y producto de la indefinición 50.9% contesto que no sabe.
Al consultar sobre el otro escenario sobre si María Corina Machado pidiera a los votantes respaldar a Manuel Rosales, 75,1% respondió que no; 6,7% expresó que sí y 18,2% contestó que no sabe. Este resultado deja claro el alto rechazo que tiene la figura del gobernador de la Zulia y la imposibilidad que tiene de vencer a Maduro con o sin el apoyo de la líder opositora.
Finalmente, no se dejó de consultar el escenario confiscado que debió haberse concretado, el de María Corina frente a Maduro que arrojó 70,8% para la catalogada dama de hierro y 9,4% para el heredero de Chávez. Resultados pírricos y otros sin ninguna incidencia para los demás candidatos construidos, postulados y filtrados por el oficialismo en perjuicio de la unidad nacional.
Queda claro que el candidato oficialista cualquiera sea el escenario que trate de imponer no tiene posibilidad numérica de reelegirse ante la ventaja indiscutible de la oposición en torno a María Corina Machado, quien definitivamente marca la pauta sobre el resultado electoral pese al ventajismo y todos los desmanes que se han cometido y el ensañamiento contra figuras del equipo de campaña de quien le marcó la derrota a Maduro desde hace meses atrás, ganándose el sentimiento popular ahora transformado en la gran esperanza de salir del fracasado modelo socialista.
Quienes le hemos hecho un seguimiento en los últimos 3 años a los estudios estadísticos y al comportamiento de los dirigentes políticos de todas las tendencias concluimos que, en este proceso electoral el cúmulo de errores, fracasos y altos niveles de corrupción administrativa ética y moral hacen estragos en el estamento político partidista del país, que finalmente ante el colapso dará paso a la construcción de un nuevo pacto social que reivindique tanta maldad y daño causado a las familias venezolanas. Dios mediante les puedo asegurar que Maduro no va pa’l baile y su caprichosa y autoritaria comparsa tampoco.
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