Esta vez los pendencieros de la Organización de Naciones Unidas [ONU] no pudieron con los kilates jurídicos e intelectuales de quien nos representaría vehemente e incisivo víspera de fin del año 2023, cuando por distintos territorios la violencia irracional conmueve al mundo: Tarek William Saab. No desperdició inteligencia para desmontar la tramoya hace años en puja por socavar la institucionalidad del Estado venezolano y sus representantes fundamentándose en írritas pruebas extraídas de las Redes de Disociados. En ningún país serio cabe la tesis de prejuzgar actos de gobierno a favor de la justicia condenándolos de forma apriorística.

De súbito la ONU parecía un pugilato de cuadrilátero protagonizado por defensores de prófugos en tropel de la justicia venezolana contra un ya veterano ductor de nuestro Ministerio Público internacionalizándose estadista. Ahí estaban los bravíos de la Internacional del Caos y Decadentismo Primermundano intentando sofocarlo, pero sólo quedaron en grado de tentativa y frustración. Tarek, con su blindada tesis respecto a legitimidad y voluntad de gobierno a favor de sanar las heridas de un pueblo ofendido a través de la desgracia inducida por desestabilizadores, expuso sin ambages ni aspavientos:

-«Personas detenidas, condenadas, con sentencia definitivamente firme por atentar con drones contra todo el Alto Mando civil y militar, incluyendo al jefe del Estado, Nicolás Maduro, como objetivo principal, ¿son presos políticos, son presos de conciencia? Hagamos, entonces, un debate».

Saab recordó a oyentes atentos [pero también a quienes calientan butacas en la presuntamente asamblea mayor de naciones que nunca se unirán para nada trascendental] que en Venezuela existe un gobierno incluso con persistente legitimación enfrentándose a políticos profesionalizados en el arte de la conspiración, quienes, cíclicamente, asoman sus rostros vendiéndose mesiánicos.

De todo cuanto se nos acusa me defiendo e inflijo con pensamientos e ideas que abaten agresores fortuitos, y no lo hago en nombre de nuestro respetable fiscal general. Constitucionalmente, la soberanía de Venezuela reside en cada uno de sus ciudadanos que –aparte- tenemos por responsabilidad defender la república. Declaro experimentar asco ante el estercolero de criaturas inhumanas molestándome políticamente. No sirven, son mamarrachos.

Hubo momentos en los cuales Tarek no pudo ser más conspicuo, demostró que en Venezuela no están presos quienes escriben libros ni fomentan la quietud y el amor como aquellos nostálgicos entre los cuales me incluyo de las décadas de los años sesenta y setenta. Las injurias propagadas en la red de disociados son destellos de la infamia que parece erecta, pero al cabo retratamos corva.

Consignó profusa documentación probatoria de sus verdades, aceptó la posibilidad de emprender una polémica sobre la forma de gobierno que adhiere (al cual, para golpearlo moralmente, llaman régimen) y su aplicación de justicia respetuosa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos https://www.un.org/es/documents/udhr/UDHR_booklet_SP_web.pdf.

En Venezuela los sujetos que han sido arrestados por sus comportamientos abominables pueden exigir lo internacionalmente consagrado en materia de judicialización: «asistencia legal», «sometimiento a juicio» y «suspensión condicional de penas» y hasta «sobreseimientos» cada vez que los alegatos irguieran lícitos: https://sib.ucab.edu.ve/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=196105&shelfbrowse_itemnumber=681652.

Los países militar y políticamente más poderosos no auscultan, tuercen sus labios, nos miran con sorna, prejuzgan y dictan sentencias condenatorias a gobiernos legítimos y absoluciones a prófugos que disfrutan de lo robado a ciudadanos en naciones que traicionaron. Venezuela no tiene «presos políticos» sino «forajidos comunes» camuflados de activistas pro libertades y democracia.

Indiscutible que el Ministerio Público de Venezuela ha mantenido una campaña anticorrupción vinculada con todos los poderes independientes pero cooperadores. Lidera, acompañado con el resto del sistema de justicia (tribunales, Asamblea Legislativa, et.) una fortísima lucha restauradora y el fiscal supremo mostró estadísticas. Luce obvia la desinformación y ensañamiento contra nuestra república, el fomento mediático de propaganda negativa en perjuicio de un gobierno que cumple con sus responsabilidades en todas las materias: derechos humanos, defensa de niños, adolescentes, mujeres, discapacitados, asistencia a los ancianos, restitución de la propiedad privada, et. Personajes de países que practican el Terrorismo de Estado urden socavar la reputación y dignidad de la república. El fiscal general disertó respecto a miles de precalificaciones e imputaciones que afectan a funcionarios cuyas conductas inapropiadas han sido castigadas. Todo ello gracias al fortalecimiento de un sistema de justicia henchido de dignidad y dispuesto a aplicar justicia para mantener la paz. La apertura de numerosos centros de atención al ciudadano no tiene precedentes en ningún lugar del mundo. Hoy el http://www.mp.gob.ve/ es un gigante bondadoso que protege al pueblo y defiende, con inusitada eficiencia, sus derechos fundamentales.

@jurescritor


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