Algunos de nuestros connacionales pudieran todavía albergar dudas acerca de si acudir a votar o no. Incluso, algunos podrían, aunque nos parezca tan espantosa la idea, como es, estar pensando en votar por Nicolás Maduro y lo que representa su régimen de oprobio y terror. A esos compatriotas descaminados va dirigido mi mensaje de hoy.
Si evaluar la situación económica nacional no es suficiente. La improductividad o el desastre laboral, causado a propósito por quienes están ahora y hasta muy pronto en el poder pudieran no resultar argumentos suficientes. O si acaso el inmenso desastre con los servicios en general: agua, electricidad, limpieza, transporte, ornato, no llega a conmover a los votantes. Si la situación depauperada de la salud o la educación no causa la conmoción que debiera causar, como en algunos no causa. Pensemos, los invito cordialmente a pensar en nuestros hermanos refugiados, huidos, despavoridos, dando vueltas por el mundo en busca de una vida que aquí les fue negada.
Hablamos, hablo; mejor, escribo acerca de casi 8 millones de quienes debieran seguir siendo denominados coterráneos, venezolanos regados por el mundo, algunos en condiciones lamentables aún, unos que desean regresar fervientemente y un alto porcentaje de ellos que son votantes, que debieran opinar con su voto en este momento definitivo para el país y no podrán hacerlo.
Si alguno de ustedes no tiene alguna razón para votar, o, mucho peor, si no tiene una razón valedera para acudir a depositar su conciencia por la situación política actual en el país, porque sigue considerando que la antipolítica es un valor, y no cree, como algunos sostienen malamente en los sucios políticos o los sucios partidos embarrados de intereses pecuniarios, piense profundamente en todos aquellos a los que bien puede representar marcando el voto por los factores unitarios, por las fuerzas democráticas del país, por Edmundo y la manito.
Millones de nuestros conciudadanos no podrán manifestarse. El régimen consciente de ello y de su situación ha calculado bien la cantidad de votos en contra que se ahorra con ellos por fuera. Para disimular permitirá en algunas importantes ciudades del mundo algunos votitos que en nada le van a favorecer, por supuesto. Pero usted, ustedes, sumen una razón más u obtengan una razón más que suficiente. Al votar, piensen en los venezolanos en el exterior impedidos de manifestarse y con fuerza marque el lugar de la manito y Edmundo. Nuestros conciudadanos esparcidos en el mundo, algunos muy insatisfechos por esta situación, por la situación en la que viven, se lo agradecerán; así, muy posiblemente, un alto porcentaje se devuelva por el cambio y pueda venir a seguir disfrutando de su país en democracia y libertad.