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Los tranvías del puerto

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Rieles de la calle Bolívar

Numerosos fueron los proyectos para la instalación de tranvías en Puerto Cabello.  Así, el 25 de enero de 1893 Juan Alvarenga & Cía. presenta un proyecto para establecer tranvías en el puerto, proyecto que describía aquél como “una empresa de tranvías de trocha angosta, con transacción de sangre, ó de vapores… para pasajeros y para carga…”. Dicho tranvía partiría de los muelles hasta la estación de ferrocarril, pero sería rechazado porque el mismo envolvía el transporte de carga a través de las principales calles de la ciudad.

Otro proyecto fue el presentado por Ramón Ramírez Tirado, éste a diferencia del anterior se llamaría “Tranvías de pasajeros de Pto. Cabello”.  La comisión designada para estudiar el proyecto nada objetó a éste.

El 10 de abril de 1895, Juan J. Mata presenta a la municipalidad un nuevo proyecto para la construcción de un tranvía para el transporte de pasajeros, esta vez partiendo de la Alameda de la Revolución (Plaza Flores) y que recorriendo algunas calles empalmaría con la calle Sucre para extenderse hasta el poniente.  Sin embargo, nada sabemos del destino de este proyecto. Contemporáneo del anterior es uno presentado por el Dr. Enrique Tejera, pero que establecía un trayecto distinto. Luego de transcurrido un tiempo la Comisión de Ornato recomendó a la municipalidad que fuera aprobado aquel de los proyectos, cuyo proponente depositara primero en la casa mercantil de Blohm & Cía. la cantidad de Bs. 8.000,oo para garantizar la ejecución de la obra.

Un proyecto que parecería llegó a feliz término fue el de Escarrá y Volkmar, aunque de manera parcial y no se disponga de mayor información. El 9 de mayo de 1891, Federico Carlos Escarrá y W.H. Volkmar convocan a una reunión para considerar y constituir una Junta de Promotores de una Línea de Tranvías en Pto. Cabello. A la reunión concurren, entre otros, Ricardo Kolster, J. J. de Guruceaga, Nicolás Rodríguez Brandt, Federico Roo y M. E. Urosa, constituyéndose así “Tranvías Puerto Cabello Compañía Anónima”, con un capital variable de Bs. 100.000,oo hasta 200.000,oo para llevar a cabo el contrato celebrado con la municipalidad el 2 de julio de 1890.  El proyecto involucraba “dos líneas que partían de los muelles; la una por la calle del Comercio y la otra por la calle de Anzoátegui; corriendo la primera hasta encontrarse con la calle Girardot, desde donde seguirá por la calle de Plaza hasta la calle de la Independencia y de ésta hasta la Estación del Ferrocarril; y la segunda corriendo por la calle de San Francisco hasta la Estación. Este Volkmar es el mismo que, en 1891, se subroga en el contrato de generación de luz eléctrica que había celebrado Francisco de Paula Quintero con la municipalidad, comprometiéndose a darle cabal cumplimiento y constituyendo dos años más tarde la “Compañía Anónima Alumbrado Eléctrico de la Ciudad de Puerto Cabello”, que habría de continuar con la explotación del contrato.

El 2 de enero de 1896, Ricardo Kolster en representación de la C. A. Tranvías de Pto. Cabello, se dirige a la Municipalidad señalando que aun cuando la obra no está terminada, puede ponerse al público el tramo comprendido del muelle a la estación del ferrocarril, por las calles del Comercio, Anzoátegui y San Francisco.  El Concejo Municipal en sesión ordinaria del 3 de enero autoriza el funcionamiento del tramo concluido, concediendo 6 meses más para su conclusión total. No resulta claro si el tramo en cuestión fue alguna vez puesto en servicio, pues las fuentes guardan silencio al respecto.

La verdad es que todas estas iniciativas y proyectos, al parecer, no cristalizaron. Algunas litografías de Ramón Bolet y Henrique Neun muestran unos rieles en las cercanías de la vieja aduana y la calle Bolívar; no obstante, bien pudieron servir solo para el acarreo de mercancías mediante carretillas, no lo sabemos. La ausencia de estampas fotográficas de estos tranvías, además, confirma lo anterior, ya que resulta imposible que de haberse materializado hubiesen escapado a la curiosa lente de cualquier fotógrafo. De tal manera que el transporte de “tracción de sangre” pero en carretas, seguirá jugando un importante papel en el puerto decimonónico.

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@PepeSabatino

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