“I hope you’ll be ignored so you know the importance of listening to others” * (JOHN ROBERTS)
La escuela es una pequeña sociedad en la que se aprende o no se aprende. Uno de los principios fundamentales de esta institución educativa consiste en enseñar. La Real Academia Española (RAE) define el término ‘enseñar’ de esta manera:
RAE
enseñar
Del lat. vulg. insignāre ‘señalar’.
- tr. Instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos.
Sin.:
instruir, adoctrinar, adiestrar, educar, formar, preparar, ilustrar, criar, acostumbrar, habituar, explicar, aleccionar, alfabetizar, iniciar.
Ant.:
aprender.
- tr. Dar advertencia, ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo.
- tr. Indicar, dar señas de algo.
Sin.:
indicar, señalar.
- tr. Mostrar o exponer algo, para que sea visto y apreciado.
Sin.:
mostrar, exponer, exhibir, ofrecer, revelar, descubrir, exteriorizar, demostrar.
Ant.:
ocultar, esconder.
- tr. Dejar aparecer, dejar ver algo involuntariamente.
- prnl. Acostumbrarse, habituarse a algo.
No tendría que ser necesario adjuntar las distintas acepciones de la palabra en esta columna, pero dado que el mundo está plagado de personas que cuestionan casi todo, dejo ahí arriba el mensaje académico. Claro que para enseñar se precisa contar en primer lugar con una materia, además de uno o varios receptores (alumnos) que traten de aprender lo que el emisor (maestro) expone y explica.
Existen otros principios elementales que rigen los centros educativos, entre los cuales se encuentra el valor de educar. Pero ¿qué quiere decir ‘educar’?
RAE
educar
Del lat. educāre.
- tr. Dirigir, encaminar, doctrinar.
- tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Educar la inteligencia, la voluntad.
Sin.:
enseñar, formar, instruir, ilustrar, aleccionar, adoctrinar, orientar, adiestrar, alfabetizar, guiar, dirigir.
Ant.:
deseducar, malcriar, maleducar.
- tr. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin.
- tr. Perfeccionar o afinar los sentidos. Educar el gusto, el oído.
Sin.:
perfeccionar, afinar, ejercitar.
- tr. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.
Sin.:
urbanizar, pulir, civilizar.
Ant.:
deseducar, malcriar, maleducar.
Estos dos principios son inseparables, a pesar de que haya quien defienda que los alumnos se educan solo en casa. Es verdad que los chavales deben venir a la escuela civilizados, es decir, que deberían saber comportarse con corrección en el aula (y fuera del aula). Si esto fuera así, no habría que llamar la atención ni corregir una mala actitud. Los alumnos indisciplinados son incapaces de estar quietos en el aula, no saben estar callados cuando el profesor habla, no prestan atención ni tampoco toman notas de nada. Entiéndame quien no se dedica a la enseñanza, parte del trabajo del profesor consiste también en educar a los alumnos puntualmente. Y es que los buenos modales se refuerzan en la escuela de un modo genérico y universal. Hay familias que descuidan la educación (las buenas maneras) de sus vástagos y no los corrigen cuando necesitan ser corregidos. Un profesor objetivo sabe ser justo y evaluar las conductas inapropiadas en el pequeño cosmos escolar en el que vive. Conviene recordar que todo profesor fue alumno antes de ejercer como docente. El enfoque de un maestro ha de ser la formación académica de sus alumnos, enseñar bien su asignatura y valorar si han aprendido bien las cosas.
He querido escribir esta columna movido por el recuerdo del singular discurso del juez John Roberts dirigido a los estudiantes del instituto Cardigan de New Hampshire un día de junio de 2017. El juez tituló ‘I wish you bad lack’ **(Os deseo mala suerte) aquella disertación sobre la justicia y la injusticia: ‘From time to time in the years to come, I hope you will be treated unfairly, so that you will come to know the value of justice.’ (De vez en cuando en años venideros espero que seáis tratados injustamente, para que conozcáis el valor de la justicia). Imagino la sorpresa de los jóvenes graduados al escuchar estas palabras. Y es que el señor Roberts no se quedó ahí, sino que siguió diciendo: ‘I hope that you will suffer betrayal because that will teach you the importance of loyalty’ (espero que os traicionen porque eso os mostrará la importancia de la lealtad) y, entre otras cosas, les desea que les ignoren para que entiendan de una vez lo importante que es escuchar a la gente. John Roberts habla desde la sabiduría que deja el paso de los años acerca de los contratiempos de la vida, el fracaso y los triunfos, las alabanzas y el desprecio. Creo que la memorable charla del juez forma parte de uno de los dos principios imprescindibles en la escuela a los que me refería al inicio, concretamente al principio de educar
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*“I hope you’ll be ignored so you know the importance of listening to others” / ‘deseo que les ignoren para que entiendan de una vez lo importante que es escuchar a la gente’ (John Roberts)
**discurso del presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos: John Roberts, 3 de junio de 2017 en Cardigan, New Hampshire.- [En el vídeo James Clear presenta al juez John Roberts quien toma la palabra a partir del minuto 5]
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