OPINIÓN

Maduro el prófugo

por Esteban Oria Esteban Oria

El jueves 25 de marzo, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció la presentación de cargos criminales por narcotráfico contra Nicolás Maduro, una acusación que incluye a Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López. Otros de los mencionados son Ivan Márquez, Jesús Santrich, también el Pollo Carvajal y Cliver Alcalá, quien por cierto ya se entregó a la DEA. Siguen en la lista otros personeros del gobierno de Maduro.

El Departamento de Justicia norteamericano acusa en concreto a Maduro de haber recibido 5 millones de dólares del negocio de drogas de las FARC en 2006 cuando era canciller en el gobierno de Hugo Chávez. La recompensa por Maduro asciende a 15 millones de dólares y el presupuesto de los reward llegaría a los 200 millones, por lo que se puede esperar un aumento de la recompensa en muy breve tiempo.

Fue una grata sorpresa leer esta noticia, pues yo prácticamente daba por perdida la guerra contra estos delincuentes del régimen de Maduro. Acababa de leer cualquier cantidad de mensajes en las redes sociales de connotados líderes de la oposición, que por respeto a la inteligencia humana no me atreveré a mencionar, pero ellos saben quiénes son, en los que hacían un llamado para que Guaido negocie con Maduro con el fin de buscarle dinero del FMI con la excusa de la crisis hospitalaria. Una desvergüenza y traición de tal magnitud que lo que dan es ganas de vomitar, pero no pasó mucho tiempo cuando muchos de ellos ya habían borrado sus tuits.

Cuando al fiscal Barr le preguntaron por qué tomaba esa decisión pese a la actual crisis sanitaria mundial del coronavirus. él respondió «Es lo mejor que podemos hacer en este momento: hacer lo posible para que el pueblo de Venezuela pueda salir de esta gente».

Y el fiscal Barr tiene toda la razón, él hace lo correcto al poner al régimen de Maduro en el contexto de la justicia norteamericana. Los venezolanos tenemos un enorme desafío al tratar de sobrevivir contra todo pronóstico a un régimen demoníaco como el de Maduro, que nos mantiene con una crisis en el sector de salud que ha causado la muerte de miles de ciudadanos en sus propias casas debido a que los hospitales tienen más de 3 años cerrados técnicamente. Ahora tenemos que agregar la pandemia del coronavirus, la cual estamos enfrentando en condiciones infrahumanas, con ciudades sin luz ni agua, militarizadas y controladas por colectivos armados con licencia de asesinar a cualquier ciudadano.

El régimen militar de Maduro controla el poder real, tiene armas y aún mantiene mucho dinero en forma subterránea; por lo tanto, pretender generarle un mecanismo de inversión para que el dinero le fluya a su gobierno, fundamentalmente por la vía que algunos pretenden buscándole dólares en los organismos de la banca multilateral, solo tendrá como efecto atornillarlo más en el poder y alimentar aún más sus abultadas cuentas multimillonarias en Suiza. El régimen de Maduro no quiere negociar la libertad de Venezuela, ellos solo están interesados en ganar tiempo y en desgastar todo vestigio de lo queda de oposición.

Ahora me dirijo al presidente Guaidó: Señor, no espere nada de Maduro y su gente, ellos arremeten contra todo líder que potencialmente sea una amenaza a sus intereses; si encuentran la oportunidad, tienen una gama de opciones que van desde el encierro hasta la tortura, la violación y el asesinato. Son gente de cuidar y usted bien lo sabe. Estamos frente a asesinos inclementes que han creado un exterminio sistemático de poblaciones enteras, como los ancianos y los enfermos crónicos. Si realmente hiciéramos un estudio de la cantidad de gente que muere en su casa debido a que son devueltas de los hospitales, el número de decesos será sorprendente, yo lo estimo en más de medio millón de ciudadanos y creo quedarme corto, tan solo en mi propia familia puedo contar a mis dos padres, dos tíos por la vía materna, un tío político, una ahijada, todos casos recientes que yo conozco. Maduro acabó con el sistema hospitalario, pero además acabó con la sociedad que conocíamos. La convirtió en un infierno capaz de acelerar la muerte de los frágiles, es por esa razón que le pido encarecidamente que antes de tomar una decisión que vaya a comprometer lo poco que queda de institucionalidad, se pongan en los zapatos de otros y actúe en consecuencia.

Pienso que toda esta destrucción del régimen de Maduro hace prácticamente inviable sentarse con esta gente sin antes no solo pedir justicia sino aplicarla y esto es ahora una posibilidad factible y tangible con esta decisión adoptada en el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Creo que podemos trabajar todos juntos de forma estratégica para abonar el camino y lograr el cumplimiento de esta acción legal. El fiscal Barr dijo algo muy importante y que debe servirnos para orientar la actitud del liderazgo por la libertad de Venezuela: «No reconocemos a Maduro como presidente de Venezuela, pero esto ya pasó con (Manuel Antonio) Noriega (en Panamá a finales de los ochenta), a quien tampoco reconocíamos». Fíjense el mensaje directo que envía el fiscal Barr y que despeja toda duda de lo que podemos esperar de Estados Unidos si el mismo Maduro por sus propios medios no busca una forma de apartarse del poder.

Entonces, mis estimados lectores, lo menos que podemos esperar de una acción judicial del sistema de justicia norteamericano es el cumplimiento, de ser así no queda la menor duda de que la liberación del pueblo venezolano está muy cerca. Esperemos que no nos encuentre dormidos o en pijamas y que nuestros compatriotas estén listos para su acompañamiento. Así que a ponerse alpargatas que lo que viene es joropo.

@estebanoria

Odio eterno a los tiranos y las tiranías