Por Javier Vivas Santana
Para el maestro no hay mentiras estratégicas. Y cuando el político lo es de verdad, sus posiciones son las de un educador, que actúa ante un pueblo entero que le sigue y adopta sus formas de comportamiento (…) Hoy la mentira es descubierta inmediatamente, dados los medios de difusión al servicio de la sociedad moderna. La mentira corre como el fuego sobre la paja y quema al político.
El maestro como líder. Principios generales de educación. Luis Beltrán Prieto Figueroa
Cada 15 de enero el magisterio venezolano sale al escenario de las luchas reivindicativas y de la sociedad por hacer desde la educación un espacio distinto de construcción humana, moral, ética y ciudadana basada en los valores, y el concepto más amplio del conocimiento entre las llamadas ciencias puras, las ciencias naturales y las ciencias sociales.
De hecho, no es casualidad que el Día del Maestro haya tenido sus orígenes en 1932 con la creación de la Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria, en plena dictadura de Juan Vicente Gómez como una tribuna de lucha y resistencia en la búsqueda de encontrar el camino de la libertad, la democracia y una educación cuya praxis pudiera sembrar las plantas por una nación de bienestar colectivo y sin injusticias sociales.
Por ello, cuando Isaías Medina Angarita emite el 13 de enero de 1945 el decreto que establece el 15 de enero de cada año como el Día del Maestro, no solamente reconoce el espíritu de lucha de aquellos docentes que en 1932 crearon la primera asociación magisterial en Venezuela, sino que entiende, comprende y analiza que esa fue una lucha contra una dictadura, razón por la cual, siendo él víctima de un golpe de Estado ese mismo 1945, así como también lo fue Rómulo Gallegos en 1948; tal hecho se convierte en una clara razón y significante para que el dictador Marcos Pérez Jiménez intentara borrar ese día de la historia, y construir en su imagen y semejanza una fecha que se ajustara con sus demagógicos intereses, al cambiar tal celebración para el 29 de noviembre, nacimiento de Andrés Bello.
No obstante, recuperada la democracia un 23 de Enero de 1958, desde ese entonces la voz de los maestros ha resonado cada 15 de Enero, y ante esta magnánima cita de encuentro de los educadores venezolanos, marcando una historia de luchas durante casi un siglo contra la opresión y las violaciones de sus derechos laborales, así como la imprecación de la educación que los déspotas, algunos de ellos vestidos de “demócratas”, han ejercido contra todo un país, ahora Nicolás Maduro con el peor de los subterfugios, y emulando a los dictadores que le antecedieron contra el magisterio nacional, también intenta avalar la desaparición del Día del Maestro cuando, violando de manera flagrante toda normativa constitucional y legal, e incluso estableciendo patéticas analogías seudoculturales y de división religiosa, “decreta” que este será el día del “pastor evangélico”¹, buscando con ello dividir al gremio docente en sus espacios de reclamo y de lucha política, económica y social.
Venezuela se ha convertido en un reducto de corruptos, mafias y criminales que han desangrado a la nación en todos sus componentes institucionales. Esa es la razón por la que el madurismo destruye la administración pública con salarios miserables que en el mejor de los casos llegan a 10 dólares mensuales, siendo los educadores los más constreñidos en esta humillación, no solo por los miserables ingresos que perciben, sino porque deben ver todos los días en los rostros de nuestros niños y adolescentes cómo el hambre, la miseria y las enfermedades son un oxigonio de lágrimas que deben extrapolar en un mar de tristes sentimientos.
Lo insólito de este capítulo de nuestra historia ocurre cuando un mal llamado “educador” de nombre Aristóbulo Istúriz, siendo ministrillo de educación arremete contra los derechos consagrados en la Ley Orgánica de Educación, permitiendo que ocurra un exabrupto semejante, además de prostituir la carrera docente con “docentes especiales” formados en cinco semanas con una cátedra de bazofia política, y botando arbitrariamente sin expediente alguno a los maestros que levantan las banderas de una educación autónoma y de libre pensamiento que incluso son egresados universitarios.
Los docentes no vamos a sucumbir ante las violaciones de derechos humanos que el madurismo pretende seguir ejerciendo contra la educación venezolana, y aunque intente con cualquier “pastor” de demonios disfrazado de Jesucristo, convertirse de Satanás a dictador “libre de pecado”, este 15 de enero seguimos enarbolando las banderas de justicia social por la libertad, la democracia y la educación como pilares fundamentales de una Venezuela que volverá a emerger cuando los usurpadores terminen en las profundidades del averno.
¹ https://runrun.es/noticias/394471/maduro-decreta-el-15-de-enero-como-el-dia-del-pastor-en-venezuela/