OPINIÓN

Los satélites de madera pueden ser la solución a la basura espacial

por Pablo Kaplún Hirz Pablo Kaplún Hirz

Satélite de madera de magnolia, reciente invento japonés (https://es.wired.com/articulos/japon-prepara-satelite-de-madera-lignosat)

Pienso mucho en mi gente en estos días. Venezuela vive momentos decisivos y uno no haya como participar, más allá de citas por el honor nacional convocadas en casi todas las grandes concentraciones de venezolanos por el mundo. Ya que es muy poco lo que puedo hacer, envío contribuciones a El Nacional, como forma de decir “presente”. Encuentro información relevante en diferentes medios en momentos que sé que en Venezuela las cosas se juegan el todo por el todo y me parece que acercarlas al país, en tiempos de gran desinformación, resulta relevante.

Dicho lo anterior paso a comentar que la humanidad no solo contamina la Tierra, sino también el espacio, como resultado de los avances tecnológicos y los descubrimientos en el espacio. La basura espacial incluye satélites fuera de servicio, restos de naves y artefactos abandonados en órbita. Se estima que, además de los 5.000 satélites inactivos, hay alrededor de 20.000 pedazos de basura espacial orbitando nuestro planeta.

Esta basura representa un peligro real, ya que puede chocar con satélites activos, afectar su funcionamiento e incluso poner en riesgo la seguridad de las misiones espaciales tripuladas y la vida de los astronautas. A pesar de los intentos por limpiar el espacio, los proyectos han tenido poco éxito hasta ahora. Sin embargo, recientes avances ofrecen una esperanza de frenar la creciente contaminación espacial.

La novedad: un satélite de madera

En noviembre de 2024 (cito a Teresa H. Santacreu) , un equipo de investigadores de la Universidad de Kioto lanzará al espacio el primer satélite fabricado completamente en madera. Esta innovadora tecnología representa un cambio significativo, ya que tradicionalmente los satélites, cohetes y naves espaciales se construyen con metales como titanio, platino, aluminio y magnesio. Estos materiales generan sustancias nocivas al quemarse al entrar en contacto con la atmósfera al final de su vida útil, contribuyendo al daño de la capa de ozono y generando basura espacial. Por el contrario, el «LignoSat», como se ha denominado al satélite de madera, no produce residuos tóxicos durante su desintegración en la atmósfera, cumpliendo con las normas internacionales vigentes.

Se ha seleccionado madera de magnolia para la construcción de este satélite debido a su notable resistencia. En el año 2020, se llevaron a cabo pruebas en el espacio con tres tipos de madera, resultando la madera de magnolia como la más resistente durante los 290 días de estudio. En noviembre, se llevará a cabo una evaluación para determinar la viabilidad real de este tipo de satélites en el espacio. Además, se planea utilizar esta prueba como un primer paso para investigar la posibilidad de construir refugios ecológicos de madera en Marte y en la Luna.

Entre las ventajas de la madera se destaca que no interfiere con las ondas de radio ni afecta las observaciones astronómicas, como sucede con otros satélites como el BlueWalker 3, el cual emite un brillo que puede obstaculizar el trabajo de los científicos.

¿Qué se entiende por satélites? Los satélites hechos por el hombre son dispositivos que giran alrededor de un planeta con el propósito de obtener imágenes, realizar investigaciones espaciales, facilitar las comunicaciones y monitorear el clima y la meteorología. Es importante distinguirlos de los satélites naturales como la Luna.

Terminada la información que dispongo en este momento, mando un abrazo a todos los venezolanos que sueñan con una nación reconstruida por todos y para todos.


Ambiente: situación y retos es un espacio de El Nacional coordinado por Pablo Kaplún Hirsz