Indudablemente que si algo ha caracterizado el régimen de Nicolás Maduro es la anulación por completo de todos los beneficios laborales. El madurismo convirtió en papel higiénico el salario, así como eliminó sin explicación alguna los pagos por bonos nocturnos, bonos de productividad, domingos y días feriados, vacaciones, utilidades y prestaciones sociales. Sin obviar que desbancaron, para no decir que se robaron todas las cajas de ahorro y fondos de retiro de los trabajadores, y condenaron a aproximadamente 3 millones de empleados públicos y 4 millones de pensionados –cifras oficiales– a devengar 1 dólar al mes, o sea, “ganar en 30 días” el monto mínimo diario que establece la Organización de Naciones Unidas para calificar a una persona en pobreza extrema a partir de sus ingresos.
En tal sentido, Nicolás Maduro y el madurismo son tan aciagos en sus propósitos que han llevado a precios internacionales hasta el monto de los combustibles. Mientras la economía se ha dolarizado de facto, ellos pretenden que en Venezuela se sobreviva con tales ingresos, y todo en el medio de una burla y desprecio a un sistema de gobierno que ellos llaman “socialista”, cuando en la praxis no puede existir nada más neoliberal y salvaje que lo que estamos viviendo con el régimen que controla Miraflores. El país, hecho pedazos, ha tenido que ver partir a 6 millones de venezolanos, y aquellos que sobrevivimos lo hacemos a expensas de grandes necesidades que van desde una desequilibrada alimentación hasta no poder cubrir en muchos casos gastos por enfermedades o básicos del quehacer social como comprar unos zapatos, una camisa, un pantalón o hasta ropa interior. Para qué mencionar ante la necesidad de reparar o sustituir un electrodoméstico, cuando incluso no se tiene dinero ni para cubrir un pasaje.
De hecho, es tan cruel el régimen madurista, que mientras ellos como cúpula que controla el poder viven como jerarcas o parte de la corona española, inglesa o japonesa, no tienen reparo alguno en mostrarse al mundo como individuos de eso que ellos mismos han llamado la “nueva burguesía”. Es más, hemos visto a Nicolás Maduro y su consorte visitar costosos restaurantes en el exterior, y fumar exóticos habanos, y en contraste ver a niños y ancianos comiendo de la basura tratando de encontrar, aunque sea un mendrugo que mitigue el hambre. En otras palabras, el madurismo emite un claro mensaje de todo el neototalitarismo que representa en su conjunto de destrucción política no es una ficción, y por el contrario, es una terrible realidad social de empobrecimiento colectivo con la más desgraciada saña del enriquecimiento de unos pocos, apoyada por una inmoral claque militar y civil, a quienes nada les importa las necesidades del pueblo.
Y es tan claro este mensaje, que si, por ejemplo, tomamos como referencia el gobierno de Rafael Caldera en su segundo mandato (1994-1999), este gobernó la mayoría de su entonces quinquenio con un barril de petróleo en 7 dólares, con una producción diaria de crudo en promedio de 2,7 millones de barriles, lo cual generaba ingresos aproximados de 19 millones de dólares por día, pero nunca el salario mínimo promedio estaba por debajo de los 200 dólares (se generó un intenso debate de participación activa por nuestro mensaje en Twitter)¹. En contraposición, Nicolás Maduro desde que asumió el poder en 2013 ha venido destruyendo sistemáticamente los ingresos de los trabajadores y pensionados, no sin antes eliminar 11 ceros al bolívar en solo 3 años (2018-2021), lo cual pulverizó por completo lo que ellos llaman “salarios y pensiones”, llevándolos al monto irrisorio inicialmente mencionado de 1 dólar al mes, lo cual no tendría ninguna justificación, aunque Petróleos de Venezuela exportara 500.000 barriles diarios de crudo, en virtud que el promedio de ese barril ronda los 60 dólares. Y tampoco se podría justificar el nivel poblacional, porque el aumento sostenido de ese factor demográfico se ve equilibrado con los aproximadamente 6 millones de venezolanos que han tenido que huir buscando porvenir en otras naciones ante el desmadre económico y social que ha originado el madurismo en todos los niveles del país², siendo la destrucción laboral la principal víctima de un régimen que habla hipócritamente estar del lado de los “trabajadores”, llegando al extremo de encarcelar como presos políticos a los dirigentes de ministerios y empresas del Estado que han salido a reclamar sus legítimos derechos.
No hay nada que objetar ante un simple análisis matemático y estadístico. Solo la bazofia política y los imbéciles de una podredumbre claque justifican el discurso de la ramplonería que habla de unas “sanciones” que en nada sirven de argumentación ante los ingresos que aún percibe Venezuela, y que incluso se encuentra en default que es cuando los economistas denominan el estado de suspensión de pagos con los acreedores internacionales.
No hay manera de justificar ante los venezolanos y el mundo la condena que ha hecho el neototalitarismo madurista contra los trabajadores y los pensionados con la anulación de sus ingresos. Es evidente que existe un plan macabro de control social y continuar ampliando el hambre, la miseria y la pobreza y el número de emigrantes para ellos perpetuarse en el poder, y de la manera más vil apropiarse de la riqueza del país. Quien tenga ojos que vea.
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¹ @vivassantanaj: Caldera tuvo el crudo en 7 dólares y 2,7 millones de barriles por día, o sea, 19 millones de dólares. Ahora Pdvsa con promedio de 60 dólares y 500.000 barriles diarios, recibe 30 millones de dólares. Con Caldera el salario mínimo nunca fue menor de 200 dólares; con Maduro es 1 dólar al mes. ¿Adónde va la plata?
https://twitter.com/vivassantanaj_/status/1458067936736858119
² @nelsonPS: Caldera 2: 2.7MM BP/D x 7$/BdP= 18.9MM $/D
al año 6.804 MM $
Población (1997) 22.84MM = $ 297;90/cápita
Salario mínimo promedio = $ 200
Maduro 2: 500.000 BdP/D x 60$/BdP= 30MM $/D
al año 10.800MM $
Población (2020) 28.44MM (6MM Diáspora)
= 379,75 $/Cápita SMP=1,6$ ¿378,15$?
https://twitter.com/NelsonPS/status/1458266203974160384