Nuestra organización partidista, Alianza Bravo Pueblo, ha cumplido 20 años de lucha continua, en resistencia, sirviendo a la causa por la libertad de Venezuela. Esa es nuestra agenda. No hay otra pieza en el menú de nuestro trabajo. En este aniversario realizamos un intenso programa de intercambios de criterios, para lo cual invitamos a pensadores reconocidos con vastos conocimientos que han hecho posible motivar fecundas discusiones. Uno de ellos fue el doctor Asdrúbal Aguiar, quien nos ofreció una verdadera cátedra sobre la razón de ser de los partidos políticos, los cambios inocultables como la digitalización y cómo se ven en el horizonte las ideologías, que algunos dan por desregularizadas.
Al respecto le envié un mensaje a los líderes de ABP y de cualquier otra organización, diciendo que los partidos políticos al día de hoy, en cualquier parte del mundo, que no se percaten de que la digitalización es una realidad imponente, serán devorados por la verdad que va dinámicamente cambiando mientras los partidos se anquilosan. Los partidos políticos que se limiten a depender de las tradicionales maquinarias, empujadas por activistas ayunos de los recursos tecnológicos, serán arrasados por otros movimientos que se monten en las plataformas de Internet y de las redes sociales para navegar a sus anchas por una web 2.0, por Facebook, Twitter o cualquier otra autopista en la que será posible comunicarse virtualmente con los ciudadanos. Ese poder de la informática tiene una batería de software preparada para el combate.
Los partidos y los líderes partidistas que no se replanteen la manera de relacionarse con la gente y pretendan seguir supeditados a los periódicos impresos, a las emisoras de radio o de televisión, es porque no han internalizado la presencia avasallante de la digitalización y no se han preparado para combinar la relación virtual con la gente, con la tradicional comparecencia física en los espacios que no deben dejar de frecuentar.
La economía, el comercio, las ventas, la empleabilidad y las variables financieras están siendo sacudidos por la era digital. Solo basta con comparar lo que representan, en valor monetario, en el mercado bursátil las empresas petroleras y las empresas automotrices, con lo que valen al día de hoy Amazon, Google, Facebook y Apple. La diferencia es abismal a favor de estas últimas.
Otro viraje que deben dar los partidos y sus dirigentes es para centrarse en el tema ambiental. Ya no se trata de consignas conservacionistas de grupos aislados que claman por la protección de los espacios verdes. Ya la descarbonización es una meta de este siglo y hay acuerdos suscritos por jefes de gobiernos del mundo libre comprometidos a desacelerar el uso de los combustibles fósiles. Los datos sobre el daño ecológico que el plástico le hace a las especies de ríos y de océanos son alarmantes, y ante esas estadísticas ya no caben pretextos basados en los intereses de crecimiento económico de algunos estrategas. El calentamiento global es una amenaza planetaria. Materias primas como el petróleo y el gas están siendo suplantadas, progresivamente, por las energías blancas. Son esos recursos energéticos alternos que van desde la energía solar a la eólica.
La globalización es un hecho cierto, de allí que la mirada de los planificadores del futuro económico de Venezuela tiene que ser amplia, de gran alcance, no podemos limitarnos a las relaciones tradicionales, es necesario abrirnos a otros escenarios mientras conservamos y consolidamos esos vínculos históricos del país con Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Colombia y todo el mercado latinoamericano, al mismo tiempo que nos seguimos abriendo caminos en Europa. Pero en el horizonte existe el mundo asiático y hacia esas latitudes debe centrarse también la mirada de los conductores estratégicos emplazados a diseñar el relanzamiento económico y financiero de Venezuela.
@alcaldeledezma