La gente se cansó de esperar por una quimérica revolución bonita o redentora, que tuvo muchos dólares y puso a idealizar a los invisibles. Pero, la razón anda confusa: la revolución bolivariana llegó a su momento más complejo como gestión, realidad articulada 85% de los venezolanos que apoyan un proceso de transición política.
Pareciera, Nicolas Maduro actúa más por intereses económicos que políticos, renuncio entender la etimología de la palabra crisis y sus peligrosas consecuencias, sus actuaciones apuntan hacia la antilógica y transformándose en el arquetipo del anti líder / autoritario, lo más grave aún es que liquido los “ideales de la espada de Bolívar” y “neo socialismo liberador” que intento imponer con narrativas el presidente Chávez.
En contradicción con los efectos de las crisis, Maduro está haciendo arriesgadas jugadas para su permanencia en el poder, mientras pasan las horas y los días el escenario de perder / perder es potenciado por su actitud de aferrarse obstinadamente a no salir de Miraflores, correr contra el viento por supuesto trae consecuencias devastadoras para el futuro inmediato de la sobrevivencia del proyecto político chavista / madurista y sus principales líderes bolivarianos. Ya el daño está hecho.
Es evidente, el gobierno de Nicolás Maduro avanza para intentar hacer cumplir lo que se aprobó el domingo en un referéndum que en la calle mostró un escaso interés con centros de votación vacíos, pero que el chavismo ha calificado como una victoria con 10,4 millones de votantes, lo que ha vuelto a despertar una crisis de credibilidad de las autoridades electorales del país, es decir este referéndum también ha puesto a prueba a las nuevas autoridades del CNE. La ausencia de datos sobre el porcentaje de abstención también hace crecer las dudas del nuevo árbitro electoral. Más allá de los números, el Gobierno busca tener un respaldo popular para desconocer la jurisdicción de la corte Internacional de Justicia en la que Guyana adelante su defensa del Esequibo en esta disputa territorial.
Maduro mueve su ajedrez abre un nuevo frente que tiene menos que ver con la soberanía y la geopolítica internacional que con su posición interna frente a unas elecciones presidenciales que deben realizarse según la Constitución diciembre 2024. La verdad verdadera, Maduro no logra remontar una intención de voto para su reelección que se mueve 16%.
Vivimos tiempos muy difíciles por la dinámica situacional política, pero dentro de toda la complejidad se revela Maduro camina finalmente por el escenario ¿perder / perder vs ¿ganar / ganar? Pero, la oposición venezolana, debe comprender finalmente que no llegarán milagros desde el exterior así se firme acuerdos como el de Barbados y menos del cielo. Lo que se llama la “comunidad internacional” en realidad son países individuales que, especialmente ahora, todos tienen sus propios problemas en los que se están enfocados en sus casos concretos como sus costos económicos / sociales, se puede poner en dudas en que vayan a asumir grandes riesgos para resolver inmediatamente el conflicto político que transita el país.
Son 23 años en manos de la revolución bolivariana todo apunta perder / perder. Pero, Maduro no deja de moverse en sus diversas contradicciones, muchas veces se revierte situacionalmente el escenario ganar / ganar. Hay que entender por las buenas o malas, que la política es dinámica y cambiante, los errores se pagan. “Nada es permanente a excepción del cambio”. Heráclito de Éfeso.
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Marcos Hernández López presidente Hercon Consultores
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