OPINIÓN

Maduro es un paria

por Omar González Omar González

A veces no podemos entender las diversas y complejas lecturas dentro de los detalles en el mundo de la diplomacia.

Pues, en los salones de las relaciones internacionales, todos se mueven por los pequeños gestos.

Por ejemplo, mientras Maduro no es recibido como miembro pleno de los BRICS, en el mundo democrático y occidental, el liderazgo de María Corina se afianza y es reconocido categóricamente.

Veamos, a ella le será otorgada esta semana en Toronto, Canadá, la prestigiosa Medalla de la Libertad y la Democracia, como otro gesto inconfundible hacia el apoyo del mundo a la lucha que María Corina está encabezando en Venezuela.

A la par, en Italia, le confieren el premio Bruno Leoni en Milán, por su enorme coraje en defensa de la causa de la libertad, otra demostración de cómo las naciones occidentales convergen en el respaldo a su causa.

Recientemente le fue conferido, junto a Edmundo González Urrutia, el más importante reconocimiento que concede la Unión Europea a quienes luchan por la democracia y el respeto de los derechos humanos, el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, bautizado así en honor del científico y disidente soviético Andréi Sájarov.

María Corina es vista –por el mundo– como un referente de la libertad, como una mujer convocada a guiar los destinos por venir de los venezolanos, pues ella tiene el talento, la inteligencia, el coraje y la visión para ello.

En cambio, Maduro tiene que salir corriendo –o enviar a sus compinches– a los recónditos más apartados y menos democráticos del mundo, para ser recibidos con más o menos agrado por parte de sus anfitriones.

Los socialistas tienen que refugiarse en Cuba, Nicaragua o Corea del Norte, pues allí es donde sus homólogos los pueden tolerar, porque en los países con democracia son repudiados.

Como lo hemos venido diciendo, sus “camaradas” del Foro de São Paulo le están dando la espalda, es por ello que Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile) no quieren a Maduro para nada y mantienen una posición de no reconocimiento a su jefatura en el Estado venezolano.

Mientras a la “Dama de Hierro” la respetan y apoyan, a Maduro lo desechan, lo apartan y lo tratan como el nuevo paria internacional.

Pues, ya no puede apabullar a nadie con la “petrochequera” de otros tiempos.

Este es su fin, y ellos lo saben.

Cada vez pierden más y más apoyo, en lo político, en lo económico, en lo social y en lo electoral, tanto en lo interno del país como en la comunidad internacional.

Su flaqueza es innegable, de allí que respondan con más violencia que nunca, con la desesperación de un desequilibrado.

El mundo habla y se adapta y ellos están quedando por fuera; las sociedades democráticas comprenden la situación venezolana y ven hacia el futuro, y ese futuro tiene un solo nombre: María Corina Machado.

Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.