Corría el primer trimestre de 2015 y los venezolanos sufrían una feroz persecución por parte del tirano extranjero Nicolás Maduro como consecuencia de las manifestaciones de calle pacíficas que en 2014 la sociedad civil llevó adelante en recriminación a los grupos paramilitares por la violación de los derechos humanos, la detención arbitraria de ciudadanos inocentes y menores de edad en cárceles de adultos, abusos sexuales, torturas y amañados juicios exentos del debido proceso.
En ese entonces agrupaciones opositoras de dilatada vocación por la justicia y la igualdad, representantes de generaciones contestarías sensibilizadas por el sufrimiento de la mayoría de sus congéneres, rechazan desde los recónditos pueblos y sembradíos hasta las capitales de estados y la propia cuna del Libertador Simón Bolívar al ilegítimo e ilegal mandatario .
Solo los desposeídos se lamentaban entre sí, ya que ninguna institución regional o mundial ni gobierno hispano contradecía a Hugo Chávez o Nicolás Maduro Moros.
Por los favores recibidos bien valía la pena callar el sometimiento forzoso de sus gobernados intentado por los capitostes.
El diálogo que resultó tramposo apacigua la presión social para de inmediato como respuesta Maduro atiborrar las cárceles de presos políticos y víctimas inocentes detenidas contra su voluntad, aumentando las desapariciones forzosas como los asilados ante el demostrado riesgo de vida.
La desesperanza por el abandono al cual fuese sometido el hombre de a pie por parte del secretario general de la Organización de Estados Americanos hasta esa fecha, José Miguel Insulza, por el consecuente apoyo y reconocimiento a los gobiernos olvidándose de los pueblos cambió con la elección para el período 2015-2020 de Luis Almagro, ex ministro de Exteriores del gobierno de izquierda democrática uruguaya de José «Pepe» Mujica.
Hoy por hoy, a solicitud de un numeroso grupo de naciones, aspira a su reelección este venidero 20 de marzo.
Con su llegada una era de esperanza por el retorno de la convivencia ciudadana se abre no en vano para quienes bajo el liderazgo continental del ex canciller renace la confianza de retornar al régimen de libertades secuestrado.
Las palabras expresadas con motivo de su nominación sonaban para los descendientes de Francisco de Miranda como retóricas, sin embargo las indicadas: …Pensar que llega a esa posición para ser solo un administrador de aprietos cuando en realidad se proponía renovar la OEA, demostró con creces el talante de su compromiso a ultranza con la libertad, justicia y derechos humanos.
Todo ello inimaginable para los representantes de la opresión dictatorial en el continente de habla castellana quienes esperaban de Almagro apoyos sustanciales que dieran al traste con la hegemonía de la independencia de los poderes públicos, emulando a la conducción cubana del manejo de un territorio como si fuese propiedad del longevo mandatario de turno.
El hombrecillo proveniente de la república oriental de Uruguay, abogado de profesión, siente con pasión su compromiso hacia el respeto por la vida, el ser libre y la conducción del soberano obedeciendo el legajo constitucional dado por ellos y no impuesto con fines casuistas por quienes aspiran someterlos para consumaciones plagiarias.
Los venezolanos quienes esperaban otro funcionario comprometido con el absolutismo circunstancial y la conducción sustentada en el hombre fuerte consigue en él un aliado incondicional, quien exige sin cortapisas el respeto por el derecho a la protesta, vaciar el gobernante Maduro las cárceles de presos políticos, brindar seguridad a los ciudadanos, la presencia de¡ comisiones de defensores de los derechos humanos en el país y medidas de protección por parte de los organismos multilaterales de justicia para los perseguidos por Maduro Moros y los aliados comunistas del Caribe.
Luis Almagro en su solicitud casi obligante por reconvenir gobiernos de naciones de la América latina en la dirección bajo los compendios de la Constitución establecida en los terruños miembros de la OEA gana enemigos y hasta el ex mandatario Mujica le critica y se distancia por su derivar principista de la mando y no fortuita como era el proceder.
Los hijos de La Gran Colombia el sueño de Simón Bolívar, en el pequeño hombre de oriente consiguen un defensor a quien los déspotas impotentes ante el justificado reclamo descalifican llevando ausentarse a Venezuela del ente regional al ver como la prédica educativa incesante del conductor gremial gana adeptos en la América unida y el mundo.
Los oriundos sufrieron y aun padecen la persecución de la cual son objetos. Carlos Fernández, ex presidente de la Federación de Cámaras, Asociaciones y Medios de Producción en Venezuela -Fedecámaras- hoy en tierra de libertad en sucintas palabras nos indica la trascendencia de Luis Almagro:
“La OEA cambió totalmente su enfoque desde que Luis Almagro fue electo secretario general de la institución. Esta dejó de ser un organismo sin credibilidad para la sociedad afectada por conductores totalitarios en América Latina, donde el anterior secretario Insulza de una forma u otra convivía con los dictadores que destruían las democracias del Continente. La posición asumida por Almagro para con estos ha sido el de la confrontación y sanciones, como el caso Chávez-Maduro por la violación de la libertad de expresión, de los derechos de los ciudadanos, de la libre opinión política entre otras prerrogativas. Su reelección es necesaria para el bien de América”.
La labor desplegada por el compatriota americano es una llamada de atención para quienes aspiran a dominar al mundo a su capricho y peculio y entiendan que cuando se trata de libertad son más lo que se unen para luchar y vencer que los temen y se postran ante el déspota.
Quienes sufrimos las tiranías sabemos que podemos contar con Luis Almagro porque con él, tal como lo expresé en anterior columna: ”Ahora la OEA es reducto de los pueblos” .
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