Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados por la infamia de un régimen asesino al que, por mantenerse en el poder, no le importa dejar sin visión la vida de un niño, o lo que es lo mismo, que sus ojos queden en una penumbra absoluta.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados por el efecto de un cenáculo de criminales que en nombre de la “paz” desatan la más espantosa guerra contra civiles desarmados, cuando descargan todas las balas de sus armas sobre el rostro de un niño que apenas comenzaba los sueños, la esperanza, la vida, es decir, que unos sanguinarios dejen sin luz el brillo de sus ojos.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados porque un delincuente “vestido de azul”, en vez de proteger a los ciudadanos de los delincuentes, emplea ese uniforme para defender la violencia y la muerte que le imponen una banda de criminales autollamados “revolucionarios”, a quienes no les importa que un niño pierda toda la amplitud de sus ojos para ver el mundo.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados porque un grupo de individuos, desde el mal llamado sistema de medios públicos de comunicación, condena a cualquier persona en una protesta ciudadana de “escuálido”, “terrorista”, “guarimbero”, “apátrida”, “pitiyanqui” o cualquier epíteto que denigre la condición humana, razón por la cual, el mensaje que emita cualquier vocero o “comunicador” desde la bazofia y putrefacción de excrementos semánticos que se emiten desde la “programación” de esos canales, emisoras y portales, es la justificación de la sentencia absoluta, así el “juzgado” tenga que ser un niño al que haya que exterminarle el brillo de sus ojos.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados porque la “razón” de unos pocos autodenominados “hijos de Chávez” les hace imponer su verdad, aunque esa “verdad” implique enceguecer con disparos los ojos de un niño.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados porque desde Miraflores un usurpador que se dice ser “presidente” ordena reprimir con plomo a los vecinos de un sector que levantan sus voces por la escasez de gas doméstico, y que para darle fin a tal protesta, uno de sus criminales cumpliendo órdenes del jefe de la mafia asesina, mutile para siempre en los ojos de un niño la textura de la naturaleza, la arquitectura de las ideas, los colores de las flores y los animales, el azul del firmamento y del mar.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados cuando un grupo de genocidas en nombre de la “paz” disparan contra quien exija al régimen el fin de la hiperinflación, salarios justos, medidas contra el hambre, la escasez de medicamentos, el colapso de los servicios públicos, el rechazo contra la criminalidad, cárcel para los corruptos; pero el madurismo encuentra la mejor y más efectiva medida que pone fin a todo de manera simultánea, levantar las armas contra el pueblo, aunque ello implique acabar con los ojos de un niño, y dejarlo ciego como razón de imponer su verdad política de lo que llaman “democracia”.
Nadie con 16 años imagina que al levantarse de su cama sus ojos quedarán apagados, aunque para el madurismo poco importa que haya que calumniar, vilipendiar, agredir e incluso herir o asesinar a quienes ellos consideren “contrarrevolucionarios”. Esa fue la desgracia con la que en esta oportunidad los genocidas maduristas etiquetaron a un niño de 16 años y por ello, dispararon contra su rostro y sus ojos sin contemplación alguna, porque al final la “orden estaba dada” ¡Déjenlo ciego!
Los ojos de Rufo fueron asesinados por los maduristas que día a día asesinan la patria. Los ojos de Rufo fueron asesinados por quienes celebran el hambre y la destrucción del país mientras ríen al ver al usurpador de Miraflores. Los ojos de Rufo fueron asesinados por quienes apoyan criminales que viajan por el mundo en nombre de “Venezuela”, mientras ordenan disparar ráfagas de balas contra el pueblo. Los ojos de Rufo fueron asesinados por aquellos que llamándose “socialistas” solo representan la bazofia de la historia.
Los ojos de Rufo se han apagado, pero esos ojos, aunque los nuestros estén llenos de lágrimas, están brillando en lo más profundo de nuestros corazones. Rufo, tus ojos hoy representan el sol que alumbra el porvenir de Venezuela.