Desde el instante de nuestro nacimiento, nos expiden un prematuro certificado de defunción y nunca sabremos qué significa vivir en paz. No son pocos los que experimentan una existencia precaria. Cuando somos infantes recibimos instrucciones subliminales para el uso de armas de guerra, aparte de distorsionados mandamientos de origen «divino». Algunos propenden mantener inalterable la malignidad implícita en la Teosofía del Exterminio de Humanos, por magnates propicia, esa que sostiene la presunta estabilidad de sus formas de gobierno fundados en el «deicidio» o asesinato de un concepto llamado Dios: al cual, infaustamente, nunca se le da un «derecho de palabra» cada vez que los letales deciden purgar de apacibles a la absorta e indevota Humanidad.
No es fortuito que los hombres y mujeres que obran de buena fe hayan exhibido, y hoy lo hagan todavía, aversión hacia quienes se «hacen abruptamente del poder». En el mundo, siempre convulso, nuestras circunstancias sociales tienen causas que pueden develarse hasta en los nombres de los países. Por ejemplo, Alemania [del lat. «https://dle.rae.es/germano», como se les definió a hermanados bajo influjo de tiranías de crápulas en confines de la Historia Universal de los Pueblos e igual de mi acepta significación «hermandad»]. Quienes delinquen «en concierto» encienden luces que develan su fraternidad, infalible comunión durante praxis conspirativas mientras sus víctimas nos dispersamos en fatuo discernimiento respecto a las causalidades.
Sobre la https://etimologias.dechile.net/?providencia, yo nunca prodigaré ningún discurso a nadie: fuera o en mi psique está, subyace «en sitio» por cuanto discernimos respecto a ella, y no la aboliré filosóficamente. Su filiación con el «Intellectus» es irrecusable. Y, el ejercicio de la [deducción) inteligencia me impulsa a sostener que los seres humanos hemos sido, «en grado de protervus persistencia», víctimas de intelectualmente disfuncionales pero capaces de superar a sesudos en el campus de la dominación interpersonal.
Pareciera que el gen [del lat. «genus»: linaje, raza, también «de acepta significación» botánica «ADN» o [https://definicion.de/genesis/] del apertrechado dilucida la irreparable querella entre quienes cohabitan pacíficamente y los que buscan «hacerse del poder» tras diversidad de artificios. Diría que ad infinitum los auténticos crímenes contra la Humanidad se renuevan o evolucionan conforme a las «ciencias», «tecnologías» y «ficción».
No me asusta que se infiera que el «exarca» de la Antigüedad Griega (del lat. «exarchus») lo haya sido por concesión de una «divinidad» inferior al «patriarca» que simbolizaría a Dios, ello sin menoscabo de sus múltiples nombres. El «exarca», «rey», «virrey», «monarca», «emir», «feudatario»: lucen como tropel hermanado en el crimen, representan al «tyrannus»* prototipo que inspira aversión y suspicacia.
Hemos visto grupúsculos de intocables convictos, desquiciados, mentirosos, pero letales y el vulgo «falaciego» frente ellos, temeroso, sufraga en «flagrancia de simulación». Y carcajear al «tiranocacas» [lat. «tyrannus cacare»] sometido a repudio pero paradójicamente amado. Protagonizaron durante el siglo XX y prosiguen en el XXI, cuando ya la humanidad no resiste más violencia política ni tiranías sangrientas.
El auténtico https://es.wikipedia.org/wiki/Mesías fue un hombre ilustrado y pobre, un filósofo que de sí mismo predijo moriría crucificado: empero, la vida de aquellos que pretenden exhibirse «mesiánicos» transcurre apartada del pueblo porque no confía ni en su sombra.
-«Ave imperator, morituri te salutant» -nos recuerdan mientras esputan sobre nuestras almas los tiranocacas en convites-«ruedas de comunicadores sociales»-. Pretenden ser amados por los ciudadanos a los cuales vejan: y, mediante inmoral y tendencioso https://glosario.mott.pe/marketing/palabras/marketing, les infunden que prorrumpieron por voluntad de la Providencia para azotarnos.
En el mundo, nunca vimos mayor ostentación de impunidad y dispendio entre «tiranocacas» que la protagonizada por afamados [y con tesoros públicos] «magnates»: inimputables por su condición de jefaturales principales, con férreo e inmoral control de tesoros, licencia para explotar poblaciones y someterlas a esclavitud u oprobio mientras ellos en condición de mediocres dorados llevan una existencia escandalosa junto a sus [lacayos y leguleyos] «neo-cortesanos» o «comendadores».
Todos los seres más o menos humanos tenemos un tirano favorito que recordamos cada noche en nuestras alcobas, víspera de entrar al sueño profundo o intentarlo. Desde mi infancia, dibujé numerosas veces al mío no letal en papeles que luego destruí porque sus perfiles semejaban los míos. Era fenomenología de lo paranormal. El gobierno mundial de sabios** advendrá cuando los autodidactas despierten de su larga hibernación, divulguen la tesis de hombres como https://filco.es/locke-el-conocimiento-parte-de-la-experiencia/ y aferren riendas. Reivindiquen la vida, familia cohesionada, libertad, educación, seguridad social, asistencia del Estado y propiedad.
NOTAS
* https://www.fondodeculturaeconomica.com/Noticia/4459
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